La carrera desesperada por evitar el sótano de la MLB: Rockies, White Sox y Marlins aún buscan oxígeno
Mientras los Dodgers, Braves y Cardinals mantienen esperanzas de postemporada, algunos equipos luchan por algo más básico: evitar la vergüenza absoluta.
La temporada 2024 de las Grandes Ligas ha entrado en su tercio final, esa etapa donde cada partido cuenta una historia propia, no solo de rivalidades, sino también de urgencias. Más allá de los reflectores que siguen a potencias como los Los Angeles Dodgers o los revitalizados Atlanta Braves, hay una batalla menos glamurosa pero igual de apasionante: la lucha por evitar la ignominia de terminar en el sótano. Equipos como los Colorado Rockies, los Chicago White Sox y los Miami Marlins no luchan por el comodín. Su objetivo, por ahora, es no terminar siendo el hazmerreír del béisbol.
Rockies: Un presente gris extendido por años
Los Rockies han tenido una temporada particularmente dolorosa. Con un récord de 35-89 al momento de escribir estas líneas, el conjunto de Colorado se ubica como el peor equipo de las Grandes Ligas. Lo más alarmante no es solo su marca global, sino también su récord en casa: 19-43. Coors Field, que alguna vez fue un bastión ofensivo y una pesadilla para lanzadores visitantes, hoy luce como tierra de nadie.
Entre sus mayores debilidades destaca su rotación abridora, con un ERA colectivo cercano a 5.75 en los últimos 10 partidos. Kyle Freeland, su supuesto as bajo la manga, acumula una foja de 3-12 con una efectividad de 5.18. En palabras simples, no hay quien detenga la hemorragia desde la lomita.
En el plano ofensivo no todo es desastroso: Hunter Goodman ha demostrado poder al conectar 25 cuadrangulares, mostrando un slugging respetable de .532. Sin embargo, su producción parece vacía en un equipo que rara vez está en condiciones de competir.
White Sox: De la reconstrucción eterna al estancamiento
Si hay una franquicia que provoca frustración entre sus fanáticos, esos son los Chicago White Sox. Años en los que parecía que las piezas se alineaban para una nueva era dorada han terminado en más de lo mismo. La temporada 2024 los ha castigado con un récord de 44-80, con una lamentable marca de visitante de 18-44.
¿Cuál es el problema? Todo apunta a una combinación fatal entre lesiones, mala gestión del talento joven y una organización que ha errado constantemente en decisiones clave. La rotación ha sido inoperante, y su ofensiva, inconsistente. Miguel Vargas lidera al equipo con modestos 13 cuadrangulares y un promedio de bateo de .229.
En los últimos 10 partidos, presentan un récord de 2-8 y una producción ofensiva de tan solo .220. La estadística más preocupante: han sido superados por 14 carreras en ese tramo de juegos, lo que habla de una clara incapacidad para generar rallies y cerrar encuentros.
Marlins: Entre lesiones y falta de profundidad
Los Miami Marlins están en un extraño limbo competitivo. Con una marca de 59-65, técnicamente no están fuera de la pelea. Pero su desempeño reciente (3-7 en los últimos 10 juegos) y su pobre récord en casa (28-31) los mantienen fuera del radar de la postemporada. Quizás lo más frustrante es saber que la rotación ha tenido destellos de eficacia, como los mostrados por Eury Pérez (5-3, 3.58 ERA, 0.98 WHIP), pero el respaldo ofensivo no aparece con constancia.
En un deporte donde las lesiones cuentan, el equipo ha sufrido la baja de varios jugadores claves como Max Meyer y Andrew Nardi. La ofensiva, liderada esporádicamente por Pauley, no tiene la pólvora suficiente para competir en el Este de la Nacional, que se ha vuelto especialmente competido este año.
Su reciente serie frente a los Cardinals dejó más dudas que respuestas, a pesar de una destacada actuación de Sandy Alcántara. La falta de consistencia, como demuestra su ERA grupal de 5.64 en los últimos 10 juegos, los deja muy por debajo de lo exigido en esta etapa del calendario.
En contraste: Dodgers y Braves, a ritmo de octubre
Mientras estos equipos hundidos intentan mantener algo de dignidad, los Dodgers y Braves ya afinan sus rotaciones para octubre. Los angelinos lideran la división Oeste con 71 victorias y son favoritos en cada serie, incluso en Coors Field. El factor diferencial tiene nombre y apellido: Shohei Ohtani. Nadie en la Liga Nacional ha sido tan dominante con el bate — 43 HR, ocho triples y 80 carreras impulsadas — a la par de su poder en el montículo cuando no hay molestias.
Yoshinobu Yamamoto ha sido un punto brillante con un ERA de 2.70 y 145 ponches. En los últimos 10 partidos, los Dodgers han logrado superar a sus rivales por 12 carreras, lo que indica un equipo equilibrado y peligroso.
Por el lado de los Braves, la historia es parecida. Aunque su récord no parece tan dominante como en campañas recientes (56-68), han ganado 8 de sus últimos 10 partidos. Con Matt Olson y Michael Harris II en gran forma (Olson batea para .264 con 31 dobles), el equipo parece haber despertado de un letargo de inicios de temporada.
¿Cuál es el destino de los olvidados?
Para Rockies, White Sox y Marlins, quedan aproximadamente 40 partidos para definir sus historias de 2024. ¿Puede alguno de ellos evitar la temida marca de 100 derrotas? Históricamente, ese número es sinónimo de desastre organizacional: desde los pitiful Tigers de 2003 (43-119), hasta los Orioles de 2018 (47-115), ser parte de ese club suele traer consecuencias: despidos de gerentes, cambios en la oficina principal e incluso revisión de programas de scouting.
Dato para el análisis: desde 1990, solamente siete equipos han perdido más de 110 partidos en un año. ¿Los Rockies de 2024 se sumarán a esa ignominiosa lista? A este ritmo, es probable.
La batalla olvidada que vale millones
Pese a que no luchan por los playoffs, cada victoria cuenta en términos de selecciones de draft, desarrollo de prospectos y decisiones de alto nivel. Estar en el fondo no solo significa una mancha deportiva, también implica una pérdida económica por asistencia, derechos televisivos y merchandising.
Ese es el drama del béisbol: incluso en la oscuridad, hay luchas encarnizadas. Y en ocasiones, esas batallas pueden ser más crudas, urgentes y reveladoras que cualquier Serie de Campeonato. Porque nada es más desgarrador que ver a una franquicia perder su propósito.