Guillermo del Toro resucita a Frankenstein: el monstruo más humano del cine moderno

El director mexicano lleva 30 años soñando con su versión de Frankenstein, y finalmente la veremos este otoño en la gran pantalla. Una historia de redención, monstruos y humanidad.

Un monstruo que marcó a un niño

Guillermo del Toro no es ajeno a los monstruos. El cineasta mexicano, conocido por obras como El laberinto del fauno o La forma del agua, ha dedicado su carrera a devolverle el alma a las bestias del cine. Pero hay un monstruo que lo marcó a fuego: Frankenstein.

Del Toro recuerda haber visto la versión de 1931 protagonizada por Boris Karloff cuando tenía apenas siete años. A los once ya había leído la novela de Mary Shelley, publicada en 1818. "Cuando Karloff cruza el umbral de la puerta en la película... fue como San Pablo camino a Damasco", dijo el director en una entrevista reciente. "Sentí que era yo. Una transfusión de alma inmediata. Fue el perdón por ser imperfecto".

Una historia eterna de padre e hijo

Este otoño, Del Toro finalmente verá nacer su sueño cinematográfico más personal: Frankenstein, una nueva adaptación de la obra de Shelley, producida por Netflix, que se estrenará en salas el 17 de octubre y llegará a la plataforma el 7 de noviembre. Lo define como “la película para la cual he estado entrenando por 30 años”.

En esta versión, Oscar Isaac interpreta al doctor Victor Frankenstein, mientras que Jacob Elordi encarna a la criatura. A ellos se une Christoph Waltz en un papel aún sin revelar. Del Toro se inspiró profundamente en sus propias vivencias como hijo, padre y artista para construir una visión única de esta historia sobre la creación, la soledad y la redención.

Frankenstein: el evangelio de Del Toro

Para Del Toro, Frankenstein es más que una novela gótica. Es un texto sagrado. Lo llama su “evangelio personal”, incluso lo compara con Jesucristo. Durante el primer día de rodaje, le mostró a Oscar Isaac un dibujo del monstruo que hizo siendo adolescente y le dijo: "Esto es como Jesús para mí".

Esta conexión también le da al filme un enfoque profundamente metafísico. "Estoy interesado en responder por qué Dios tuvo que enviar a Jesús a ser crucificado", dijo. La creación de vida, la responsabilidad del creador, el abandono, el exilio... todos temas religiosos que resuenan con fuerza en esta adaptación.

Un proceso de maduración de décadas

Del Toro ha estado desarrollando esta película desde hace más de dos décadas, pero cree que el tiempo era necesario. "Es uno de esos libros que cambian contigo", explica. "De niño me identificaba con la criatura; ahora, como padre, también entiendo a Victor".

Y es esa ambivalencia la que intenta trasladar a la pantalla. "Desde Nightmare Alley vengo pensando que el protagonista y el antagonista pueden ser la misma persona". No hay santos ni demonios absolutos: solo humanos (o monstruos) fragmentados.

Un Frankenstein fiel a Shelley, pero reinventado

El guion, cuidadosamente construido por Del Toro, busca mantenerse fiel al texto original, evitando muchas de las simplificaciones a las que ha sido sometida la historia en el cine. Según él, esta vez veremos un Victor Frankenstein más artista que científico loco.

Para interpretar esa mezcla de genio, ego y fragilidad, Oscar Isaac se inspiró en un ícono inesperado: Prince. "Vi un ensayo del Super Bowl en el que Prince entra al escenario y se adueña del espacio con la mirada. Quise capturar eso", dice el actor.

Una historia con más de 100 adaptaciones

Según el British Film Institute, la figura de Frankenstein ha aparecido en más de 100 películas, desde la primera versión muda en 1910, pasando por las clásicas de Universal, hasta adaptaciones contemporáneas como Frankenstein de Mary Shelley (1994) de Kenneth Branagh o Frankenweenie (2012) de Tim Burton.

Pero pocas han capturado la complejidad emocional y filosófica de la novela original. Del Toro parece tener la sensibilidad justa para hacerlo. "Los monstruos son un sistema de creencias para mí", ha dicho. Su Frankenstein no será una amenaza: será un poema viviente sobre la exclusión y el deseo de conexión.

Un elenco sólido y una factura técnica impecable

Las imágenes reveladas por Netflix muestran una producción visualmente impresionante, con escenarios góticos de gran escala, vestuario meticuloso y una atmósfera lúgubre pero poética. La cinematografía corre a cargo de Dan Laustsen, frecuente colaborador del director, lo que garantiza una estética coherente con su universo visual.

Jacob Elordi, conocido por su trabajo en Euphoria y Saltburn, interpreta al monstruo con una mezcla de ferocidad y ternura. "Nunca me sentí más vulnerable como actor", reconoció Elordi. "No estás simplemente actuando. Estás encarnando una metáfora".

Del Toro, eterno humanista

Pese a su obsesión por seres fantásticos, Del Toro nunca ha sido un director de género puro. Su cine es profundamente humanista y político. En La forma del agua defendía a los marginados; en El espinazo del diablo, a los inocentes atrapados por la guerra.

Ahora, en Frankenstein, enfrenta al espectador con la pregunta esencial: ¿quién es el verdadero monstruo: el creador o su creación? Es una pregunta que resuena no sólo en lo mítico, sino en las relaciones padres-hijos, en la ciencia moderna, en la ética de la inteligencia artificial.

Netflix apuesta fuerte

Netflix tiene grandes esperanzas en este proyecto, del que es productor junto a J. Miles Davis y Scott Stuber. La película abrirá en el Festival de Cine de Venecia (donde Del Toro ya ganó el León de Oro con La forma del agua), luego pasará por el TIFF en Toronto y se posiciona como una de las grandes candidatas al Óscar en 2025.

El último trabajo del mexicano para la plataforma, Pinocchio, le dio a Netflix su primer Oscar a Mejor Película Animada en 2023. Del Toro es ya uno de los autores más respetados del cine contemporáneo y este Frankenstein podría ser su culminación creativa.

¿El Frankenstein del siglo XXI?

En un tiempo donde los relatos se deconstruyen constantemente, Del Toro no intenta modernizar a Frankenstein con gadgets o guiños pop. Lo vuelve relevante profundizando en su esencia: la soledad, la creación, la paternidad fallida.

"A diferencia del doctor, he aprendido a escuchar", dice Del Toro al hablar de su método de dirección. "Cuando eres joven, impones la película. Con los años entiendes que la película te habla y te dice lo que necesita ser".

Quizá por eso su versión del monstruo nos toque más que todas las anteriores. Porque no busca asustarnos: busca que lo veamos, que lo escuchemos, que nos veamos reflejados en él.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press