El escándalo que sacudió el deporte universitario: Hazing, despidos y el caso Pat Fitzgerald

Un análisis del escándalo de novatadas en Northwestern que terminó con la carrera de una figura histórica del fútbol americano universitario

Una tormenta sobre Evanston

El mundo del deporte universitario estadounidense no es ajeno a controversias. Sin embargo, el caso de Pat Fitzgerald y la Universidad de Northwestern marca un antes y un después en la forma en que estas instituciones enfrentan los escándalos internos. Tras más de una década al mando del equipo de fútbol americano masculino de Northwestern, Fitzgerald fue despedido en 2023 por su supuesta implicación en una cultura de novatadas violentas, abuso sexual y discriminación racial. Aunque recientemente llegó a un acuerdo con la universidad, las secuelas del caso siguen repercutiendo en la reputación de la institución y en el futuro del college football.

¿Quién es Pat Fitzgerald?

Pat Fitzgerald no era un entrenador más. Ícono de Northwestern desde sus días como jugador universitario, fue nombrado entrenador en jefe en 2006, convirtiéndose en una figura emblemática tanto en los banquillos como a nivel administrativo. Durante su mandato, llevó a los Wildcats a múltiples apariciones en tazones importantes (bowl games) y era considerado una de las mentes defensivas más destacadas en los círculos colegiales.

En 2020, se le concedió una extensión de contrato hasta 2030 valorada en más de $50 millones, reflejo de la confianza que la universidad depositaba en él. Sin embargo, todo eso comenzó a desmoronarse en 2023.

El inicio del escándalo

En enero de 2023, Northwestern inició una investigación interna sobre denuncias de novatadas abusivas dentro del equipo de fútbol. Varios jugadores afirmaron haber sido obligados a realizar actos humillantes, algunos con connotaciones sexuales. Además, surgieron denuncias de racismo sistémico, en las que se alegaba que jugadores afroamericanos eran objeto de comentarios ofensivos.

A medida que se acumulaban las acusaciones, Fitzgerald fue inicialmente suspendido por dos semanas sin paga. Pero tras la publicación de un reportaje explosivo por The Daily Northwestern —el medio estudiantil de la universidad— y la presión pública, la administración revocó su decisión inicial y despidió a Fitzgerald por "justa causa".

La respuesta legal del entrenador

Fitzgerald no tardó en contraatacar. En octubre de 2023, demandó a la universidad por $130 millones, alegando despido injustificado, difamación y daño a su reputación profesional. Sostuvo en todo momento que desconocía la existencia de las novatadas y que nunca consintió ni promovió ese tipo de conductas.

"Nunca dirigí ni alenté novatadas dentro del programa de fútbol", afirmó en repetidas ocasiones. "El proceso de investigación fue apresurado y sin fundamento".

Un acuerdo que cierra, pero no borra

En agosto de 2025, Northwestern y Fitzgerald anunciaron que habían llegado a un acuerdo confidencial para cerrar el caso. Aunque los términos no fueron revelados, ambas partes emitieron comunicados conciliadores.

Fitzgerald indicó que aceptó el acuerdo para aliviar la presión sobre su familia y evitar una batalla legal prolongada. Por su parte, la universidad afirmó que las pruebas obtenidas durante el proceso no demostraron que Fitzgerald tuviera conocimiento directo de los abusos, aunque sí una responsabilidad institucional como líder del programa.

Una cultura institucional en crisis

Lo más revelador del caso no es solo el despido de un entrenador, sino la exposición pública de una cultura tóxica sedimentada durante años. Después de las primeras denuncias en el equipo de fútbol, surgieron reportes similares en otros deportes universitarios, incluyendo el equipo de béisbol y el de fútbol femenino.

Para enfrentar esta crisis, Northwestern contrató en julio de 2023 a Loretta Lynch, exfiscal general de EE.UU., para liderar una investigación externa sobre la cultura deportiva de la universidad. En su informe, Lynch subrayó la falta de mecanismos efectivos para denunciar abusos y la ineficacia en las respuestas institucionales.

Medidas de cambio implementadas

Con el objetivo de reconstruir su reputación, Northwestern anunció varias medidas concretas:

  • Capacitaciones obligatorias sobre prevención del acoso y novatadas para todos los estudiantes-atletas.
  • Creación de canales anónimos de denuncia interna.
  • Supervisión externa de los programas deportivos por un consejo independiente.
  • Evaluaciones semestrales del “entorno de cultura y responsabilidad” en cada equipo.

Hazing en el deporte universitario: una plaga antigua

El caso de Northwestern no es una excepción. Estudios indican que entre el 55% y el 74% de los estudiantes-atletas han experimentado algún tipo de novatada. Aunque muchas son percibidas como "inofensivas", una parte importante conlleva elementos de violencia, agresión sexual o humillación psicológica.

Uno de los estudios más completos al respecto, publicado por Journal of Interpersonal Violence en 2020, señaló que 3 de cada 10 atletas universitarios han sido víctimas de rituales con contenido sexual no consensuado. Y, sin embargo, menos del 10% de las víctimas presenta una queja formal ante sus instituciones.

La cultura de silencio, la jerarquía deportiva y el miedo a perder becas o afectos dentro del equipo son factores que explican esta omertá.

El impacto para Pat Fitzgerald

A pesar del acuerdo, el legado de Fitzgerald ha quedado profundamente afectado. Aunque varios exjugadores salieron en su defensa, el peso de las acusaciones y las decisiones administrativas lo dejaron fuera del deporte universitario desde 2023. Hasta la fecha, ningún programa ha anunciado públicamente interés en contratarlo.

En una declaración hecha tras el acuerdo, Fitzgerald sostuvo:

"Esta ha sido la época más triste y difícil de mi vida. Pero sigo creyendo en el poder transformador del deporte y espero poder compartir algún día lo que he aprendido".

¿Hacia dónde avanza el deporte universitario?

El escándalo en Northwestern ha puesto sobre la mesa la necesidad urgente de reformas profundas en el seno del deporte universitario estadounidense. Aunque la NCAA ha sido criticada por su inacción y omisión en gran parte de estos casos, nuevas propuestas de ley —como la SAFE Act, impulsada en 2024— buscan obligar a universidades a adoptar protocolos más estrictos contra abusos y novatadas.

Además, las redes sociales y plataformas de denuncia anónima han empoderado a las víctimas y generado un clima de mayor vigilancia. El desafío ahora no es sólo castigar, sino prevenir y transformar una cultura profundamente enraizada en prácticas arcaicas.

El caso Northwestern-Fitzgerald pasará a la historia como un ejemplo paradigmático de cómo incluso las instituciones más prestigiosas pueden enfrentar crisis profundas, y de cómo la transparencia y la rendición de cuentas son hoy más necesarias que nunca en el deporte universitario estadounidense.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press