El impacto de las lesiones en la MLB 2025: cuando el talento no basta para ganar

Las recientes lesiones de figuras clave como Marcus Semien y Kyle Bradish han reabierto el debate sobre lo frágil que puede ser una temporada en las Grandes Ligas.

La fragilidad del éxito: Semien se despide (¿temporalmente?) de la temporada

El béisbol es, por naturaleza, uno de los deportes más impredecibles del mundo. Y no solo porque un juego puede cambiar con un swing o un lanzamiento, sino porque todo puede desmoronarse con una simple jugada desafortunada. Ese parece ser el caso de Marcus Semien, segunda base de los Texas Rangers, quien ha sufrido una fractura ósea y esguince de ligamento en el pie izquierdo tras recibir un pelotazo.

"Simple mala suerte, malas noticias", declaró su mánager Bruce Bochy. Una frase que, aunque escueta, resume el sentimiento de una franquicia que aún lucha por entrar en playoffs.

Semien ha sido un modelo de consistencia. Desde su llegada a Texas en 2022, había jugado 609 de los 615 partidos del equipo. En 13 temporadas de Grandes Ligas, solo había estado una vez en la lista de lesionados. Esta es apenas su segunda ocasión.

Hasta su lesión, el veterano de 34 años llevaba 15 cuadrangulares, 62 carreras impulsadas y encabezaba al equipo con 62 anotadas. Nada mal para un contratista de $175 millones. Pero el ligamento dañado podría significar mucho más. "Si se rompe, podría ser un año fuera", comentó Semien al Dallas Morning News.

Kyle Bradish: el regreso tardío de una estrella prometedora

Mientras tanto, en Baltimore, el lanzador Kyle Bradish se prepara para hacer su debut en 2025. Pero dicho estreno llega tarde, en medio de una temporada para el olvido para los Orioles.

Bradish no lanza desde junio de 2024, cuando fue sometido a la temida cirugía Tommy John, una de las operaciones más frecuentes —y también más temidas— entre los lanzadores. Su rendimiento previo era notable: en 2023 tuvo marca de 12-7 con una ERA de apenas 2.83, terminando cuarto en la votación al Cy Young de la Liga Americana.

La falta de su brazo, combinado con la ausencia de Grayson Rodríguez y otras figuras como Félix Bautista o Zach Eflin, dejó a Baltimore sin oportunidades reales de competir. Hoy son colistas y no parece haber salvación esta temporada, aunque su regreso podría ser crucial para 2026.

“Cuando los chicos regresan de lesiones, hay muchas dudas internas. ¿Seré lo suficientemente bueno cuando regrese? Bueno, va a responder eso por sí mismo este mes.” — Tony Mansolino, mánager interino de los Orioles.

Una semana trágica para la salud de MLB

No han sido días fáciles para las pistas médicas de la MLB. A las bajas de Semien y Bradish se han sumado otras:

  • El relevista de los Mets, Reed Garrett, fue puesto en la IL de 15 días por inflamación del codo derecho.
  • Grant Anderson, de los Brewers, también fue enviado a la lista por tendinitis en el tobillo derecho.
  • Oakland trajo de regreso a Zack Gelof, devolviendo al mexicano Ramón Urías a la agencia libre.

Parece claro que más que nunca, la salud está decidiendo la dinámica competitiva de las Grandes Ligas.

Una historia repetida y una advertencia

La historia de Marcus Semien remite a la de múltiples leyendas cuyas campañas fueron opacadas o directamente arruinadas por las lesiones. Basta recordar cuán brillante fue la carrera de Grady Sizemore hasta que sus rodillas dijeron basta, o como Mark Prior pasó de ser el próximo prodigio del montículo a un eterno rehabilitador.

El béisbol moderno exige cada vez más del cuerpo humano. Los equipos médicos avanzan, pero también lo hacen las intensidades de juego. El volumen de partidos y los viajes constantes hacen del béisbol una prueba de resistencia física y mental.

Cuando la historia se cruza con el presente

Curiosamente, mientras hablamos de lesiones actuales, el pasado también pide atención. El 26 de agosto guarda momentos importantes en la historia de la MLB:

  • 1939: Se televisa el primer partido de grandes ligas, entre los Dodgers y los Reds.
  • 1947: Dan Bankhead se convierte en el primer lanzador negro en la MLB. Batea un home run en su primer turno, pero permite 10 hits en 3.1 entradas.
  • 1987: Paul Molitor termina su racha de 39 juegos bateando de hit.
  • 1991: Brett Saberhagen lanza un no-hitter para los Royals.
  • 2010: Albert Pujols conecta su cuadrangular 400.
  • 2018: Kendrys Morales batea su séptimo HR consecutivo en días consecutivos, uniéndose a un selecto grupo de solo siete jugadores en la historia.

Este tipo de hitos nos recuerdan lo efímero del momento y lo importante de cuidar a los jugadores para que puedan seguir escribiendo capítulos gloriosos.

¿Qué sigue para Semien, Bradish y sus equipos?

Para los Rangers, recuperar a Semien antes de la postemporada sería una inyección de moral, pero el pronóstico no es alentador. Con la temporada regular finalizando el 28 de septiembre, su vuelta estaría en la frontera del regreso físico permitido por su lesión.

Bradish, en cambio, deberá usar lo que reste de la campaña para recuperar ritmo competitivo y preparar su cuerpo para una posible renacer en 2026, cuando se espera una versión fortalecida del plantel de Baltimore.

La salud es una ecuación que ninguno de estos equipos puede controlar al 100%. Pero cuidar a sus talentos, brindar mejores cargas físicas, rotaciones más largas y estrategias modernas de prevención deben ser prioridades si se quiere evitar que nombres estelares, como Semien, terminen sus años dorados en lista de lesionados.

Un panorama de cambios urgentes

Tal vez estemos llegando a un punto de inflexión, en el que la ciencia médica del béisbol necesite avanzar al ritmo del juego. Programas de biomecánica avanzada, monitoreo de cargas en tiempo real, mayores días de descanso... todo debe estar sobre la mesa.

No es casualidad que cada vez más peloteros sufran de ligamentos colaterales ulnar (UCL), fracturas por estrés o sobrecargas en grupos musculares sensibles. El cuerpo humano no es una máquina eterna, y la élite del béisbol ya no se puede dar el lujo de suponer que el talento basta.

Una nueva forma de ver el éxito

El éxito en la MLB ya no puede medirse únicamente en victorias y estadísticas. También debe medirse en la capacidad de preservar a las figuras año con año. Lo que Jude Bellingham es hoy para el Real Madrid en el fútbol, lo es Marcus Semien para los Rangers. Perder figuras así no solo afecta el rendimiento, afecta al negocio, al espectáculo y a la conexión con el fan.

Mientras Semien ve los partidos desde la banca con el pie elevado, y Bradish se sube al montículo con la presión de demostrar que aún puede ser una estrella, el béisbol los observa. Espera. Y aprende.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press