¿Persecución política o justicia penal? El caso Jack Smith y las sombras sobre el sistema judicial estadounidense

El fiscal especial que investigó a Donald Trump ahora enfrenta su propia investigación en medio de un clima político cada vez más polarizado

El nuevo blanco en la arena política: Jack Smith

En un giro inesperado, Jack Smith, el fiscal especial que lideró dos investigaciones claves contra el expresidente Donald Trump, ha pasado de acusador a acusado. Una oficina de vigilancia independiente, la Oficina del Consejero Especial (OSC, por sus siglas en inglés), ha iniciado una pesquisa para determinar si Smith incurrió en actividades políticas indebidas en sus procedimientos judiciales contra Trump. Específicamente, se están examinando potenciales violaciones de la ley Hatch, que prohíbe a ciertos empleados del gobierno federal participar en actividades políticas.

La denuncia que motivó la indagación fue presentada por el senador republicano Tom Cotton, quien acusa a Smith de acelerar procesos con el objetivo de influir en las elecciones presidenciales de 2024. Por su parte, los abogados de Jack Smith calificaron la investigación como “sin mérito” y “basada en un supuesto imaginario”.

¿Quién es Jack Smith?

Smith es un veterano del Departamento de Justicia con una reputación de ser un fiscal incansable y apolítico. Fue nombrado en noviembre de 2022 como fiscal especial para investigar dos casos emblemáticos:

  • El intento de Donald Trump de revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020
  • El manejo indebido de documentos clasificados por parte de Trump en su residencia de Mar-a-Lago

Ambos casos fueron presentados en 2023, más de un año antes de las elecciones, tratando de marcar una línea clara entre investigaciones legítimas y maniobras políticas. En su defensa, Smith ha subrayado que actuó conforme a las reglas del Departamento de Justicia y bajo principios de acusación federal, siempre siguiendo la evidencia.

La ley Hatch y el uso político de la justicia

La ley Hatch de 1939 fue creada para evitar que los trabajadores federales usen sus cargos para favorecer o perjudicar a partidos o candidatos. Sin embargo, la interpretación de esta ley a menudo entra en una zona gris cuando se trata de figuras de alto perfil como Smith y Trump. ¿Hasta qué punto puede separarse una investigación de su impacto político?

Jack Smith pidió a la Corte Suprema que intervenga rápidamente en una cuestión legal clave del caso de revocación electoral de Trump, lo cual desató críticas por parte de Cotton. Sin embargo, como señalan sus abogados, no existe ninguna norma que prohíba investigar a alguien que aspire a la presidencia, y hasta la fecha ningún tribunal ha encontrado que las acciones de Smith violaran principios legales o éticos.

La politización del sistema judicial estadounidense

Este episodio revela una fractura más profunda: la creciente politización del Poder Judicial en Estados Unidos. Según una encuesta del Pew Research Center de 2023, solo el 49% de los ciudadanos confían en que los jueces federales actúan de forma independiente. Este porcentaje ha caído drásticamente en la última década.

Para los republicanos, las investigaciones contra Trump representan una “caza de brujas” articulada por sectores demócratas para inhabilitarlo políticamente. Pero para los demócratas, no hacerlas sería abdicar del estado de derecho. En este delicado equilibrio se juega no solo la reputación de fiscales como Smith, sino la fe en el sistema judicial mismo.

Las palabras del propio Smith

En agosto de 2023, Smith hizo una declaración pública luego de que se presentaran los cargos contra Trump: “La ley se aplica a todos por igual. Nadie está por encima de ella”. Esta frase, que resuena con los ideales republicanos de la Constitución estadounidense, contrasta con las acciones de sectores que claman por una investigación sobre sus motivaciones.

En su carta de defensa, sus abogados —Lanny Breuer y Peter Koski— argumentaron que “el historial de Smith demuestra un fuerte compromiso con la aplicación imparcial de la ley” y que, lejos de estar motivado políticamente, buscó siempre proteger el orden constitucional.

Una democracia entre tribunales y elecciones

El caso de Smith se produce en un año electoral explosivo, donde uno de los principales candidatos —Donald Trump— enfrenta aún causas judiciales abiertas que podrían afectar no solo su candidatura, sino la estabilidad institucional de EE.UU.

De ser declarada válida la investigación por violación a la ley Hatch, se abriría un melancólico precedente: que un fiscal que acusó legítimamente a un expresidente puede ser enjuiciado por motivos partidistas. Esto plantea la pregunta sobre el futuro de la justicia penal en contextos políticos.

Casos previos: antecedentes que importan

No es la primera vez que fiscales federales enfrentan acusaciones por supuesta motivación política. En 2006, durante la administración de George W. Bush, nueve fiscales estadounidenses fueron despedidos —una medida inicialmente atribuida a bajo rendimiento, pero que después se relacionó con interferencia política.

Incluso el fiscal especial Robert Mueller, quien lideró la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016, fue víctima de una campaña de desprestigio sin pruebas, dirigida desde ciertos medios de comunicación ligados al Partido Republicano.

¿Qué sigue para Smith?

Por el momento, la OSC no ha presentado cargos formales ni ha recomendado medidas disciplinarias. Expertos legales consultados por medios como The New York Times anticipan que el caso podría cerrarse si no se aportan pruebas contundentes de parcialidad.

Incluso si la investigación se cerrara sin sanción, el daño reputacional ya está hecho. Smith permanecerá como figura polarizadora en un país donde los fiscales y jueces se están convirtiendo cada vez más en actores centrales del drama político nacional.

Una reflexión inevitable

El sistema judicial estadounidense se enfrenta a una disyuntiva: ¿cómo asegurar procesos legales justos y objetivos cuando los acusados son actores políticos de gran peso? ¿Es posible despolitizar la justicia en un país cada vez más polarizado?

Por ahora, todo parece indicar que la justicia será otro campo de batalla electoral. Jack Smith y sus pares tendrán que lidiar no solo con la interpretación de la ley, sino con un entramado narrativo donde cada decisión será mirada bajo la lupa de la política.

Frase para recordar

“El estado de derecho no puede depender de la identidad del acusado o del momento político en que se le investiga.” — Jack Smith
Este artículo fue redactado con información de Associated Press