La batalla por el Senado en Iowa: Joni Ernst, los demócratas y un juego de ajedrez electoral

Con las elecciones de 2026 en el horizonte, la senadora republicana Joni Ernst se enfrenta a una contienda interna y externa mientras los demócratas buscan desbancarla en un estado clave

El tablero comienza a moverse en Iowa

La carrera por el Senado de los Estados Unidos en Iowa ya ha comenzado, aunque falten más de dos años para las elecciones de 2026. La senadora republicana Joni Ernst, quien aún no ha oficializado su candidatura para un tercer mandato, ya es el centro de una contienda que promete ser compleja y estratégica. Varios demócratas, entre ellos Josh Turek y Zach Wahls, han iniciado sus campañas para competir por el escaño, mientras que algunos republicanos consideran retar a Ernst en una primaria.

Pero ¿qué está en juego realmente en Iowa? Este análisis busca comprender cómo la situación de Ernst refleja tanto las grietas internas del Partido Republicano como las oportunidades que vislumbran los demócratas en uno de los bastiones conservadores del Medio Oeste.

Ernst: una senadora con historial sólido pero señales de desgaste

Joni Ernst se convirtió en una figura nacional al ganar su elección al Senado en 2014. Veterana de la Guardia Nacional del Ejército y graduada en administración pública, rápidamente ascendió en el liderazgo republicano en el Senado, ocupando la tercera posición en la jerarquía partidista. Su perfil conservador, aura militar y cercanía con la base trumpista la convirtieron en una estrella en ascenso en el GOP.

Sin embargo, más de una década en el Congreso puede pasar factura. En la actualidad, Ernst ha enfrentado el escrutinio de sectores conservadores, especialmente tras mostrar cierta reticencia a apoyar el nombramiento de Pete Hegseth —la figura preferida de Trump— como secretario de Defensa. Su lealtad no incondicional a Trump no ha pasado desapercibida.

Además, su respuesta en un foro público en mayo sobre los recortes de Medicaid, cuando dijo que “todos vamos a morir”, fue duramente criticada por demócratas y ciudadanos, mostrando una desconexión política que podría costarle caro en la campaña por la reelección.

Una interna republicana que podría encenderse

Hasta ahora, dos republicanos han manifestado su interés en competir con Ernst en las primarias:

  • Jim Carlin, ex senador estatal, abogado y ultraconservador, quien ya fue precandidato en 2022.
  • Joshua Smith, veterano de la Marina con escasa trayectoria política pero con el discurso “anti-establishment” que resuena entre los seguidores de Trump.

Aunque la maquinaria del partido estatal muestra señales de alinearse con Ernst, un empuje desde la base, enojada por algunas de sus posturas moderadas, podría complicarle el panorama. No se puede subestimar el peso que aún conserva Trump en los estados rurales como Iowa, donde obtuvo más del 53% del voto en 2024.

Una oposición demócrata que se está consolidando

Mientras los republicanos se concentran en resolver sus choques internos, los demócratas comienzan a construir una coalición con rostro nuevo. Esta semana, el legislador estatal J.D. Scholten retiró su precandidatura para apoyar a Josh Turek, a quien calificó como “la mejor esperanza para derrotar a Ernst”.

Turek, atleta paralímpico y representante estatal, ha ganado notoriedad en distritos que apoyaron mayoritariamente a Trump, como Pottawattamie y Mills. Su enfoque populista moderado podría atraer tanto a progresistas como a independientes desencantados con la deriva trumpista del GOP.

No está solo en la contienda. El senador estatal Zach Wahls, exlíder de la minoría demócrata y conocido por su defensa de los derechos LGBTQ+, también se ha lanzado. Cuenta con el apoyo del sindicato de trabajadores del metal en el noreste del estado, una fuerza clave en años electorales.

Otras figuras, como la presidenta de la junta escolar de Des Moines Jackie Norris y el exlíder empresarial Nathan Sage, también están en la carrera, aunque aún deben construir tracción mediática y financiera.

El mapa del Senado: un equilibrio inestable

Lo que ocurre en Iowa no es un fenómeno aislado. El control del Senado en 2026 será una batalla clave entre demócratas que defienden distritos tradicionalmente rojos —como Montana, Wisconsin y Ohio— y un Partido Republicano que quiere ganar terreno sin dividirse.

Por ejemplo, en Texas, los republicanos enfrentan una primaria feroz por el escaño de Ted Cruz, y en Carolina del Norte, el sorpresivo retiro del senador Thom Tillis obligará al GOP a mover fichas inesperadamente. En ese contexto, mantener el escaño de Ernst es prioritario.

La senadora ya tiene anunciado un evento de recaudación de fondos en octubre y consiguió reunir $1.8 millones en la primera mitad del año. A pesar de no haber anunciado oficialmente su candidatura, todo indica que buscará un nuevo mandato.

¿Puede Iowa cambiar de color?

Históricamente, Iowa ha sido un estado oscilante. Votó por Barack Obama en 2008 y 2012, pero viró drásticamente hacia Donald Trump en 2016 y 2020. Sin embargo, la evolución demográfica de las ciudades medianas y el crecimiento del voto joven ofrecen una ventana de oportunidad para los demócratas, si logran consolidarse.

Además, las declaraciones como las de Ernst sobre Medicaid pueden ser usadas como munición electoral en zonas donde la asistencia social es un tema sensible. En 2022, un sondeo de Morning Consult indicó que el 64% de los habitantes de Iowa estaba a favor de mantener o expandir Medicaid.

No obstante, sin una participación masiva de los votantes en zonas urbanas como Des Moines y Cedar Rapids, los demócratas seguirán en desventaja.

Conclusión política: un año clave para definir estrategias

Iowa se ha convertido en un espejo de la dinámica nacional: tensión entre las distintas alas del GOP, un Partido Demócrata que busca renovarse con nuevas voces y una ciudadanía que observa cada paso con escepticismo creciente. El desenlace de esta contienda servirá como termómetro para el clima político de 2026.

Con nombres nuevos en el radar, como el de Josh Turek, y viejas figuras como Ernst enfrentando sombras internas, Iowa no será simplemente un estado más en la elección. Podría ser el lugar donde se definan el control del Senado y la dirección del Partido Republicano por años venideros.

“Los demócratas lo intentarán, pero no tienen chance. El pueblo de Iowa sabe lo que quiere”, sentenció con confianza Joni Ernst. Pero en política, la certeza de hoy puede ser el error de cálculo del mañana.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press