Puentes Ferroviarios en EE.UU.: Una Crisis Invisible que Amenaza Comunidades

Entre la falta de transparencia, los mínimos controles gubernamentales y múltiples colapsos, el sistema ferroviario de puentes en Estados Unidos se tambalea sobre una estructura corroída

Los accidentes que no deberíamos ignorar

En enero de 2025, el colapso del puente ferroviario en Corvallis, Oregón, marcó otro episodio trágico en una lista creciente de fracasos en la infraestructura ferroviaria estadounidense. El puente, de más de 70 años de antigüedad, se vino abajo cuando un tren de carga lo cruzaba, vertiendo casi 150,000 libras de fertilizante al río Marys. Para la comunidad y ambientalistas como Michelle Emmons, de la organización Willamette Riverkeeper, el desastre era predecible y, por lo tanto, inaceptable. La pregunta central es: ¿cómo pudo pasar esto en pleno siglo XXI y quién debió haberlo impedido?

Un modelo de autorregulación sin suficientes controles

Según una investigación del Howard Center for Investigative Journalism en la Universidad Estatal de Arizona, la seguridad de los puentes ferroviarios en Estados Unidos depende en gran medida de la supervisión interna de las propias compañías ferroviarias. Esto difiere drásticamente del sistema carretero nacional en el que los 623,000 puentes para automóviles deben ser inspeccionados regularmente con datos accesibles al público.

En el caso ferroviario, solo hay seis inspectores federales para los aproximadamente 70,000 puentes ferroviarios existentes en el país. Con estas cifras, el margen de error o negligencia se amplifica peligrosamente.

Una historia repetida: accidentes que se pudieron prevenir

La lista de accidentes relacionados con puentes ferroviarios continúa creciendo. De acuerdo con datos de la Federal Railroad Administration (FRA), se han registrado 112 accidentes desde 1976 relacionados con puentes, lo que arroja más de dos incidentes por año.

El caso de 2015 en Dakota del Sur, donde un tren de BNSF cargado de etanol se descarriló y derramó 50,000 galones del líquido inflamable, es otro ejemplo de cómo el mantenimiento diferido y el soporte estructural deficiente pueden desembocar en consecuencias catastróficas.

Otro suceso grave ocurrió en 2020 en Tempe, Arizona, donde un descarrilamiento causó el colapso parcial del puente y un incendio posterior. En esa ocasión, más de 2,000 galones de químicos inflamables se filtraron al medio ambiente.

¿Obedecer las normas o maximizar ganancias?

El costo de implementar medidas básicas de seguridad como los rieles de protección interior ha sido citado por empresas como una barrera. Un testimonio dado al National Transportation Safety Board (NTSB) en 2020 indicó que 218 de 635 puentes que requieren rieles internos no los tienen instalados. ¿La razón? “Es un esfuerzo costoso”, dijo Tomasz Gawronski, director de inspección de puentes en Union Pacific.

Esto, pese a que Union Pacific reportó $5.3 mil millones en ganancias ese mismo año, con ingresos operativos de $19.5 mil millones.

Omisiones sistemáticas y falta de acceso a la información

La falta de transparencia también es un problema persistente. Portland & Western Railroad, empresa propietaria del puente derrumbado en Corvallis, rechazó solicitudes para acceder a los informes de inspección, argumentando que son demasiado técnicos para el público general. Esto va en contra de cualquier lógica de confianza pública y responsabilidad.

Incluso los funcionarios gubernamentales enfrentan obstáculos para obtener detalles básicos sobre la seguridad de los puentes. La Ley FAST de 2015 (Fixing America’s Surface Transportation) supuestamente obliga a las ferroviarias a proporcionar cierta información a pedido de funcionarios elegidos. Sin embargo, la congresista Summer Lee denunció que los documentos están tan redondeados que son “casi una broma”.

¿Quién nos protege?

La Federal Railroad Administration tiene un equipo extremadamente pequeño: solo tres especialistas en puentes y tres ingenieros estructurales para supervisar más de 69,000 puentes que están bajo su radar. Jared Cassity, líder sindical de SMART TD, el mayor sindicato ferroviario de América del Norte, lo expresó claramente: “Es chocante y simplemente aterrador.”

Este déficit de personal repercute directamente en la supervisión insuficiente. De los aproximadamente 755 compañías ferroviarias que existen en EE.UU., 677 han sido auditadas desde la implementación de la norma en 2010. Esto deja a una de cada diez ferroviarias sin auditorías regulatorias.

Desastres con consecuencias humanas y ambientales reales

Más allá del deterioro estructural, estos colapsos tienen un impacto devastador en las comunidades, ecosistemas y vidas humanas. En octubre de 2023, un descarrilamiento en Colorado causó el colapso de un puente y la muerte de un conductor de camión que circulaba debajo.

El derrame masivo de fertilizantes en Corvallis amenaza con alterar drásticamente el equilibrio ecológico del río Marys, intensificando una crisis ambiental que ya preocupaba a la comunidad. Por si fuera poco, muchas de estas áreas afectadas carecen de los recursos para enfrentar este tipo de emergencias de forma efectiva.

¿Se avecinan cambios?

La congresista Summer Lee ya está redactando una nueva propuesta legislativa para establecer una base de datos pública con información simple y clara sobre la condición de puentes ferroviarios. “Esto no es un problema de distritos azules o rojos. Es un problema de seguridad pública nacional”, declaró Lee.

Sin embargo, sus intentos previos se han topado con el poderoso lobby ferroviario, una red con vasto alcance político y financiero.

El verdadero precio de la negligencia

Mientras las compañías ferroviarias aseguran cumplir con los mínimos estándares legales, los hechos narran otra historia: una marcada por el diferimiento de mantenimiento crítico, ausencia de medidas de seguridad esenciales y políticas de opacidad que blindan responsabilidades.

Y aunque la tecnología para evitar muchas de estas tragedias existe, como rieles interiores o sistemas de monitoreo estructural en tiempo real, la implementación sigue siendo opcional y generalmente demanda un detonante trágico para concretarse.

¿Puentes hacia el futuro o hacia el colapso?

Estados Unidos necesita replantear su sistema nacional de infraestructura ferroviaria con una mirada holística, que ponga en el centro la vida de las comunidades y el equilibrio ambiental, no únicamente los balances financieros de las corporaciones. Y ello comienza con transparencia, inversión y supervisión real.

“Cuando las empresas privadas operan infraestructura crítica sin controles públicos eficientes, el resultado no es una economía más ágil, sino una amenaza estructural latente.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press