La fiebre de las tarjetas deportivas: el fenómeno que convierte recuerdos en millones

Una tarjeta firmada por Michael Jordan y Kobe Bryant se vende por casi 13 millones de dólares, marcando un hito histórico que revela el auge del coleccionismo deportivo

El nuevo récord: una tarjeta por casi 13 millones

Una pieza única de memorabilia deportiva ha roto todos los récords. Una tarjeta de baloncesto firmada por dos leyendas de la NBA, Michael Jordan y Kobe Bryant, se vendió en una subasta por 12.932.000 dólares. Este récord —establecido mediante la casa Heritage Auctions— supera el precio anteriormente máximo de una tarjeta deportiva, que era de 12.6 millones por una icónica tarjeta Topps de 1952 de Mickey Mantle.

Este fenómeno marca un momento clave en el coleccionismo deportivo, sobre todo en lo que respecta a las tarjetas deportivas, las cuales han pasado de ser entretenimiento juvenil a una forma de inversión millonaria.

¿Qué hace tan especial esta tarjeta?

La tarjeta subastada pertenece a la edición 2007-08 Upper Deck Exquisite Collection 'Logoman Dual Autograph'. Es única en su tipo y cuenta con:

  • Autógrafos certificados tanto de Michael Jordan como de Kobe Bryant.
  • Parches originales de uniformes empleados en partidos oficiales de la NBA por ambas leyendas.
  • Un diseño de edición limitada, con una estética de lujo, que forma parte de una de las colecciones más codiciadas por los fanáticos del baloncesto.

En una época donde la cultura de la memorabilia ha ganado terreno como inversión alternativa, esta venta confirma el enorme valor emocional e histórico que pueden alcanzar estos objetos.

Más que colección: inversión emocional y financiera

Durante la pandemia de COVID-19, el mundo del coleccionismo deportivo vivió un resurgimiento sin precedentes. Tarjetas, camisetas firmadas, balones usados en partidos legendarios y similares comenzaron a valorarse no sólo como artículos de fanáticos, sino como verdaderos activos.

Una tarjeta de novato de Stephen Curry del año 2009 —de la firma Panini— se vendió de forma privada por 5.9 millones de dólares en 2021. De manera similar, la tarjeta Panini de novato de Luka Doncic alcanzó en subasta los 3.1 millones.

Según Goldin Auctions y PWCC Marketplace, algunas tarjetas de colección fundamentales han aumentado su valor hasta en 800% en menos de cinco años.

Jordan y Bryant: inmortalizados en cartón y tinta

El hecho de que esta tarjeta haya sido firmada por dos figuras icónicas de la historia del baloncesto aumenta exponencialmente su valor.

  • Michael Jordan: Considerado por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos, seis veces campeón de la NBA con los Chicago Bulls, dos veces medallista de oro olímpico y una figura de impacto global más allá del deporte.
  • Kobe Bryant: Cinco veces campeón de la NBA con Los Angeles Lakers, MVP en 2008, medallista olímpico y uno de los jugadores más respetados y queridos de la historia contemporánea.

Tener firmas auténticas de ambos jugadores, junto con piezas físicas de su legado deportivo, convierte a esta tarjeta en un símbolo de dos generaciones que cambiaron el baloncesto para siempre.

¿Qué impulsa esta fiebre del coleccionismo?

Varias razones explican el boom de las tarjetas deportivas:

  1. Nostalgia: Muchos coleccionistas comenzaron en su infancia y ahora, con poder adquisitivo, buscan revivir esas memorias.
  2. Exclusividad: Las ediciones limitadas y los artículos únicos producen sensación de escasez, lo cual aumenta su valor.
  3. Impacto de celebridades: Atletas, influencers y famosos como Logan Paul o Steve Aoki han declarado públicamente su pasión por este tipo de colección, impulsando la cultura en redes sociales.
  4. Mercado especulativo: La compra-venta de tarjetas se ha convertido en una forma de inversión, al estilo criptoactivos, pero más tangible y emocional.

El coleccionismo deportivo en cifras

De acuerdo con la consultora Verified Market Research, el mercado de tarjetas coleccionables se valoró en 13 mil millones de dólares en 2022 y se estima que alcanzará los 49 mil millones para 2032.

Más allá del baloncesto, otros deportes con tarjetas altamente valoradas son:

  • Béisbol: La tarjeta T206 de Honus Wagner sigue siendo una de las más buscadas junto con las de Babe Ruth y Mickey Mantle.
  • Fútbol americano: Tom Brady y Patrick Mahomes poseen tarjetas cotizadas a millones.
  • Fútbol: Tarjetas de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Diego Maradona han duplicado su valor en los últimos tres años.

¿Tienes una en casa? ¿Podrías estar sentado sobre una fortuna?

Con el auge de portales como eBay, Goldin y PWCC, muchos se han lanzado a revisar cajas antiguas guardadas en el desván o en la casa de sus padres. Historias de “descubrimientos casuales” se han vuelto virales.

En 2021, un joven encontró una tarjeta de Tom Brady firmada en el garaje familiar; terminó vendiéndola por 2.4 millones de dólares.

Si tienes tarjetas deportivas de los años 80 o 90, especialmente de marcas como Upper Deck, Fleer, Panini o Topps, podrías tener una pequeña mina de oro sin saberlo.

Una industria con cara de futuro

Las tarjetas deportivas ya no se limitan al cartón físico. La ola de los NFTs (tokens no fungibles) también ha entrado al universo deportivo. Firmas como NBA Top Shot ofrecen “tarjetas digitales” que se venden por cientos de miles de dólares, ofreciendo momentos en video, firmados virtualmente y certificados mediante blockchain.

Además, compañías como Fanatics están invirtiendo fuertemente en adquirir licencias y lanzar plataformas que combinarán formato digital y físico, lo cual presagia una revolución completa del sector.

¿Moda pasajera o tendencia duradera?

Si bien algunos expertos advierten una posible “burbuja” especulativa, la solidez histórica del coleccionismo —desde estampillas hasta monedas— indica que las tarjetas deportivas tienen potencial para seguir generando ingresos y emociones por décadas.

Como dijo el fundador de Goldin Auctions, Ken Goldin: “Estas tarjetas representan no sólo inversión sino pasión. Son cápsulas del tiempo que conectan generaciones”.

Así que ya sea que eres un fanático del baloncesto, un inversor en búsqueda de nuevos horizontes o simplemente alguien con un ojo nostálgico, el universo del coleccionismo deportivo tiene mucho que ofrecer. Como demuestra el caso de la tarjeta de Jordan y Bryant, el cartón ahora vale oro.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press