El reloj nuclear: tensión máxima entre Irán, Europa e Israel en medio de amenazas y acuerdos rotos

A pocas semanas de que expire la cláusula de 'snapback', el mundo observa con alarma cómo crece la disconformidad nuclear mientras Gaza se enfrenta a una posible ofensiva total

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Una tormenta diplomática se avecina

En el complejo ajedrez geopolítico de Medio Oriente, los movimientos recientes de Irán, Israel y la Unión Europea revelan un punto de ebullición que amenaza con tener consecuencias catastróficas a nivel global. Por un lado, la Franja de Gaza vuelve a estar en el foco, con amenazas explícitas de destrucción total por parte de Israel si Hamas no cede a sus condiciones. Por otro, el programa nuclear iraní regresa al centro del escenario ante la presión europea para reimponer sanciones bajo el mecanismo conocido como snapback.

Israel y la advertencia devastadora sobre Gaza

Israel ha intensificado su retórica militar al declarar, a través de su ministro de Defensa, Yoav Gallant, que Gaza City podría correr la misma suerte que Rafah y Beit Hanoun, ciudades reducidas prácticamente a escombros durante los primeros meses del conflicto. Gallant fue claro al afirmar que “las puertas del infierno se abrirán sobre las cabezas de los asesinos y violadores de Hamas” si no se liberan todos los rehenes israelíes y se desarmen completamente.

Esta postura se alinea con el discurso del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ha obtenido apoyo interno para autorizar una nueva ofensiva militar sobre Gaza City. En un contexto donde las negociaciones diplomáticas son nulas o débiles, la posibilidad de una destrucción significativamente mayor en la Franja se acerca cada día más.

A lo largo del conflicto, Gaza ha sufrido pérdidas humanas y materiales inimaginables. Según cifras de la ONU, más de 33.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto renovado en 2023, y alrededor del 70% de las infraestructuras de Gaza están dañadas o destruidas. Las organizaciones humanitarias siguen criticando las acciones israelíes en lo que ya se ha calificado como la mayor crisis humanitaria de las últimas décadas en la región.

Irán: una bomba de tiempo diplomática

Simultáneamente, Irán se encuentra contra las cuerdas. A tan solo días del 31 de agosto, fecha límite impuesta por Francia, Alemania y Reino Unido para «un acuerdo satisfactorio», el país persa propuso una llamada de emergencia entre su ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, y sus contrapartes europeas. El objetivo es claro: evitar el restablecimiento de sanciones de Naciones Unidas bajo el sistema de snapback.

El acuerdo nuclear de 2015, conocido oficialmente como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), fue diseñado para limitar el desarrollo atómico iraní a cambio del levantamiento progresivo de sanciones económicas. Sin embargo, desde la salida de Estados Unidos del pacto en 2018, las tensiones no han dejado de crecer. Actualmente, Irán enriquece uranio hasta un 60% de pureza, muy cerca del umbral del 90% requerido para fabricar una bomba nuclear.

Según la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), Irán ha acumulado más de 121 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, más que suficiente para, técnicamente, producir al menos una ojiva si decidiera dar ese paso.

Una IAEA sin ojos y bajo amenaza

Como agravante, Irán ha cortado toda cooperación con la IAEA desde que sus instalaciones fueron bombardeadas durante la guerra de junio con Israel. Actualmente, el organismo de control nuclear no tiene acceso para verificar el estado del programa iraní ni de su inventario en tiempo real.

La situación se complica aún más con amenazas de Teherán de arrestar al director general de la agencia, Rafael Mariano Grossi, en caso de poner un pie en suelo iraní. Grossi ya ha enfrentado anteriormente tensiones por sus informes críticos hacia el régimen iraní, pero esta amenaza directa marca un precedente peligroso.

Irán también ha acusado a la IAEA de ser parcial y de haber contribuido al estallido del conflicto con Israel. Sin pruebas concretas, esta acusación forma parte del esfuerzo del gobierno iraní liderado por Ebrahim Raisi para culpar a actores internacionales en lugar de abordar las críticas a sus políticas nucleares internas.

¿Qué significa el "snapback" y por qué es clave?

El mecanismo de snapback fue incluido en el JCPOA como una cláusula de seguridad, dando derecho a cualquier firmante del acuerdo a reimponer todas las sanciones si se demuestra que Irán incumple sus compromisos. Lo crucial es que esta herramienta vence en octubre de 2025. Es decir, si no se activa antes, los países europeos ya no podrían usarla como palanca política y diplomática.

Este contexto obliga a Europa a tomar decisiones serias rápidamente. Una reimposición de sanciones podría devastar aún más la economía iraní, que ya sufre una inflación del más del 50% y tasas de desempleo juvenil que superan el 27%. No obstante, también podría empujar a Irán a retirarse oficialmente del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), con consecuencias impredecibles.

Israel-Irán: un conflicto no resuelto

Aunque existe un acuerdo de paz frágil entre Israel e Irán desde el alto el fuego en junio de 2025, cada nueva semana demuestra que esta paz podría ser temporal. Las hostilidades subyacentes permanecen y, como lo han demostrado las palabras de líderes israelíes, la confrontación aún está al borde del abismo.

El conflicto ha obligado a otros actores internacionales, como Estados Unidos y Rusia, a posicionarse con cuidado. Mientras que Washington ha mantenido presión sobre Irán, también ha buscado evitar una escalada militar directa entre sus aliados y Teherán. Por su parte, Moscú y Pekín, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, han evitado tomar bando directo, aunque ocasionalmente han expresado apoyo político a Irán.

¿Rumbo a una nueva era nuclear?

La comunidad internacional se encuentra en una nueva fase crítica. Con la presión desbordada en múltiples frentes —diplomático, nuclear, humanitario y militar—, las decisiones de las próximas cuatro semanas podrían definir el equilibrio de poder en Medio Oriente durante la próxima década.

  • ¿Cederá Irán ante la presión y restaurará la cooperación con la IAEA?
  • ¿Ejecutará Israel su ofensiva total sobre Gaza City?
  • ¿Activará Europa finalmente el snapback?

Estas, entre muchas otras preguntas, mantienen a diplomáticos, analistas y poblaciones enteras al borde del asiento. Hay mucho en juego: desde vidas humanas hasta el posible retorno de un Irán plenamente enfrentado a las potencias occidentales, con capacidades nucleares cada vez más sofisticadas.

El mundo observa, pero… ¿actuará?

Poco margen hay ya para el error. Cualquier chispa inesperada podría detonar una crisis de escala mundial, reviviendo lo peor de la Guerra Fría en una era donde la información y la desinformación vuelan más rápido que los misiles. Las capitales de Occidente deben elegir con cuidado sus próximas acciones diplomáticas, y las de Medio Oriente saben que el precio de la intransigencia podría ser un nuevo ciclo de violencia aún más irreversible.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press