Hospitales bajo fuego: La tragedia humanitaria en Gaza y la invisibilidad del dolor palestino
Un análisis del impacto devastador de los bombardeos israelíes sobre estructuras médicas en Gaza y el coste humano ignorado por la comunidad internacional
La muerte entre paredes blancas: cuando los hospitales se convierten en objetivos
El 25 de agosto de 2025, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron un ataque aéreo sobre el Hospital Nasser en Khan Younis, en la Franja de Gaza. Según datos del Ministerio de Salud Gazatí, al menos 19 personas perdieron la vida, entre ellas cuatro periodistas. Una de las víctimas fue la fotoperiodista Mariam Dagga, quien cubría la extraordinaria devastación dentro del mismo hospital minutos antes del bombardeo. Su lente capturó lo que quizá fueron sus últimos actos de resistencia: documentar la vida asediada.
En este análisis, exploramos cómo los hospitales como Nasser se han convertido en símbolos dolorosos de una guerra sin tregua, donde el acceso a la salud, la infancia, el derecho a documentar y hasta la esperanza parecen haberse convertido en objetivos militares.
Mariam Dagga: la voz visual de Gaza silenciada
Mariam Dagga fue más que una periodista. A través de su trabajo para distintos medios locales e internacionales, narró con metáforas visuales el drama de su pueblo. Capturó en abril a Amr al-Hams, un niño de tres años con daño cerebral tras un ataque aéreo a su tienda familiar. Su cámara también inmortalizó a Shaima Seiam, una joven madre herida acostada junto al cadáver de su bebé Ahlam. Cada fotografía de Dagga desnudaba la crudeza de la vida diaria bajo asedio.
La muerte de Mariam no fue una excepción, sino parte de un padrón preocupante contra periodistas en zonas de conflicto. Desde octubre de 2023, más de 130 comunicadores han muerto en Gaza, según Reporteros Sin Fronteras. “Disparar a hospitales y reporteros es disparar contra la vida misma”, denunció Reporteros Fronteras en un comunicado reciente.
¿Por qué los hospitales están siendo atacados?
Israel ha justificado ataques como el del Hospital Europeo de Khan Younis, en mayo de 2025, alegando que infraestructuras médicas están siendo utilizadas por Hamas como centros de comando. En el caso de Nasser, el portavoz militar israelí confirmó el bombardeo y dijo que se abriría una investigación.
No obstante, organizaciones como Médicos Sin Fronteras y la Organización Mundial de la Salud han denunciado repetidamente que los ataques a hospitales violan el derecho internacional humanitario. El artículo 18 de la Convención de Ginebra es claro al respecto: los hospitales deben ser protegidos mientras no se usen con fines militares. Pero ¿cómo se comprueba qué ocurre dentro, cuando no hay acceso neutral al terreno?
Infancia truncada: historias que se repiten
Las consecuencias de estas agresiones se cuentan con nombres y edades. Uno de los momentos más devastadores captado por Dagga fue el cuerpo de Jamal al-Najjar, un niño de cinco años víctima de desnutrición severa. Nacido con raquitismo, murió tras semanas sin tratamiento adecuado. En otra imagen, aparecen Yusuf Eid, de cuatro años, y Saif Eid, de dos, asesinados en un bombardeo. Sus cuerpos fueron envueltos y velados dentro del mismo Nasser Hospital que días después sería blanco del fuego israelí.
Según UNICEF, más del 80% de los niños en Gaza sufren síntomas de trauma tras meses de asedio, cortes eléctricos, desnutrición y violencia directa. Asimismo, el Programa Mundial de Alimentos indica que el 38% de los habitantes de Gaza padecen inseguridad alimentaria grave.
Nacer y morir en una incubadora: la situación de los neonatos
Las imágenes de Dagga también documentan bebés en incubadoras, cuidados por enfermeras agotadas sin suficiente electricidad, oxígeno ni medicamentos. "Una madre tiene que rezar para que su hijo no nazca en Gaza", dijo una doctora en el hospital. Desde octubre de 2023, decenas de recién nacidos han muerto cuando los generadores fallan, y la leche artificial y antibióticos escasean.
El hambre también mata
Los bombardeos no son la única amenaza. En julio de 2025, decenas resultaron heridos al intentar obtener comida en una entrega organizada por la Gaza Humanitarian Foundation. Las imágenes muestran cuerpos ensangrentados sobre el suelo del hospital Nasser, atendidos con recursos limitados. La malnutrición se multiplica, y con ella, las enfermedades derivadas: deficiencias óseas, desarrollo neurológico afectado e infecciones letales.
Un caso destacable es el de Shamm Qudeih, de dos años, presentada por su madre a periodistas. La niña, severamente desnutrida, sufre lo que podría ser un trastorno genético, pero no hay forma de confirmarlo en Gaza por la falta de laboratorios funcionales. Su cuerpo, pequeño y flaco, es símbolo del colapso de un sistema de salud que alguna vez fue modelo para los territorios ocupados.
La violencia que no cesa: funerales diarios
Un funeral habitual en Gaza no es un evento inusual, sino parte del calendario diario. Las imágenes muestran a Majed al-Mashwakhi hipando de dolor sobre los cuerpos de sus nietos. A Ata Qasas llorando en Rafah por su hijo asesinado en su camino hacia un centro de ayuda. La muerte convive con la vida constantemente.
Desde que comenzó la última escalada de violencia en octubre de 2023, al menos 36,000 palestinos han muerto, según cifras de las autoridades locales. Más de 70% son mujeres y niños. La comunidad internacional ha pedido cese al fuego múltiples veces, pero poco ha cambiado.
¿Dónde está la comunidad internacional?
La Organización de las Naciones Unidas advirtió en junio de 2025 que los ataques contra hospitales son crímenes de guerra. Sin embargo, las respuestas diplomáticas se han limitado a preocupación y llamados al diálogo. En contraste, el Congreso estadounidense continúa financiando la provisión de armas a Israel, y muchos gobiernos europeos se mantienen al margen.
Pocos actores han pedido investigaciones independientes sobre cada ataque a infraestructura médica. Según Human Rights Watch, existe un patrón sistémico de impunidad frente a otros conflictos donde los hospitales fueron bombardeados, como en Siria y Yemen.
La cámara como resistencia
Mariam Dagga entendía que su labor no era escribir con tinta, sino con luz. Como escribió una vez Susan Sontag, "la fotografía es una forma de testimonio". Las fotos de Dagga no solo denuncian; también exigen justicia. Muestran que los hospitales no son objetivos estratégicos, sino refugios frágiles donde cada vida cuenta.
Los ataques al Hospital Nasser y otros similares no deberían quedar en un párrafo olvidado ni en una estadística más. Necesitan reacción, empatía y, sobre todo, atención activa del mundo.
“Los ojos del mundo están cerrados a nuestro dolor”, dijo una vez un médico gazatí. El deber de abrirlos ahora está en nosotros, narradores, lectores y ciudadanos.
Fuentes consultadas:
- Reporteros Sin Fronteras
- UNICEF
- Organización Mundial de la Salud
- Human Rights Watch
- Médicos Sin Fronteras