El ocaso de ‘El Mayo’ Zambada: ¿Fin de una era para el narco en México?

La inminente declaración de culpabilidad de Ismael Zambada García reconfigura el mapa criminal de América Latina y pone en debate el futuro del Cártel de Sinaloa.

Un imperio forjado en cocaína y sangre

Durante más de cuatro décadas, Ismael “El Mayo” Zambada García fue uno de los líderes más influyentes del narcotráfico mundial. A la cabeza del Cártel de Sinaloa, junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán, convirtió a la organización criminal en una maquinaria transnacional con presencia en más de 50 países y vínculos con organizaciones criminales igualmente peligrosas en Colombia, Perú y Europa.

Con 77 años, y tras décadas eludiendo a la justicia estadounidense y mexicana, Zambada está por declararse culpable en una corte de Brooklyn, según el anuncio del juez federal Brian M. Cogan. Se le acusa de una larga lista de crímenes: tráfico de drogas a gran escala, lavado de dinero, posesión de armas, secuestros, torturas e incluso ordenar el asesinato de su propio sobrino.

Del campesino al capo: la historia de un fantasma

Zambada nació en 1948 en El Álamo, una pequeña localidad rural del estado de Sinaloa, México. Empezó en el mundo criminal cultivando marihuana y amapola en la sierra sinaloense. Su inteligencia para mover mercancías sin ser detectado por las autoridades lo catapultó a las esferas más altas del negocio.

A diferencia de “El Chapo”, quien se exponía a la luz pública y protagonizaba fugas espectaculares, “El Mayo” era un hombre de bajo perfil. No hay videos recientes suyos y las fotografías disponibles son antiguas. Por años se creyó que estaba muerto o enfermo gravemente hasta que fue arrestado en Texas en 2023, tras una supuesta operación de secuestro en México.

El juicio de Brooklyn: un proceso con implicaciones continentales

La audiencia de cambio de declaración está programada para el 25 de agosto de 2024. Aunque aún no se conoce a qué cargos específicos se declarará culpable, el hecho de que la fiscalía haya retirado la pena de muerte como posible castigo indica un acuerdo, posiblemente a cambio de colaboración o información clave.

Este caso podría traer consecuencias más allá de su sentencia individual. La caída de Zambada representa un punto de inflexión en la estructura del Cártel de Sinaloa, que se enfrenta a luchas internas entre facciones como “Los Chapitos”, lideradas por los hijos de “El Chapo”.

Una herencia de violencia: cifras que abruman

  • De acuerdo con la DEA, el Cártel de Sinaloa es responsable de al menos el 25% del tráfico de drogas hacia EE.UU.
  • Según las autoridades estadounidenses, entre 2009 y 2020, más de 100,000 personas murieron por sobredosis relacionadas con opioides provenientes de redes como la de Sinaloa.
  • Se estima que las ganancias anuales del cártel bajo el liderazgo de Zambada y Guzmán superaban los 3,000 millones de dólares.

¿Quién queda al mando del imperio?

Con “El Chapo” purgando cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Colorado y “El Mayo” a punto de sucumbir al peso de la justicia, la pregunta más importante es: ¿quién lidera hoy el Cártel de Sinaloa?

Sus principales herederos son “Los Chapitos”, en especial Ovidio Guzmán López (recientemente extraditado a EE.UU.) y Joaquín Guzmán López. A ellos se les atribuyen operaciones de tráfico de fentanilo al por mayor, lo que, según la DEA, los convierte en objetivos prioritarios.

Sin embargo, existen rumores persistentes de que aún quedan operadores bajo la órbita de Zambada que no están dispuestos a entregar el control fácilmente. Esto podría derivar en fracturas internas y nuevas guerras entre cárteles.

De criminales a colaboradores: negociaciones detrás del telón

El patrón de negociaciones entre capos de alto perfil y las autoridades estadounidenses es un recurso conocido. En 2019, Vicente Zambada Niebla, hijo de “El Mayo” y exintegrante del cártel, testificó contra otros miembros en juicios federales. Su cooperación le valió una reducción significativa de condena.

Si “El Mayo” decide seguir estos pasos como parte de su acuerdo de culpabilidad, el gobierno de EE.UU. podría obtener información confidencial de alto valor, incluso vinculaciones con funcionarios corruptos tanto en México como en otras partes de América Latina.

¿Fin del Cártel de Sinaloa?

Muchos analistas coinciden en que los cárteles de droga tienen una estructura empresarial descentralizada. En este sentido, la caída de un líder no implica necesariamente la disolución de la organización.

“Los carteles funcionan como franquicias criminales. No son pirámides, son redes. Quitas a uno y lo reemplazan tres más.”
— Alejandro Hope, analista de seguridad mexicana fallecido en 2022.

Así, la desaparición formal de Zambada del panorama criminal seguramente traerá reconfiguraciones, pero no implicará el fin de la violencia ni del narcotráfico en la región.

La narco-política: ¿hasta dónde llega el poder del crimen organizado?

Uno de los puntos más delicados del caso Zambada es la presunta participación de políticos mexicanos y latinoamericanos en la protección de sus operaciones. Durante los juicios de “El Chapo” en 2019, testigos mencionaron pagos de hasta 10 millones de dólares a figuras cercanas al gobierno mexicano de aquel entonces.

De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, autora del libro El Traidor, el narco mexicano ha “cooptado el aparato político, judicial y de seguridad” con una capacidad que “nunca se había visto desde los años 80”.

Rehabilitación o venganza: el eterno dilema judicial

Una interrogante moral surge con fuerza: ¿Qué busca el sistema judicial estadounidense al procesar capos como Zambada? ¿Es un acto de justicia, de persuasión para otros criminales o simplemente una venganza legal?

La opción de evitar la pena de muerte abre un debate ético. Mientras algunos aplauden el respeto al derecho penal del país, otros critican que estos criminales puedan negociar su libertad parcial o condiciones privilegiadas a cambio de información.
No hay respuesta definitiva, pero el dilema persiste.

El legado de Zambada: una sombra que no desaparece

Incluso tras su declaración de culpabilidad, “El Mayo” seguirá siendo un nombre profundamente asociado al narcotráfico y a la historia de violencia que azota a México desde hace más de medio siglo. Su figura es la de un símbolo de una generación entera de capos: discretos, calculadores, y despiadadamente eficientes.

Decía el periodista Javier Valdez, asesinado por el narco en 2017: “Los narcos no mueren, se transforman.”

Aunque la justicia alcance a Zambada, queda por ver si su modelo de negocio y estructura heredada también desaparecerán... o si simplemente cambiarán de rostro.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press