Bill Pulte: ¿Filántropo o instrumento político? El nuevo rostro del poder en la vivienda estadounidense

El director de la FHFA ha pasado de ser promotor de la filantropía digital a operario de las luchas políticas de Donald Trump, con un protagonismo inédito en el sistema financiero y de vivienda de EE.UU.

Un nombre poco conocido con un gran poder

En tiempos normales, el nombre de Bill Pulte solo resonaría entre ejecutivos inmobiliarios o como una curiosidad en Twitter. Nieto del fundador de Pulte Homes, una de las empresas de construcción más grandes de EE.UU., este magnate heredero saltó a la fama como el “inventor de la filantropía en Twitter”, donando dinero a personas necesitadas en línea. Sin embargo, desde que fue nombrado director de la Federal Housing Finance Agency (FHFA), su figura se ha convertido en una pieza clave de la maquinaria política del expresidente Donald Trump. Y no precisamente por buenas razones.

Una agencia técnica devenida en herramienta ideológica

La FHFA, como reguladora de gigantes como Fannie Mae y Freddie Mac, posee una de las llaves del sistema hipotecario estadounidense. Se supone que su rol es proteger la estabilidad del mercado inmobiliario y promover el acceso a la vivienda, pero desde que Pulte asumió el liderazgo, su uso de esta plataforma ha tomado un giro inesperadamente político.

Fraude no será tolerado en el mercado de viviendas del presidente Trump”, declaró Pulte en redes sociales mientras promovía investigaciones contra figuras demócratas por supuestas irregularidades hipotecarias. Entre las acusaciones más mediáticas se encuentra la hecha contra Lisa Cook, miembro de la Reserva Federal, a quien señala de utilizar dos viviendas como residencia principal para obtener mejores tasas hipotecarias.

¿Cruzada contra el fraude o vendetta política?

El problema no es la fiscalización, sino la selectividad de los señalamientos. Aunque ha apuntado a figuras como la fiscal de Nueva York, Letitia James, y el congresista Adam Schiff, ambos conocidos antagonistas del expresidente Trump, ha ignorado casos similares entre aliados republicanos, como el del fiscal general de Texas, Ken Paxton.

Este último también habría registrado varias propiedades como residencia principal, lo cual suele utilizarse para obtener créditos fiscales y tasas preferenciales, y figura como titular de hipotecas que prohíben el alquiler en viviendas que claramente fueron listadas en sitios de arriendo. Pero ni una palabra por parte de Pulte.

Historias desde la base… millonaria

Pulte no llegó a la política como tecnócrata o servidor público veterano. Su entrada al gobierno fue la culminación de una progresiva relación con Trump, tanto personal como financiera. Con una fortuna estimada en al menos $180 millones, Pulte ha donado más de $1 millón a campañas y PACs pro-Trump, incluyendo $500,000 que desembolsó a través de una compañía de responsabilidad limitada, lo que generó cuestionamientos sobre su transparencia.

En testimonio ante el Senado durante su confirmación, Pulte se presentó como un experto en vivienda formado en obra junto a su abuelo. Sin embargo, muchos han apuntado que su verdadera calificación fue su generoso apoyo político. “¿Por qué Bill Pulte está en una posición gubernamental?”, cuestionó Saurav Ghosh, director de reforma del financiamiento electoral en el Campaign Legal Center.

Una nueva ofensiva contra la Reserva Federal

La controversia no se detiene en el ámbito hipotecario. Pulte ha entrado al ruedo en la batalla por el control de la Reserva Federal, el organismo que regula la política monetaria de EE.UU. Desde cuestionar las reformas edilicias en la sede del banco central hasta respaldar los ataques de Trump contra su presidente, Jerome Powell, Pulte ha abonado entusiastamente el discurso de deslegitimación de este regulador independiente.

Con un chaleco de seguridad y frente a las cámaras, Pulte se burló de Powell diciendo: “Este tipo no puede ni manejar una obra, mucho menos la economía global”. Trump, por su parte, ha amenazado con remover a miembros del directorio que no coincidan con su visión, desatando alertas entre economistas e historiadores políticos por una posible pérdida de independencia institucional.

La guerra en el frente hipotecario

El caso de Lisa Cook, designada por el presidente Biden y la primera mujer negra en la historia en integrar el directorio de la Fed, representa un precedente inédito. Cook, respaldada por figuras clave del Senado, anunció que luchará legalmente contra su destitución, lo que podría desatar un choque constitucional sin precedentes entre el Ejecutivo y una institución tradicionalmente blindada.

La única retribución del presidente Trump es el éxito y logros históricos para el pueblo estadounidense”, afirmó su vocero respecto a la situación. Pero la narrativa pública contrasta con los hechos: el uso de una agencia federal como instrumento de castigo político evidencia un patrón más autoritario que institucionalista.

La herencia de Watergate y sus límites legales

Tras el escándalo de Watergate en los años 70, se establecieron fuertes protocolos legales que impiden el uso de organismos como el IRS (Servicio de Impuestos Internos) para fines políticos. Sin embargo, la FHFA carece de algunas de esas restricciones, lo que ha permitido que figuras como Pulte avancen con libertad en una lógica de ”enemigos del Estado” muy propia de otros regímenes.

Vanessa Williamson, investigadora del Urban-Brookings Tax Policy Center, señala que: “Para la administración ha sido difícil usar ciertas instituciones como ariete político, pero los vacíos legales en otras áreas, como vivienda, ofrecen nichos peligrosos”.

Una visión ideológica del mercado

Desde frases hechas como “fortalecer el sistema financiero de vivienda”, Pulte ha pasado claramente a empujar una agenda más amplia: consolidar el poder político a través de estructuras burocráticas. Esto permite que objetivos personales o partidistas se disfracen de missión institucional, lo que especialistas consideran una amenaza sin precedentes al equilibrio de poderes.

Como director de la FHFA, Pulte controla vastos recursos relacionados con la compra, análisis y regulación de hipotecas. Aunque la mayoría de los documentos hipotecarios son públicos, su acceso está diseminado por todo EE.UU. a nivel local. Sin embargo, la capacidad centralizada de entidades como Fannie Mae y Freddie Mac, al estar bajo su supervisión, le da una posición privilegiada para recolectar información que no está tan fácilmente accesible para el resto de la ciudadanía.

Entre la filantropía viral y la fiscalización dirigida

Hace apenas unos años, Pulte regalaba coches en Twitter a cambio de un retuit del entonces presidente Trump. Hoy, es uno de sus operadores oficiales más influyentes. Entre fondos, reglas laxas y una retórica cargada, se ha convertido en un símbolo de cómo un gobierno puede llegar a instrumentalizar agencias técnicas para fines políticos bajo el pretexto del buen gobierno.

¿Bill Pulte es un defensor honesto del sistema hipotecario? ¿O encarna una peligrosa deriva autoritaria bajo una falsa fachada técnica? La respuesta, quizás, no se encuentra en sus declaraciones de principios, sino en la lista cada vez más extensa de sus objetivos políticos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press