Trump vs. la Reserva Federal: ¿Una amenaza real a la independencia económica de EE.UU.?

El intento del expresidente de destituir a Lisa Cook plantea una batalla legal sin precedentes que podría cambiar para siempre el equilibrio entre el poder presidencial y las instituciones económicas independientes.

Por primera vez en la historia moderna de Estados Unidos, el expresidente Donald Trump intenta destituir a una gobernadora de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Lisa Cook, un evento que, de avanzar, podría poner en jaque uno de los pilares fundamentales de la economía estadounidense: la independencia del banco central.

¿Quién es Lisa Cook?

Lisa Cook hizo historia al convertirse en la primera mujer afroamericana en formar parte del directorio de la Reserva Federal, una institución clave para mantener la estabilidad de precios y fomentar el empleo máximo. Fue nominada por el presidente Joe Biden y asumió su cargo en 2022. Cook es una académica destacada, con grados de Spelman College y la Universidad de Oxford como parte de la prestigiosa beca Marshall, además de experiencia docente en instituciones como Harvard y la Universidad Estatal de Míchigan.

Sin embargo, su posición se ha convertido en el epicentro de una tormenta política luego de que Trump anunció su intento de destituirla, alegando que incurrió en fraude hipotecario por declarar dos residencias principales al mismo tiempo: una en Ann Arbor y otra en Atlanta durante 2021. La acusación proviene de Bill Pulte, un aliado de Trump, aunque no se han presentado cargos ni pruebas procesales formales contra Cook.

¿Puede un presidente destituir a un miembro de la Reserva Federal?

La respuesta corta es: es altamente discutible, y la jurisprudencia no es clara al respecto. Los miembros del directorio de la Reserva Federal gozan de un mandato de 14 años y están protegidos por leyes que garantizan su estabilidad en el cargo, salvo en caso de mala conducta grave o incapacidad comprobada.

Lev Menand, profesor de derecho en Columbia University y autor de un libro sobre la Fed, sostiene que el intento de Trump es legalmente cuestionable y que "el presidente no puede actuar como si el banco central fuera parte de su gabinete". Aun así, señala que el Tribunal Supremo ha mostrado recientemente una mayor disposición a darle al presidente poderes más amplios para remover funcionarios de agencias.

“Es un despido ilegal, pero el presidente va a argumentar: 'La Constitución me lo permite',” — Lev Menand, Columbia University.

Este caso podría llegar al Tribunal Supremo y establecer un precedente que defina hasta dónde llegan los límites del poder presidencial sobre organismos independientes.

¿Por qué es tan importante la independencia de la Fed?

La Reserva Federal opera con autonomía precisamente para poder tomar decisiones impopulares —como subir las tasas de interés— sin presiones políticas. Su independencia permite controlar la inflación y mantener la estabilidad financiera a largo plazo, aún cuando tales medidas puedan desacelerar el crecimiento económico en el corto plazo.

Si se socava esta independencia, el riesgo es que las decisiones monetarias se vean contaminadas por intereses políticos de momento. Los mercados financieros podrían interpretar esto como una señal de incertidumbre, llevando a un aumento en las tasas de interés de los bonos del Tesoro, afectando negativamente las tasas hipotecarias, automotrices y empresariales.

La reacción de Lisa Cook

Cook respondió directamente a los intentos de despido a través de un comunicado enviado por correo electrónico:

“Trump intentó destituirme ‘por causa’ cuando no existe causa alguna conforme a la ley, y él no tiene autoridad para hacerlo. No voy a renunciar.” — Lisa Cook.

Además, ha contratado al reconocido abogado Abbe Lowell, quien ha prometido iniciar acciones legales para frenar el intento del expresidente, señalando que la medida de Trump es “ilegal y carente de proceso adecuado.”

La Fed: ¿entre la ley y la presión política?

El intento de destitución pone también a la Reserva Federal en una situación comprometida. ¿Debe acatar las órdenes del presidente, o debe defender el estado de derecho y su autonomía?

Menand afirma: “La Fed tiene la obligación legal de seguir la ley, lo que no significa hacer lo que diga el presidente. Tiene el deber independiente de evaluar la legalidad del despido e impedirlo si es improcedente.”

Una batalla más amplia: economía, percepción pública y elecciones

Este episodio se da en un contexto económico delicado. El índice de confianza del consumidor cayó en agosto por octavo mes consecutivo, según el Conference Board, lo que refleja una creciente preocupación por la falta de crecimiento del empleo y la persistencia de la inflación.

En julio, se crearon apenas 73.000 nuevos empleos, muy por debajo de los 115.000 esperados. La tasa de desempleo subió a 4,2% y las ofertas de trabajo bajaron a 7,4 millones, según la Oficina de Estadísticas Laborales —cuyo director, Erika McEntarfer, también fue despedida recientemente por Trump, aumentando aún más las tensiones institucionales.

Además, el temor a una recesión inminente creció: el subíndice de expectativas a corto plazo cayó a 74,8, muy por debajo del umbral de 80, que usualmente anticipa recesiones.

¿Está cambiando el equilibrio institucional en EE.UU.?

Más allá de la controversia legal, este intento de destitución podría marcar un antes y un después en la forma en la que los presidentes interactúan con los entes autónomos. Desde 2020, el Tribunal Supremo ha emitido fallos que amplían la capacidad del Ejecutivo para remover funcionarios, lo que ha generado alarma entre académicos, legisladores y defensores del sistema de contrapesos.

En su libro “The Fed Unbound”, Menand plantea la idea de que socavar la autonomía del banco central puede tener impactos profundos y duraderos, no solo económicos sino también en términos democráticos.

"Si la Fed se convierte en una herramienta extendida de la Casa Blanca, ya sea bajo demócratas o republicanos, su capacidad de mantener escudos contra presiones inflacionarias o recesivas se verá disminuida. Y eso lo pagarán todos los estadounidenses," concluye.

Una mujer en el centro de la tormenta

Lisa Cook no solo representa una figura histórica por ser la primera mujer afroamericana en la Fed, sino que también se convierte en símbolo de resistencia institucional en uno de los momentos más volátiles políticamente. Su permanencia o remoción no solo definirá su futuro profesional, sino que puede redefinir el papel del banco central y agitar los cimientos constitucionales del país.

Por ahora, Cook no renuncia, el tribunal aún no se pronuncia, y el reloj político corre mientras se acercan las elecciones de 2024. En medio de una polarización política extrema, lo que antes se consideraba un tabú —amenazar la autonomía del banco central— parece convertirse en moneda corriente.

Estados Unidos está a punto de escribir un nuevo capítulo en su historia institucional. Uno que ninguno de nosotros puede darse el lujo de ignorar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press