Ucrania bajo fuego: el ataque masivo de Rusia y el nuevo tablero diplomático
Mientras Rusia lanza uno de sus mayores bombardeos del año, Zelenskyy busca seguridad con aliados y plantea diálogos directos con Putin
Una noche de espanto: drones y misiles rusos llueven sobre Ucrania
El pasado jueves, Ucrania vivió una de las noches más intensas desde el inicio de la invasión rusa en 2022. Según reportes oficiales de la Fuerza Aérea de Ucrania, Rusia lanzó 574 drones y 40 misiles sobre diversas regiones del país, en un ataque aéreo que destaca como el tercer más grande del año en términos de aeronaves no tripuladas.
El ataque se concentró principalmente en las regiones occidentales de Ucrania, zonas que se han considerado relativamente seguras al estar alejadas de la línea de frente en el este y sur del país. No obstante, estas regiones resultan clave desde el punto de vista logístico y estratégico, pues se cree que allí se reciben, almacenan y distribuyen buena parte de los insumos militares proporcionados por potencias occidentales.
Las autoridades ucranianas confirmaron al menos un muerto y 15 heridos. Pero además de las pérdidas humanas, lo que más llamó la atención fue el blanco de algunos de los ataques: una “importante empresa estadounidense de electrónica doméstica”, según reveló el canciller ucraniano Andrii Sybiha.
“Muy revelador”: Zelenskyy condena el ataque contra una empresa civil
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy no tardó en expresar su indignación. En un comunicado, señaló que Rusia había lanzado misiles de crucero contra una simple empresa civil que fabrica electrodomésticos como cafeteras.
“Eso también fue un blanco para Rusia. Muy revelador”, sentenció el mandatario ucraniano.
Este tipo de ataques revela una escalada en la estrategia del Kremlin que apunta no solo a instalaciones militares sino también a infraestructura civil —una táctica que ha sido consistentemente condenada a nivel internacional por contravenir el derecho humanitario.
El contexto diplomático: nuevas conversaciones y un Trump activo
El bombardeo coincidió con un nuevo intento liderado por Estados Unidos para revitalizar las negociaciones de paz. Según anunció Zelenskyy, su equipo celebrará reuniones intensivas en los próximos 10 días para definir el marco de las garantías de seguridad que aliados como EE. UU. estarían dispuestos a ofrecer.
Esto podría allanar el camino para una posible reunión trilateral entre Zelenskyy, el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente ruso Vladimir Putin —la primera desde el inicio de la guerra en 2022.
“Queremos tener claridad sobre la arquitectura de garantías de seguridad antes de sentarnos con Putin”, dijo Zelenskyy a la prensa.
El enfoque, respaldado oficialmente por Trump, buscaría un mecanismo similar al Artículo 5 de la OTAN, mediante el cual un ataque a un país miembro es considerado un ataque a todos. Aunque técnicamente Ucrania no es parte de la Alianza Atlántica, la idea es implementar un sistema de protección colectiva ad hoc.
Europa, Turquía y el Mar Negro: nuevos actores en juego
Además de EE. UU., varios países europeos y Turquía están involucrados en las discusiones. Zelenskyy mencionó Austria, Suiza y Turquía como posibles sedes para la cumbre trilateral. Mientras tanto, Turquía ya ha manifestado su disposición a brindar seguridad en el área del Mar Negro, una zona clave para la exportación de granos y mercancías desde Ucrania.
Una alianza ampliada, que incluiría a más de 30 países que ya han ofrecido garantías de forma preliminar, está en proceso de cristalización.
¿Y Rusia? Lavrov responde
Desde Moscú, el canciller ruso Serguéi Lavrov rechazó de plano cualquier intento de negociar sin la participación directa de Rusia. Según declaraciones recogidas por la agencia estatal RIA Novosti, Lavrov afirmó:
“No funcionará intentar resolver problemas de seguridad colectiva sin la Federación Rusa. Protegeremos nuestros intereses de forma firme y enérgica.”
Sus declaraciones subrayan el abismo diplomático que aún separa las posturas de Kiev y Moscú, y evidencian lo difícil que será alcanzar un consenso sin compromisos significativos por parte de ambos lados.
Zelenskyy, Trump y el mapa equivocado
Durante su visita a Washington, Zelenskyy se reunió con Trump y líderes europeos en la Casa Blanca. En una conversación que catalogó como “positiva y muy detallada”, el líder ucraniano intentó convencer a Trump de que la situación sobre el terreno no es tan desastrosa como lo describen medios rusos.
Incluso corrigió un error en el mapa estadounidense que mostraba falsamente a Rusia controlando más territorio del que realmente posee.
Zelenskyy comentó: “Le mostré a Trump cómo una retirada de tropas desde el Este podría abrir el camino hacia [la ciudad estratégica de] Járkov. También le enseñé las rutas hacia la región industrial de Dnipropetrovsk.”
El presidente ucraniano asegura que Trump comprendió los riesgos que implicaría cualquier concesión territorial prematura. A su juicio, establecer primero el andamiaje de seguridad brinda una posición negociadora más sólida.
Seguridad y expectativas: ¿esperanza o ilusión?
Las señales provenientes del equipo de Trump y de varios aliados europeos han renovado las esperanzas en Kiev, aunque no sin cautela. A pesar del entusiasmo, la posición estadounidense todavía muestra ambivalencia sobre compromisos concretos, una situación que ha ralentizado las conversaciones desde hace meses.
Zelenskyy insiste en que, si Moscú no muestra una disposición real para negociar, entonces debería haber sanciones más duras por parte de EE. UU. y sus aliados. En ese contexto, la presión internacional vuelve a ser fundamental.
Una guerra que entra en su cuarto año
Desde que comenzó en febrero de 2022, la invasión rusa a Ucrania ha provocado más de 500,000 víctimas entre muertos y heridos, además de millones de desplazados y una crisis humanitaria sin precedentes en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) muestran que cerca de 8 millones de ucranianos han abandonado el país desde el inicio del conflicto.
¿Cambiará el tablero geopolítico?
La lluvia de misiles y drones sobre el oeste de Ucrania nos recuerda que la guerra todavía no ha tocado fondo. Y mientras el Kremlin insiste en su narrativa de defensa de intereses legítimos, Kiev busca un camino complicado pero necesario: un marco internacional de seguridad creíble que permita sentarse a la mesa sin asumir riesgos mortales.
El próximo capítulo podría escribirse en Viena, Ginebra o Estambul. Pero aún queda por ver si será una página de paz o un nuevo acto en el prolongado escenario de guerra.