¿Comer afuera o jugar a la ruleta rusa? California se prepara para ser pionera en protección alimentaria
Una nueva ley busca obligar a los restaurantes a informar sobre alérgenos en sus menús y brindar seguridad a millones de personas con alergias graves
Comer en un restaurante debería ser una experiencia placentera, pero para millones de personas con alergias alimentarias es una apuesta riesgosa que puede terminar en el hospital.
En California, esta realidad cotidiana está a punto de cambiar. El Senado del estado avanza con el Senate Bill 68, también conocido como Allergen Disclosure for Dining Experiences Act (ADDE). Esta nueva legislación convertiría a California en el primer estado en los Estados Unidos en obligar a los restaurantes a informar si sus platillos contienen alguno de los nueve alérgenos alimentarios más comunes: leche, huevos, pescado, mariscos, frutos secos, cacahuetes, trigo, sésamo y soya.
Una necesidad urgente para millones
Según datos de la Food Allergy Research and Education (FARE), más de 33 millones de estadounidenses —incluyendo casi 4 millones solo en California— padecen al menos una alergia alimentaria. Estas condiciones no solo limitan su dieta, sino que pueden ser potencialmente mortales.
Tal es el caso de Braxton Kimura, un estudiante de secundaria de San José, quien describe su vida como una constante vigilancia. “Comer fuera es definitivamente peligroso… siempre llevo mis EpiPens y estoy nervioso todo el tiempo”, explica el joven de 17 años, alérgico a los cacahuetes, mariscos y la mayoría de los frutos secos.
La propuesta legislativa SB 68
La promotora de la ley es la senadora demócrata Caroline Menjivar del Valle de San Fernando, quien también sufre de alergias alimentarias graves. La idea de legislar surgió durante un viaje a Europa, donde la normativa obliga a los restaurantes desde 2014 a declarar los alérgenos en sus menús.
“Buscamos proteger a los millones de personas en California que como yo, viven con alergias alimentarias”, dijo Menjivar. La senadora ha sido hospitalizada varias veces por reacciones anafilácticas, reacciones alérgicas potencialmente mortales.
El proyecto fue inspirado además por la historia de Addie Lao, una niña de nueve años con alergias severas, quien se ha convertido en la imagen pública de la propuesta. “Quiero poder salir a comer con mis amigos y mi familia como todos los demás”, expresó Addie en una audiencia legislativa ante senadores en Sacramento.
¿Qué implica la ley para los restaurantes?
Si la ley es aprobada y firmada por el gobernador Gavin Newsom, entraría en vigencia el 1 de julio de 2026.
Los restaurantes deberán indicar los alérgenos presentes en cada platillo de una de las siguientes formas:
- En los menús impresos
- A través de una carta o parrilla específica de alérgenos
- Mediante códigos QR que dirigen a menús digitales con esta información
- O cualquier otro material impreso dentro del establecimiento
Los carritos de comida y food trucks estarán exentos de esta obligación.
Oposición del sector gastronómico
La California Restaurant Association se opone al proyecto. Argumenta que la ley impondrá costos adicionales y obligaciones logísticas complejas en una industria que ya lucha contra aumentos en los precios de los alimentos, falta de personal y consumidores más cautos con sus gastos.
“Los menús se volverán imprácticos, con cambios constantes por cada alteración en los ingredientes, lo cual es costoso”, explicó Matthew Sutton, vicepresidente senior de la Asociación.
Los restaurantes también piden más flexibilidad en cómo se publica la información y protección legal en caso de error involuntario.
La experiencia de quienes ya lo aplican
Algunas cadenas de restaurantes ya brindan esta información voluntariamente. Es el caso de Chipotle, Red Robin Gourmet Burgers y Olive Garden. Además, hay ejemplos ejemplares como el de Brian Hom, dueño de dos restaurantes Vitality Bowl en San José.
Hom se convirtió en activista tras la muerte de su hijo de 18 años en su cumpleaños en 2008, luego de consumir accidentalmente cacahuetes en un resort. “Esta ley va a salvar vidas… No quiero que ninguna otra familia pase lo que mi esposa y yo pasamos”, dijo.
El legado de una generación más consciente
Kimura no solo vive con una realidad compleja, también la enfrenta activamente. Creó la organización Beyond the Shell y produjo un documental llamado The Last Bite, en el que ilustra cómo es vivir con alergias potencialmente letales.
“Aun si aprueban la ley, seguiré hablando con el personal de los restaurantes para confirmar la seguridad de los platillos, pero contar con etiquetas de alérgenos reduce enormemente el estrés”, explica Kimura. “Definitivamente es un paso en la dirección correcta”.
Un problema en aumento
Las alergias alimentarias han aumentado dramáticamente en las últimas dos décadas. De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), entre 1997 y 2011, las alergias alimentarias en niños en Estados Unidos aumentaron en un 50%, y continúan en aumento.
Los expertos lo atribuyen a múltiples factores: cambios en la dieta, aumento en el diagnóstico, predisposición genética, e incluso un exceso de higiene que impediría el desarrollo de tolerancia inmunológica en edades tempranas (hipótesis de la higiene).
Europa como modelo de éxito
La Unión Europea estableció en 2014 la obligación de identificar 14 alérgenos comunes en los menús de restaurantes y productos envasados. Esta normativa ha generado una cultura generalizada de conciencia alimentaria. Comer fuera con alergias en ciudades como París, Berlín o Madrid es mucho menos angustiante gracias a estos estándares claramente definidos.
California podría seguir este camino y, con ello, establecer un nuevo estándar nacional. En un estado caracterizado por innovar en áreas como el medio ambiente, la salud pública y la tecnología, proteger la salud de millones de niños y adultos alérgicos no debería ser la excepción.
Todo por una simple notificación
Mientras que muchos ven la medida como una carga financiera o burocrática, para personas como Addie Lao, Braxton Kimura y miles de familias afectadas, se trata simplemente de poder disfrutar una cena fuera sin el temor constante a terminar en urgencias.
“Es como si ir a un restaurante fuera un juego de ruleta rusa”, dice Brian Hom. “No debería ser así. No cuando podemos prevenirlo con algo tan simple como información.”
La votación clave se espera para septiembre de 2025 y, de aprobarse, podría cambiar para siempre cómo se come fuera en el estado dorado, estableciendo un precedente para el resto del país.