Estalla el enigma del sabotaje a Nord Stream: ¿qué sabemos del ucraniano arrestado en Italia?

La detención de Serhii K. reaviva las intrigas geopolíticas y energéticas tras las misteriosas explosiones en el oleoducto Nord Stream

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El arresto que sacude a Europa

Este jueves, fiscales federales alemanes anunciaron la detención en Italia de un ciudadano ucraniano sospechoso de haber coordinado el sabotaje a los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, en septiembre de 2022. Identificado como Serhii K., el hombre fue capturado en Misano Adriático, una localidad costera cerca de Rímini.

Esta detención revive uno de los casos más misteriosos e impactantes en la geopolítica energética de Europa en los últimos años: ¿quién voló los gasoductos submarinos que transportaban gas ruso a Alemania? Y, sobre todo, ¿por qué?

Los hechos del 26 de septiembre de 2022

El 26 de septiembre de 2022, cuatro explosiones submarinas sacudieron los gasoductos Nord Stream 1 y 2, situados en el mar Báltico. Aunque Nord Stream 2 nunca llegó a entrar en funcionamiento (Alemania había suspendido su certificación tras la invasión rusa a Ucrania en febrero de ese año), el sabotaje despertó alarma internacional.

La magnitud del sabotaje fue enorme: se registraron perdidas significativas de gas natural y se produjo una amenaza ecológica. Pero además, el ataque contribuyó a agravar las tensiones ya intensas entre Rusia y Occidente.

Un escenario de sospechas cruzadas

A partir del atentado, comenzaron las conjeturas. Rusia culpó directamente a Estados Unidos, mientras que Washington negó de manera categórica cualquier implicación. A su vez, medios alemanes reportaron en 2023 que una presunta célula pro-ucraniana había llevado a cabo el sabotaje, argumento que Ucrania también rechazó.

Por mucho tiempo, la investigación fue llevada con extremo hermetismo. Pero el arresto de Serhii K. podría cambiar las cosas. Según los fiscales, el sospechoso formaba parte de un grupo que colocó explosivos bajo el mar y viajó en un yate alquilado desde el puerto alemán de Rostock, utilizando identidades falsas.

¿Y el yate?

En una de las pocas revelaciones concretas, las autoridades encontraron restos de explosivos submarinos en muestras tomadas del yate. El barco había sido reservado con documentación falsa y a través de intermediarios, lo que sugiere un nivel considerable de planificación y sofisticación.

Las similitudes con operaciones encubiertas de inteligencia son difíciles de ignorar. Los analistas han señalado que la operación requería buzos expertos, conocimientos de explosivos marinos y planificación logística al detalle.

Implicaciones energéticas

El corte del suministro del gasoducto Nord Stream 1 fue un golpe directo a la seguridad energética europea. Para entonces, Rusia ya había cerrado oficialmente el flujo culpando a razones técnicas, pero muchas voces sospechaban un uso estratégico del gas como herramienta de presión contra Europa, en represalia por su apoyo a Ucrania.

Nord Stream 1 solía proveer hasta 55 mil millones de metros cúbicos de gas por año a Alemania. Su destrucción causó un realineamiento del mapa energético de la UE, obligando a buscar proveedores alternativos como Noruega, Argelia y Catar.

¿Quién es Serhii K.?

Muy poco se sabe, oficialmente, sobre la identidad exacta de Serhii K. Los fiscales alemanes se han mantenido fieles a las leyes de privacidad del país, revelando únicamente su nombre de pila y la inicial de su apellido.

Sin embargo, medios italianos aseguran que el arresto fue posible gracias a una orden de captura internacional y que el sospechoso llevaba varios meses en paradero desconocido. Fue detenido en una operación discreta durante la noche.

Se le imputan delitos de sabotaje anticonstitucional, uso de explosivos y destrucción de infraestructura crítica. Por el momento, se espera su extradición a Alemania para ser formalmente procesado.

La teoría de la "bandera falsa"

Una de las hipótesis más controvertidas —explorada por voces como la del periodista Seymour Hersh— sugiere que el atentado pudo haber sido una operación encubierta autorizada por potencias occidentales interesadas en cortar toda dependencia energética con Rusia.

Según esta línea, la motivación sería asegurarse de que incluso en un hipotético acercamiento diplomático, Europa no pudiera retomar fácilmente el suministro ruso de gas económico vía Nord Stream.

Una posibilidad inquietante pero que, hasta el día de hoy, carece de pruebas contundentes.

¿Qué dice Ucrania?

El gobierno ucraniano ha negado en repetidas ocasiones cualquier tipo de implicación. No obstante, sectores europeos critican el papel de algunos grupos ucranianos radicales y aventuran la posibilidad de acciones paralelas no autorizadas por Kiev como forma de cortar los vínculos europeos con Moscú.

Esto ha generado fricciones políticas no menores, especialmente en Alemania, donde el caso se ha vuelto una bomba diplomática en potencia.

Una guerra en las sombras

El sabotaje al Nord Stream representa algo más profundo: una guerra geopolítica híbrida en donde la energía, la infraestructura y las operaciones encubiertas son armas tan efectivas como los tanques y misiles.

Nos encontramos ante una nueva era en los conflictos internacionales, donde los ataques cibernéticos, los sabotajes industriales y las operaciones secretas comparten protagonismo con las estrategias convencionales.

Lo que viene

Con la detención de Serhii K., los fiscales alemanes enfrentan ahora el desafío de presentar pruebas contundentes y lograr extraditar al sospechoso desde Italia. Todo ello en un clima diplomático altamente inflamable.

Tanto Rusia como Ucrania, y posiblemente otros actores internacionales, seguirán con atención cada paso del proceso judicial. El mundo también espera respuestas más claras a un episodio que, más de un año después, sigue sembrando dudas, sospechas y teorías conspirativas.

Como dijo una vez el exministro de exteriores alemán Joschka Fischer: “La política energética es siempre política de seguridad. Y la política de seguridad, en estos tiempos, implica mirar profundamente hacia el fondo del mar y preguntar: ¿quién está realmente detrás de todo esto?”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press