La Reserva Federal y la Tormenta Trump: ¿Peligra la Independencia Económica de EE.UU.?

Críticas, presiones políticas y tensiones institucionales: el complejo juego entre Donald Trump y el banco central más influyente del mundo.

Un choque de titanes: Trump vs. la Fed

La Reserva Federal (Fed) es una de las instituciones más poderosas e influyentes del mundo financiero. Su rol como controlador de la política monetaria estadounidense le da una capacidad única para influir sobre los mercados, el empleo y la inflación. Pero en los últimos años, su independencia ha sido puesta a prueba, y en el centro del huracán está el expresidente —y ahora nuevamente presidente— Donald Trump.

Esta semana, Trump llamó públicamente a la renuncia de Lisa Cook, gobernadora de la Fed, bajo sospechas de un presunto fraude hipotecario. Cook negó de plano las acusaciones y rechazó dimitir. Esta movida ha encendido todas las alarmas sobre un posible intento de politizar una entidad históricamente independiente.

¿Por qué es importante la independencia de la Fed?

La independencia de la Reserva Federal no es un simple formalismo institucional. Es, según numerosos economistas, un pilar esencial para la estabilidad económica de Estados Unidos. La capacidad de tomar decisiones difíciles sobre tasas de interés, inflación y empleo, sin presiones políticas electorales, ha sido fundamental para controlar situaciones económicas complicadas.

Un ejemplo histórico suele citarse: en la década de 1970, el entonces presidente Richard Nixon presionó al presidente de la Fed, Arthur Burns, para mantener tasas bajas antes de las elecciones de 1972. El resultado fue una espiral inflacionaria que afectó a la economía durante más de una década. Su sucesor, Paul Volcker (designado en 1979), sí adoptó una postura firme, elevando las tasas de interés casi al 20%. La medida causó recesión y una tasa de desempleo del 11%, pero logró domar la inflación persistente. Desde entonces, Volcker es símbolo de la independencia institucional de la Fed.

Trump y su fijación con Jerome Powell

Durante su primer mandato, Trump criticó duramente al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, incluso amenazando con destituirlo por no bajar las tasas al ritmo deseado. ¿La razón? Según Trump, tasas más bajas habrían impulsado el crecimiento económico y reducido los costos de préstamos federales.

Powell, por su parte, insistió en una política prudente, especialmente ante los efectos económicos derivados de las políticas comerciales del propio Trump (por ejemplo, los aranceles sobre productos chinos). Esta cautela enfureció al expresidente, que se mostró frustrado por no tener mayor control sobre el banco central.

Presiones actuales: el caso Lisa Cook

La reciente presión sobre Lisa Cook es significativa porque su mandato se extiende hasta 2038. Forzar su salida anticipada permitiría a la administración Trump designar a un reemplazo leal, alterando el equilibrio de poder al interior de la junta de gobernadores de la Fed.

Además, Trump ya nominó a Stephen Miran, su principal economista, como reemplazo potencial de otra vacante surgida recientemente: la de Adriana Kugler, quien renunció en agosto. Esto refuerza la sospecha de que el expresidente lleva adelante una estrategia sistemática para reconfigurar la Fed desde adentro.

¿Puede el presidente destituir al presidente de la Fed?

No directamente. La ley establece que el presidente de la Fed es designado por un mandato de cuatro años, confirmado por el Senado, y solo puede ser removido “por causa justificada”. De hecho, la Corte Suprema trató este tema recientemente en relación con otras agencias independientes y dejó en claro que diferir en la política monetaria no es razón válida para despedir al presidente de la Fed.

Trump, sin embargo, ha acusado a Powell de mala gestión del proyecto de renovación de los edificios de la institución (un gasto de 2.5 mil millones de dólares), aparentemente buscando una justificación legal para removerlo.

Consecuencias económicas de una Fed politizada

¿Qué pasaría si el presidente lograra tomar control total de la Fed? Los expertos coinciden en que la pérdida de independencia tendría graves consecuencias:

  • Volatilidad en los mercados: las decisiones del banco dejarían de basarse exclusivamente en datos económicos, generando incertidumbre.
  • Inflación descontrolada: medidas populistas como bajar demasiado las tasas de interés podrían sobrecalentar la economía y alimentar la inflación.
  • Desconfianza global: dado que el dólar es la moneda de reserva mundial, cualquier pérdida de credibilidad afectaría a nivel internacional.

