Eurovisión 2026 volverá a brillar en Viena: ¿estamos ante una nueva era dorada del certamen musical?

Con la victoria de JJ y su híbrido operático-tecnológico, la ciudad austriaca se prepara para recibir a Europa con música, pasión y una edición que podría marcar un antes y después en la historia del festival.

Viena vuelve a convertirse en la capital europea de la música

La capital de Austria será por tercera vez sede del Eurovision Song Contest en mayo de 2026, según anunció el miércoles la emisora nacional ORF. Este anuncio llega tras la espectacular victoria del austriaco JJ (Johannes Pietsch) con su canción "Wasted Love", una mezcla inesperada de ópera y techno que cautivó a Europa desde Basilea.

La edición número 71 del certamen se celebrará en el Wiener Stadthalle, el mismo recinto que fue anfitrión en 2015 cuando Austria organizó el evento tras el triunfo de Conchita Wurst con "Rise Like a Phoenix" en 2014.

“Después de una examen minucioso y una evaluación unánime del jurado, ORF ha llegado a la conclusión de que la propuesta de Viena es la más atractiva no solo en términos de infraestructura y logística, sino también económica”, declaró Roland Weißmann, Director General de ORF.

JJ: el artista que ha revolucionado la Eurovisión moderna

JJ, conocido también por su trabajo como tenor en la Ópera Estatal de Viena, es el tercer ganador que Austria ha producido para el Festival, junto con Conchita Wurst (2014) y Udo Jürgens (1966). Su canción "Wasted Love" se destacó por su fusión innovadora de elementos dramáticos operísticos y una estructura rítmica electrónica, un tipo de crossover que generalmente se consideraba tabú en el conservador universo eurovisivo.

“No intenté agradar a todo el mundo… simplemente fui auténtico y creo que Europa sintió eso”, dijo JJ en su rueda de prensa posterior a ganar la final en Basilea.

Un certamen gigantesco que no deja de crecer

Desde su primera edición en 1956, el Festival de Eurovisión ha evolucionado hasta convertirse en uno de los eventos mediáticos más importantes del mundo. En 2025, más de 160 millones de personas sintonizaron al menos una parte del programa en directo, según datos de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).

Esta audiencia masiva lo convierte en el evento televisivo no deportivo más visto en Europa.

Además, la popularidad del concurso se ha expandido más allá de las fronteras del continente: países como Australia, Estados Unidos y Brasil reportan un crecimiento sostenido de sus bases de fans.

Viena: tradición, modernidad y pasión musical

La elección de Viena como sede tiene mucho sentido. No solo ofrece una excelente combinación de logística y capacidad hotelera (resultando superior a la propuesta presentada por Innsbruck), sino que también tiene una rica herencia musical que resuena con el espíritu del Festival. Compositores como Mozart, Beethoven y Schubert vivieron en esta ciudad, y actualmente es un bastión dinámico de arte, ópera y música electrónica.

Michael Ludwig, el alcalde de la ciudad, publicó un mensaje en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), celebrando la elección: "Como alcalde de Viena, me alegra inmensamente que hayamos prevalecido y que representaremos a Austria una vez más. Estoy convencido de que viviremos juntos un mayo maravilloso".

¿Qué podemos esperar de Eurovisión 2026?

Las expectativas para esta edición son altísimas. El evento se celebrará entre el 12 y el 16 de mayo de 2026, con las semifinales previstas para los días 12 y 14, y la gran final el día 16. Ya se comenta entre la comunidad eurofán que podría ser una de las ediciones más innovadoras de la historia reciente del certamen.

  • La influencia de JJ: Su inesperada victoria podría potenciar una ola de propuestas más arriesgadas y experimentales para el próximo año.
  • Mayor diversidad cultural: Con más países interesados en volver o debutar (tras varios años afectados por razones políticas o presupuestarias), la edición de Viena podría contar con una cifra récord de participantes.
  • Potencial expansión tecnológica: Se comenta que ORF planea aplicar tecnología inmersiva y realidad aumentada en la realización del espectáculo.

Eurovisión: ¿arte o espectáculo político?

Una de las discusiones que ha acompañado al certamen históricamente es si Eurovisión debe considerarse una competencia artística o un terreno de soft-power internacional. Diversos eventos como la victoria de Ucrania en 2022 en plena guerra con Rusia, o la boicoteada participación de países como Bielorrusia e Israel en años anteriores, han demostrado que la política siempre encuentra una manera de filtrarse en el escenario multicolor del concurso.

Sin embargo, para muchos, la esencia de Eurovisión reside justamente en su capacidad de unir una Europa fragmentada bajo el lenguaje universal de la música.

El legado austriaco en Eurovisión: breve repaso histórico

Austria ha participado en Eurovisión en múltiples ocasiones desde 1957, con altibajos notables:

  • 1966: Udo Jürgens gana con "Merci, Chérie", dando a Austria su primer triunfo.
  • 2014: Conchita Wurst revoluciona el certamen y el discurso sobre género y diversidad con "Rise Like a Phoenix".
  • 2025: JJ gana con "Wasted Love", renovando el interés por las fusiones musicales de alto riesgo artístico.

A lo largo de los años, el país ha obtenido varias posiciones destacadas y también ha quedado último en distintas ediciones — reflejo de lo imprevisible que sigue siendo Eurovisión.

Vienna Calling: el reto logístico y cultural de ORF

Organizar el Festival no es tarea fácil. Se estima que el presupuesto típico ronda los 30 a 40 millones de euros, dependiendo del nivel de puesta en escena y apoyo de patrocinadores. Para esta edición, Viena contará con un dispositivo de seguridad y transporte reforzado, así como campañas promocionales que buscan fomentar el turismo cultural y queer, dado el perfil abierto y diverso del evento.

Además, la ciudad lanzará una semana completa de actividades paralelas — desde conciertos en plazas públicas, hasta exposiciones, cine callejero y festivales gastronómicos.

¿JJ abrirá una nueva era?

Lo cierto es que JJ ha logrado marcar una diferencia significativa al ganar sin seguir las reglas habituales del pop radio-friendly. Su victoria invita a pensar que Eurovisión podría estar abriéndose nuevamente hacia nuevas formas de experimentación artística, algo muy valorado en sus primeras décadas pero que se perdió un poco en la era de la hipercomercialización musical.

Desde su creación en 1956 con apenas siete países participantes, el Festival ha pasado por múltiples transformaciones. Quizás la edición de Viena 2026 nos devuelva a ese espíritu vanguardista e irreverente que tanto lo ha hecho destacar.

Una sola cosa es segura: el mundo estará mirando.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press