Héroes en el agua: Veteranos de guerra ucranianos cruzan el Bósforo por la libertad y la esperanza
En el Día de la Independencia de Ucrania, tres veteranos de guerra —uno de ellos con prótesis— enfrentan el estrecho del Bósforo y completan una épica travesía a nado de 6,5 km entre continentes
El estrecho del Bósforo no solo separa dos continentes. También une historias de sacrificio, superación y determinación. El 24 de agosto de 2025, Día de la Independencia de Ucrania, tres veteranos de guerra ucranianos con cicatrices físicas y emocionales cruzaron a nado los 6,5 km del Bósforo, desde Asia hasta Europa. Fue más que una hazaña deportiva: fue una declaración de vida.
Una travesía simbólica entre Asia y Europa
La carrera de natación que cruza el estrecho del Bósforo es una de las más emblemáticas del mundo. Cada año, cientos de atletas se lanzan a las aguas turbulentas que conectan el Mar Negro con el Mar de Mármara, transitando entre los continentes asiático y europeo. En 2025, esa ruta cobró un nuevo significado cuando Oleh Tserkovnyi, Pavlo Tovstyk y Oleksandr Dashko, tres veteranos del conflicto entre Ucrania y Rusia, aceptaron ese desafío en nombre de la resistencia, la memoria y la unidad nacional.
"No nadamos solo por nosotros, nadamos por todos aquellos que no pudieron volver del frente", dijo Tserkovnyi tras finalizar la prueba. Sus palabras condensan la dimensión emocional del evento, que sirvió de tributo para rendir homenaje a miles de soldados caídos y a los millones de vidas destruidas por la guerra.
El aliento de una nación herida
Ucrania ha sido sacudida desde 2014 por la invasión rusa de Crimea y agravada en 2022 por la invasión total del país. Según cifras de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR), más de 10.000 civiles han muerto desde el inicio de la guerra y al menos 15.000 soldados ucranianos han perdido la vida.
Los tres veteranos fueron heridos durante el conflicto. Pavlo Tovstyk, por ejemplo, llegó al agua con una pierna amputada y una prótesis. Las imágenes de su entrenamiento en Kiev, donde visualizaba su meta mientras retiraba la prótesis para sumergirse en la piscina, se hicieron virales en redes sociales y motivaron a miles de ciudadanos ucranianos. Para él, el nado representa una victoria contra su dolor y sus limitaciones físicas.
Desde el entrenamiento hasta la meta
La preparación para nadar los 6,5 km del Bósforo no es sencilla. Exige meses de entrenamiento físico especializado, ajustes físicos para nadadores con algún tipo de discapacidad, y sobre todo, fortaleza mental. Bajo la tutela del entrenador Roman Korol, los veteranos se entrenaron en piscinas de Kyiv, alternando resistencia básica con simulaciones de mar abierto. "Estos hombres no solo están nadando. Están reconstruyendo su espíritu desde cero", comentó Korol en una entrevista.
La disciplina y el coraje caracterizaron toda la preparación: “Había jornadas bajo lluvia, con dolor, con dudas, pero nunca bajaron los brazos”, agregó su entrenador. Y fue esa determinación la que los llevó a lanzarse el 24 de agosto al estrecho, en compañía de otros cientos de nadadores de todo el mundo.
Una fecha llena de simbolismo: el Día de la Independencia de Ucrania
La elección del 24 de agosto para cruzar el Bósforo no fue casual. Coincide con el Día de la Independencia de Ucrania, el mayor símbolo de soberanía y libertad para un país que sigue defendiendo su integridad frente a la invasión rusa.
Con este acto, los veteranos no solo se apropiaron simbólicamente del estrecho, sino que también enviaron un mensaje global: la libertad ucraniana sigue viva, incluso desde las aguas extranjeras. Fue una forma de recordar al mundo que la lucha continúa en muchos frentes: en el campo de batalla, en el terreno diplomático y, como en este caso, en las aguas del Bósforo.
La voz de los protagonistas
“No importa cuánto nos hayan herido, ni qué parte de nuestro cuerpo hayan intentado quitarnos, nunca podrán quitarnos la dignidad ni el amor por Ucrania”, expresó emocionado Pavlo Tovstyk al cruzar la meta, sosteniendo una bandera ucraniana mientras se fundía en un abrazo con sus compañeros.
Oleksandr Dashko, que también participó, cruzó la línea de llegada con lágrimas en los ojos: “Nunca pensé que después de la guerra volvería a sentirme así de vivo. Este cruce fue más duro que cualquier entrenamiento militar porque nadas contra tus propios límites.”
De la guerra al deporte: la resiliencia como bandera
La participación de estos veteranos en una competencia civil internacional resalta un fenómeno global: la reinserción social y emocional de excombatientes a través del deporte. En muchos países, nadadores, corredores y deportistas paralímpicos con pasado militar encuentran en la competición deportiva un camino para sanar heridas invisibles.
En Ucrania, el deporte está siendo adoptado como instrumento de rehabilitación. El Ministerio de Asuntos de los Veteranos promueve programas con apoyo psicológico y físico para que los heridos de guerra puedan regenerar sus vidas. Además, organizaciones como Invictus Games, fundada por el Príncipe Harry, se han consolidado como plataformas globales para visibilizar a los soldados heridos en combate.
Una medalla con significado
Al final de la carrera, los tres veteranos recibieron la medalla del Bósforo. No era de oro ni de plata, pero fue, sin duda, el símbolo más valioso del día. No se premió al más rápido, sino a los más valientes. Aquellos que nadaron por quienes no pudieron hacerlo, por quienes perdieron todo menos la fe en su país.
“Fue como volver a nacer”, dijo Tserkovnyi mostrando su medalla mientras sostenía la bandera azul y amarilla. “Hoy tocamos suelo europeo, pero en el corazón nunca abandonamos a Ucrania.”
El mensaje desde el agua
El cruce del Bósforo por estos veteranos se convierte en una poderosa metáfora del presente y del futuro ucraniano. Lejos de los misiles y los blindados, nadar en aguas internacionales envía un mensaje pacífico pero firme: incluso la guerra no puede apagar la dignidad humana. Su historia nos recuerda que incluso en la oscuridad, todavía hay espacio para el coraje, la esperanza y la victoria.
Como dice el proverbio ucraniano: “La libertad no se regala, se conquista.” Y estos tres héroes lo demostraron, brazada a brazada, en aguas que hoy también están impregnadas de valentía.