En palabras de Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro, “una Reserva Federal sumisa puede ayudar al presidente a corto plazo, pero dañar irreversiblemente la estabilidad financiera del país”.

Mercado inmobiliario: la otra cara de la presión sobre la Fed

En paralelo, el mercado de la vivienda también refleja la tensión entre política monetaria e intereses políticos. Los datos más recientes en EE.UU. muestran un leve repunte en ventas de casas usadas en julio (+2% respecto a junio), motivado por una baja moderada en las tasas hipotecarias, ahora en torno al 6.58% para préstamos a 30 años.

Sin embargo, siguen siendo tasas significativamente más altas que las de 2021 (entonces por debajo del 3%), lo que ha restringido el acceso a la vivienda a muchas personas. De hecho, 2023 fue el peor año en ventas en casi tres décadas, debido en parte al endurecimiento de las condiciones crediticias por parte de la Fed.

Aunque los precios muestran signos de estabilización —el valor mediano nacional se situó en $422,400, con un aumento interanual de solo el 0.2%—, el stock de viviendas sin vender ha aumentado hasta 1.55 millones (el nivel más alto en cinco años). Esta acumulación es funcional a los argumentos de Trump: sostener que la Fed está “enfriando” innecesariamente la economía.

El rol del Congreso y el diseño institucional de la Fed

La Fed es semi-independiente, pero no completamente soberana. El presidente designa a sus miembros —siete en total— con mandatos largos (hasta 14 años). Así, en un solo mandato pueden cambiarse varios miembros. Por ejemplo, la administración Biden nombró a cuatro de los actuales siete: Powell, Cook, Philip Jefferson y Michael Barr.

Además, el Congreso tiene capacidad de supervisión. Desde 1977, la Fed tiene un doble mandato: estabilidad de precios e impulso al empleo. Esto quiere decir que sus decisiones deben equilibrar constantemente inflación y desempleo.

En base a ese mandato, muchos economistas afirman que bajar las tasas en un contexto de inflación residual sería imprudente. Aunque los precios parecen estabilizarse, aún no han regresado completamente al objetivo del 2% anual de inflación.

¿Cuál es el fondo del conflicto?

Lo que está en juego no es solo el control de una institución. En el fondo hay una discusión más amplia sobre el modelo económico de Estados Unidos: ¿debe el banco central adaptarse a las prioridades políticas del gobierno de turno, o mantener una postura independiente en función de datos técnicos?

Trump ha demostrado una visión poco convencional sobre instituciones republicanas: busca actores leales, incluso en lugares donde históricamente se ha priorizado la neutralidad técnica. Esto incluye desde jueces hasta miembros de la Fed.

La remoción o presión indebida sobre figuras como Lisa Cook o Jerome Powell no solo afectaría decisiones técnicas, sino que abriría una brecha peligrosa para futuras administraciones que podrían intensificar esta tendencia.

¿Qué esperar hacia 2026?

El 2026 marcará el fin del actual mandato de Powell. Si Trump lo desea, podrá elegir a un nuevo presidente de la Fed más alineado con su visión. Sin embargo, cabe recordar que las decisiones de política monetaria no dependen exclusivamente del presidente del banco.

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) —el órgano que define las tasas de interés— está compuesto por 12 miembros con derecho a voto, provenientes de las distintas regiones de la Fed. Esto asegura una cierta pluralidad en las decisiones, aunque una presidencia fuerte puede influir en la dirección general.

Una amenaza al corazón de la economía global

La independencia del banco central de Estados Unidos es vista como una de las garantías más importantes del orden económico mundial actual. Una Fed presionada política y públicamente podría perder su credibilidad, afectando los mercados globales y socavando la estabilidad del dólar.

En un mundo cada vez más volátil, la credibilidad institucional es un activo invaluable. Habrá que ver si sobrevive a la embestida más intensa hasta ahora de una Casa Blanca ansiosa por dominar todos los tableros del poder.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press