¿Se avecina una tormenta económica? Así impactaría el alza en seguros médicos en EE.UU.

El aumento del costo médico, las terapias farmacéuticas innovadoras y la presión sobre los mercados están remodelando el panorama del seguro de salud.

Un sistema bajo presión: ¿qué está pasando con el seguro médico?

El seguro médico en Estados Unidos se enfrenta a una tormenta perfecta: aumento de costos, tratamientos innovadores cada vez más costosos y un entorno económico incierto. Todo esto podría traducirse en primas más altas, menos cobertura y, en última instancia, mayor presión sobre los pacientes para el año 2026.

El Kaiser Family Foundation (KFF), organización sin fines de lucro especializada en temas de salud pública, advierte de que los precios de los seguros en los mercados individuales del Affordable Care Act (también conocido como "Obamacare") podrían aumentar en un 20% para 2026. Esto llega justo cuando las ayudas fiscales que subsidian el costo de estos seguros podrían expirar, elevando el gasto del consumidor promedio en un 75% o más.

"Estamos en un periodo de incertidumbre en todos los mercados de seguros, algo que no habíamos visto desde hace mucho tiempo", declara Larry Levitt, vicepresidente ejecutivo de KFF.

Costos crecientes: el principal enemigo

Las compañías aseguradoras vienen registrando un aumento en los reclamos por servicios médicos generales y especialmente por los tratamientos de salud mental. Además, muchos consumidores sanos están abandonando los planes privados individuales, lo que deja el sistema con una población asegurada más enferma y costosa.

El caso es más complejo con los medicamentos. En particular, los fármacos conocidos como GLP-1, como Ozempic, WeGovy, Zepbound y Mounjaro, utilizados ampliamente en tratamientos para la diabetes y la obesidad, están entre los mayores catalizadores del aumento de gastos.

“La farmacia me da dolor de cabeza, sin querer hacer un juego de palabras,” admite Vinnie Daboul, director de RT Consulting, firma consultora de beneficios para empleados en Boston.

Los medicamentos más caros de la historia

Además de los GLP-1, las nuevas terapias génicas contra enfermedades raras tienen impactos económicos espectaculares. Alrededor de 47 reclamaciones superaron los $3 millones de dólares en 2023, según Sun Life Financial, empresa que cubre gastos médicos altos para empleadores que autofinancian sus servicios de salud. Hace cinco años, esa cifra era un puñado de casos; hace una década, ninguno.

“Esto está añadiendo un crecimiento médico que no habíamos visto antes”, afirmó Jen Collier, presidenta de Health and Risk Solutions en Sun Life Financial.

El dolor del mercado: las primas Obamacare

Los impactos inmediatos se verán, principalmente, en los mercados individuales del Obamacare. Las aseguradoras pronostican incrementos del 20% en primas, en tanto se espera que desaparezcan ciertas ayudas federales. Si el Congreso no renueva esos subsidios, muchos usuarios podrían enfrentar incrementos abruptos del 75% como mínimo.

Esto amenaza directamente a los trabajadores de pequeñas empresas que no pueden ofrecer seguros corporativos porque los costos son prohibitivos. Shirley Modlin, propietaria de 3D Design and Manufacturing en Virginia, está preocupada por esto. Actualmente ofrece hasta $350 al mes a sus empleados para que adquieran su propio seguro, pero esa cifra cada vez cubre menos.

“Mis empleados tal vez no quieran trabajar en una gran corporación, pero cuando deben pagar sus facturas, a veces deben hacer sacrificios”, dice Modlin.

Grandes empresas también harán ajustes

No solo los consumidores individuales sufrirán. La consultora Mercer reveló que alrededor del 50% de las empresas grandes planean traspasar parte de los costos a sus empleados. ¿Cómo? A través de deducibles más altos y un límite médico que se alcanza más tarde.

¿Cobertura farmacéutica en peligro?

Muchos expertos prevén recortes en cobertura de medicamentos. Algunos planes ya aplican deducibles separados entre gastos médicos y farmacéuticos, y otros imponen límites a qué pacientes pueden acceder a tratamientos costosos —especialmente para los GLP-1—.

Según Emily Bremer, presidenta de una agencia de seguros en St. Louis, esa tendencia podría acelerarse si los costos siguen subiendo. En sus palabras:

“Si no hacemos algo con los costos farmacéuticos, el cambio vendrá antes de lo que pensamos”.

La batalla política también cuenta

En medio de estas tensiones, hay una presión creciente sobre la Reserva Federal para bajar las tasas de interés. La semana pasada, Jerome Powell, presidente de la Fed, sugirió que los riesgos para el mercado laboral podrían justificar una baja de tasas en la reunión de septiembre. Una menor tasa de interés podría abaratar créditos y ayudar a aliviar algo de la presión financiera en sectores como salud e inversión.

Las bolsas mundiales respondieron positivamente a este optimismo. Índices como el Hang Seng de Hong Kong subió 2.1%, el Shanghai Composite un 0.9%, y el Taiex de Taiwán un impresionante 2.5% gracias al buen desempeño de TSMC. Incluso Wall Street se apuntó un rally: el Dow Jones se disparó 846 puntos a un récord de 45,631.74.

Aun así, Powell fue cauteloso. Indicó que, aunque el mercado laboral está relativamente estable, sigue siendo una especie de “curioso equilibrio”. Mientras tanto, la inflación sigue amenazando con repuntes inesperados.

¿Nuestras decisiones o las del Congreso?

Buena parte del futuro de los seguros descansará en las decisiones del Congreso estadounidense. Si no se renuevan los subsidios actuales a los seguros del ACA, millones podrían quedar sin cobertura o con planes insuficientes.

Desde las salas del poder hasta las consultas médicas, los efectos de este mercado en evolución prometen dejar huella. Habrá quienes reclamen reformas, y otros que propongan soluciones dentro del sistema actual. Lo claro es que el sistema estadounidense de salud enfrenta uno de sus mayores retos financieros en décadas.

Como siempre, los mayores damnificados serán los pacientes, especialmente aquellos que no gozan del respaldo de grandes empresas ni de contratos estatales. La salud, aunque vital, parece cada vez más un privilegio —y no un derecho básico—.

Y tú, ¿estás preparado para pagar más por tu salud?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press