Los titanes defensivos de la NFL: ¿Reviven Jaguars, Jets y Titans su identidad con fuerza bruta?

Entre intercambios, empujones en entrenamientos y ofensivas poco espectaculares, tres franquicias apuestan por volver a lo básico: físico, defensa y el poder del juego terrestre

En estas últimas semanas de pretemporada de la NFL, los focos no están necesariamente en jugadas espectaculares o pases ganadores en el último minuto. En cambio, equipos como los Jacksonville Jaguars, los New York Jets y los Tennessee Titans están definiendo algo más fundamental: su identidad como franquicias. Y para muchos, esa identidad regresa a los cimientos básicos del fútbol americano: defensa, físico y juego terrestre.

El caso Titans: Simmons, Ward y la línea que no se cruza

En pleno calor de una sesión de entrenamiento conjunto en Nashville, el tackle defensivo de los Titans, Jeffery Simmons, protagonizó lo que algunos catalogaron como una "agresión" al mariscal de campo novato Cameron Ward. Ward celebraba efusivamente un pase de touchdown en una práctica donde lucía el característico jersey rojo que prohíbe el contacto físico… hasta que puso su mano sobre Simmons. La respuesta fue inmediata: un empujón que desató una tensión evidente.

Simmons no se disculpó. En su lugar, lanzó un mensaje claro a medios y aficionados:

“No puedes tocar a un quarterback. Y si alguien toca al nuestro, pueden estar seguros que yo seré el primero en entrar a defenderlo ... Respeto mucho a la ofensiva por tener la espalda de nuestro quarterback.”

¿Se exageró el incidente? El entrenador Brian Callahan lo descartó como algo habitual en agosto: calor, contacto y tensiones listas para liberar. Pero lo interesante aquí no es el shove per se, sino lo que representa: los Titans están buscando consolidar una mentalidad física, de "nosotros contra ustedes", una que les rindió frutos en su mejor época reciente bajo Mike Vrabel.

Jaguars: Khalen Saunders y el resurgimiento de una defensa olvidada

Mientras en Tennessee se resolvían diferencias dentro del campo, los Jacksonville Jaguars hacían movimientos estratégicos fuera de él. El fichaje de Khalen Saunders, dos veces campeón de Super Bowl con los Chiefs, fortalece una línea defensiva que ha sido inconsistente en años recientes.

El intercambio por el centro Luke Fortner no fue solo una cuestión de necesidad posicional; reveló la intención de los Jaguars de poner más peso sobre una defensa orientada al contacto físico y control del ritmo del partido.

“Es difícil de mover y ralentiza cualquier intento de doble marcaje”, dijo el entrenador Liam Coen.

El regreso a la dureza es aún más visible con la incorporación de Arik Armstead y el novato Maason Smith. La defensa de los Jaguars ahora apuesta por el espacio interior como motor del equipo. Y no es ninguna locura: en la AFC South, dominar la línea defensiva puede ser la diferencia entre playoffs y decepción.

Jets: ¿Un ataque aburrido o efectividad astuta?

Por su parte, los Jets de Nueva York han causado revuelo por razones completamente opuestas. Mientras sus rivales buscan fortalezas defensivas, el nuevo mariscal de campo titular Justin Fields ha adoptado una postura sorprendente para el público neoyorkino: abrazar los pases cortos, el reloj y desgastar a las defensas rivales.

En el último juego de pretemporada frente a los Giants, los Jets iniciaron su segunda serie ofensiva con 10 jugadas terrestres consecutivas. La ofensiva fue poco vistosa, pero culminó en puntos. Fields lo tiene claro:

“Estamos bien con completar 8 o 10 yardas por jugada. El objetivo es cansar a la defensa.”

Para una ciudad acostumbrada a quarterbacks lanzando bombas o corriendo a lo Broadway Joe, esto podría resultar decepcionante. Sin embargo, hay que recordar que Fields no es novato: en 2022 corrió para 1,143 yardas y 8 touchdowns con los Bears. Tiene piernas para liderar una ofensiva creativa y, más aún, el apoyo de una sólida línea ofensiva que forma parte del plan maestro ofensivo del nuevo coordinador Tanner Engstrand.

Tridimensionalidad: la clave del éxito moderno

El común denominador en Nashville, Jacksonville y Nueva York es el regreso a la tridimensionalidad clásica del fútbol americano: control del tempo, línea defensiva fuerte, juego terrestre y un quarterback que no pierda el balón.

  • Tennessee busca reconstruir una defensa intimidante, con Simmons como coronel.
  • Jacksonville apalanca la experiencia de sus nuevos fichajes para endurecer el centro del campo.
  • Jets se alejan de un estilo explosivo a favor de drives sostenidos guiados por Fields y un trío estelar en el backfield con Breece Hall, Braelon Allen e Isaiah Davis.

¿Cada vez más como los Ravens del 2000?

En muchos sentidos, el enfoque actual recuerda a equipos campeones que priorizaban defensa y control de balón. Los Ravens del 2000 ganaron un Super Bowl con una ofensiva limitada y una defensa histórica liderada por Ray Lewis. Lo mismo podría decirse de los Seahawks entre 2013 y 2015. Hoy, con Mahomes y Allen acaparando los focos, parecería que ese estilo ha quedado obsoleto. Pero no completamente.

Conferencia por conferencia, hay espacio para estas identidades físicas:

  • La AFC Sur sigue siendo una división abierta. Ni Houston, ni Indianápolis han establecido superioridad, lo que beneficia a Titans y Jaguars si logran establecer dominio en el reloj de posesión.
  • En el caso de los Jets, la AFC Este es más hostil, pero el colapso de los Bills o la inestabilidad de los Patriots podrían abrir una posible ventana si la ofensiva evita errores costosos.

¿Un regreso de lo clásico?

De jugadores como Khalen Saunders hasta mariscales de campo como Fields, todos estos movimientos apuntan a un cambio interesante en la liga. Lejos de buscar el pase de 40 yardas o el highlight viral, algunas franquicias han optado por una humildad estratégica basada en lo clásico. Lo físico vuelve a triunfar. Quizás no sea una revolución, pero sí un recordatorio: el fútbol americano aún se gana en las trincheras.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press