Myles Garrett: Entre Líder Silencioso y Figura Polémica en la Defensa de los Browns
El estelar ala defensivo busca guiar a Cleveland desde el ejemplo en el campo, mientras responde a cuestionamientos sobre su comportamiento fuera de él
Una estrella con luces y sombras
Desde que fue elegido como la primera selección global en el Draft de la NFL en 2017, Myles Garrett se ha establecido como uno de los defensores más dominantes del fútbol americano profesional. Con su rotunda presencia física y capacidad implacable de presionar al mariscal de campo rival, Garrett acumula cifras de élite: 14 capturas por temporada en los últimos cuatro años, una hazaña jamás lograda desde que las capturas se hicieron una estadística oficial en 1982.
Sin embargo, su brillantez en el emparrillado viene acompañada de una serie de incidentes fuera del campo que han puesto en entredicho su liderazgo. ¿Puede alguien con un historial problemático fuera del vestuario liderar con autoridad dentro de él?
El peso del contrato y las expectativas
En marzo de 2024, Garrett firmó una extensión de contrato por cuatro años y $204.8 millones de dólares con los Cleveland Browns. Esta cifra lo convirtió en uno de los defensores mejor pagados de toda la NFL. Pero, con grandes contratos vienen grandes expectativas.
El gerente general del equipo y el cuerpo técnico han señalado que esperan que Garrett no solo produzca números dentro del campo, sino que también se convierta en un líder vocal y ejemplo de conducta, sobre todo para una joven defensiva que busca identidad tras una temporada decepcionante (3-14 en 2024).
Problemas con la velocidad... otra vez
Pero justo cuando los Browns esperaban ver al “nuevo” Garrett más maduro y comprometido, una vieja historia volvió a aparecer. El 9 de agosto de 2025, fue detenido por conducir su Ferrari a 100 millas por hora en una autopista suburbana de Cleveland. Se trató de su octava infracción por exceso de velocidad desde su llegada a la NFL.
Este incidente encendió de nuevo la discusión sobre la idoneidad de Garrett como líder. Cuando fue abordado por los medios, su respuesta fue cortante:
“Preferiría hablar del equipo y del fútbol, no de esto. Ya lo he respondido. Hay que enfocarse en el presente”,
sentenció al visiblemente incómodo grupo de reporteros. Esa actitud hermética ha sido criticada por algunos analistas, pero aplaudida por un grupo cercano de compañeros que valoran más la entrega dentro del vestuario que las palabras ante la prensa.
Un historial complicado
El incidente del Ferrari no es el primero que levanta cejas. En 2022, Garrett perdió el control de su Porsche luego de una práctica, resultando en un vuelco. Sufrió lesiones menores, pero fue citado por velocidad peligrosa y conducción temeraria. Aquella vez, se perdió un partido como consecuencia.
Este comportamiento reincidente pone en tela de juicio su madurez, especialmente cuando se le pide ser ejemplo para novatos o jugadores con poca experiencia.
Una defensa que lo necesita más que nunca
Pero en el campo, su valor es incuestionable. En 2023, la defensa de los Browns permitió solamente 270.2 yardas por partido, siendo la unidad número uno de la liga en ese indicador.
No obstante, en 2024, esa cifra se fue hasta 342.1 yardas permitidas, lo que los dejó en el puesto 19. Garrett ha asumido que parte de ese bajón de rendimiento se debió a la falta de foco y disciplina:
“Cómo eres en tu día a día se refleja en cómo actúas en momentos críticos. Hemos ajustado eso este año. Seremos lo que fuimos en 2023”,
señaló con convicción.
¿Es suficiente con rendir en el campo?
Esta temporada, Garrett ha tenido un papel más activo dentro del vestidor. Ha conversado constantemente con entrenadores sobre el diseño de prácticas y ha buscado que la defensa tenga una mentalidad unificada:
“Esto irá tan lejos como yo quiera que vaya... Debo seguir mejorando y ayudar a elevar a mis compañeros”
Pero el debate persiste: ¿puede un jugador que se niega a asumir públicamente sus errores ser un verdadero líder?
La NFL está llena de ejemplos de jugadores problemáticos que lograron redimirse. Basta recordar a Ray Lewis, implicado en un asesinato en 2000, pero que luego guió a los Ravens al Super Bowl. También está Ben Roethlisberger, quien enfrentó múltiples escándalos pero lideró a Pittsburgh a dos títulos.
Los Browns parecen dispuestos a apostar por Garrett, conscientes del potencial devastador que tiene dentro del campo. La esperanza es que sus acciones fuera de él dejen de dar titulares incómodos.
Un vestuario entre lo privado y lo público
Muchos compañeros han salido en defensa de Garrett. Destacan su ética de trabajo, su atención al detalle y su habilidad para comunicarse uno a uno aunque no sea el más comunicativo frente a las cámaras. De hecho, quienes han compartido múltiples temporadas con él lo consideran “el alma de la defensa”.
El coordinador defensivo también ha destacado que Garrett ha estado más involucrado en las decisiones estratégicas durante los entrenamientos, incluyendo los ajustes físicos y mentales requeridos para volver a ser una unidad dominante.
La voz de la afición y la prensa
Sin embargo, ciertas secciones de la prensa deportiva no han sido indulgentes con él. Columnistas de Cleveland.com y medios nacionales como ESPN han sugerido que su falta de responsabilidad pública puede “afectar la cultura del equipo”.
Incluso algunos fanáticos han expresado en redes sociales que aunque admiran su talento, esperaban más humildad y autocontrol fuera del terreno. Otros, por el contrario, lo defienden apuntando que su motivación nunca ha estado en los focos mediáticos, sino en rendir cuando más importa.
El contexto de la temporada 2025
Esta nueva temporada marcará un punto de inflexión. Los Browns han reforzado su defensiva y ofensiva en el draft, sumando a jugadores como el liniero Jowon Briggs. El equipo técnico espera que, si se mantienen sanos, puedan volver a pelear por playoffs por primera vez desde 2020.
Para eso, necesitarán lo mejor de Garrett no solo físicamente, sino mentalmente. El objetivo del propio jugador es estar en la conversación para Jugador Defensivo del Año y, más importante aún, liderar la defensa hacia un estándar aún más alto.
¿Logrará encontrar ese equilibrio entre genio y figura? En los deportes, como en la vida, el verdadero liderazgo no solo se mide por lo que ocurre en días de juego, sino en cada momento —dentro o fuera del campo— donde se espera más de ti.