West Virginia: ¿Por qué el estado pierde inversiones millonarias por no tener terrenos listos para construir?
Mientras sus vecinos acumulan sitios 'shovel-ready' para atraer empleos, West Virginia sigue rezagada pese a nuevas iniciativas
West Virginia, el emblemático estado montañoso, enfrenta una disyuntiva decisiva para su futuro económico: o acelera la preparación de terrenos industriales listos para recibir inversiones, o seguirá perdiendo oportunidades frente a estados vecinos como Alabama, Virginia o Kentucky. En este artículo ofrecemos un análisis a profundidad sobre las causas, consecuencias y retrasos relacionados con esta falta de preparación estructural en uno de los estados con mayores retos de desarrollo empresarial en EE.UU.
¿Qué significa que un sitio esté “shovel-ready”?
El término shovel-ready se refiere a propiedades que están listas para el inicio inmediato de proyectos de construcción. Esto incluye la disponibilidad de:
- Acceso a infraestructura básica: agua, alcantarillado, energía y banda ancha.
- Permisos ambientales y zonificación aprobada.
- Documentación técnica y estudios de impacto listos.
Estos requisitos pueden tardar meses o incluso años en resolverse si no están listos desde el principio, lo que representa un obstáculo significativo para empresas interesadas en moverse rápido.
El precio de no estar preparados
En 2018, West Virginia perdió una inversión de $1,600 millones de Toyota y Mazda, quienes decidieron establecer una planta de manufactura en Alabama. La causa principal fue la falta de un sitio habilitado a tiempo para cumplir con los requerimientos de la empresa japonesa.
“Scramble como locos para encontrar un solo sitio, pero Alabama les ofreció nueve opciones”, relató Woody Thrasher, ex secretario de comercio del estado.
El fracaso no solo representó la pérdida del proyecto, sino de los miles de empleos que ello habría traído.
Comparativa con otros estados
Mientras West Virginia sigue esperando implementar su primera lista de sitios certificados, otros estados no han perdido tiempo:
- Alabama: Invirtió $30 millones en 2024, con 29 sitios certificados.
- Virginia: Asignó $126 millones a programas similares.
- Kentucky: Ha desarrollado más de 30 sitios con un financiamiento de $35 millones.
Estos esfuerzos sistemáticos han convertido los programas de sitios preparados en herramientas clave de atracción empresarial.
El rezago de West Virginia
Hasta ahora, ningún sitio en West Virginia cuenta con la certificación de “investment-ready”. Existen alrededor de 600 sitios listados en el portal oficial de desarrollo económico del estado, pero ninguno cumple con los estándares requeridos para empresas que necesitan comenzar operaciones de inmediato.
Un programa creado en 2022 con una inversión inicial de $5 millones no había desembolsado fondos hasta 2025. Apenas entonces se otorgó la primera subvención de $150,000 a dos sitios potenciales: una parcela de 70 acres de tierra agrícola en Mineral Wells y un parque industrial.
Consecuencias económicas y sociales
Ruthana Beezley, directora de desarrollo económico del Valle de Greenbrier, afirma que es más viable hacer crecer a quienes ya operan en el estado que atraer nuevos inversionistas sin terrenos listos.
“Estamos priorizando a quienes ya han invertido aquí, pues atraer nuevos actores es muy difícil”, dijo Beezley.
Dave Lieving, presidente del Huntington Area Development Council, lo resume aún más claro:
“Las empresas no quieren pasar años esperando que limpies el terreno o completes los procesos burocráticos. Se van a estados donde ya todo está listo.”
¿Por qué no arranca el programa?
Aunque el programa de desarrollo de terrenos industriales fue aprobado en la Legislatura hace tres años, su implementación ha sido lenta. Entre los retrasos se encuentran:
- Procesos burocráticos prolongados para aprobar los primeros desembolsos.
- Contratación tardía de consultores para evaluar los sitios.
- Falta de consenso en la identificación de terrenos viables: de más de 100 evaluados, solo 10 fueron considerados aptos.
Steve Roberts, presidente de la Cámara de Comercio de West Virginia, fue tajante:
“Los estados circundantes nos llevan años de ventaja. Esto es simplemente una cuestión de prioridades.”
¿Cuál es el impacto a largo plazo?
La ausencia de estos terrenos tiene múltiples efectos:
- Menor diversificación económica: Sin industrias distintas a la minera o forestal.
- Éxodo de jóvenes profesionales: Sin nuevas empresas, no hay nuevas oportunidades.
- Dependencia de subsidios públicos: Más difícil atraer empleadores privados competitivos.
Además, sin sitios “listos para usar”, West Virginia está fuera del radar para grandes licitaciones federales o para industrias emergentes como la manufactura de vehículos eléctricos, farmacéuticas o bioingeniería.
Caminos posibles y esperanzas
Aunque el panorama es complejo, existen señales positivas:
- Wood County ya recibió el primer fondo estatal para preparar terrenos.
- Se espera que más terrenos puedan certificarse a medida que se ejecuten estudios ambientales, de suelo y viabilidad técnica.
- La presión social y empresarial sobre los legisladores parece ir en aumento.
“Es como hacer la tarea de la empresa”, dice Lindsey Piersol, directora del Departamento de Desarrollo Económico de Wood County. “Y eso puede marcar la diferencia entre que una inversión llegue o no.”
West Virginia no solo compite con otros estados por nuevas fábricas o data centers, también compite por mantener su relevancia económica en una era donde la rapidez y la preparación se han vuelto piezas clave. Solo con una política pública decidida y sustentada en datos e inversión constante se podrá revertir su rezago estructural.