Chicago en la mira: ¿Necesita la ciudad tropas federales o soluciones locales?

Mientras Trump amenaza con militarizar la ciudad, Pritzker y líderes comunitarios defienden esfuerzos locales para combatir el crimen

Una nueva batalla política en torno a Chicago

En los últimos días, Chicago ha sido el epicentro de una nueva controversia nacional. El gobernador de Illinois, JB Pritzker, ha rechazado enérgicamente las amenazas del expresidente Donald Trump de enviar tropas federales a la ciudad para «restaurar el orden». La propuesta, según Pritzker, es una estrategia política infundada que ignora el progreso tangible que ha tenido la ciudad en materia de seguridad.

Trump, por su parte, ha calificado a Chicago como un "infierno" y acusa a sus líderes demócratas de no tener el control de la ciudad. En su red Truth Social, escribió: "Pritzker dice que todo está bajo control, cuando en realidad es todo lo contrario." Pero ¿qué dicen los datos?

¿Realmente está mejorando la seguridad en Chicago?

Los argumentos de Pritzker no son meramente discursivos. Datos recientes muestran que, aunque Chicago aún enfrenta desafíos vinculados a la violencia urbana, el crimen ha descendido sustancialmente en varios sectores de la ciudad.

En los primeros seis meses de 2025, el crimen violento cayó en más del 22% en comparación con el mismo período del año anterior, según cifras municipales. Este representa el mayor descenso en más de una década.

Además, informes del University of Chicago Crime Lab indican que, aunque existe una disparidad significativa en las tasas de homicidio entre distintas zonas —algunas con hasta 68 veces más homicidios que otras— existen iniciativas de revitalización urbana que están ayudando a reducir la criminalidad en áreas tradicionalmente vulnerables.

El juego político detrás del crimen urbano

El contexto no se limita exclusivamente a la criminalidad. Se trata también de un enfrentamiento entre visiones opuestas sobre política de seguridad y gobernabilidad. Mientras Trump ve la militarización como solución, Pritzker apuesta por inversión comunitaria, programas sociales y vigilancia policial reformada.

El trasfondo político es innegable. Trump utiliza el delito en ciudades demócratas como estandarte de campaña, mientras Pritzker intenta posicionarse nacionalmente como un contrapeso efectivo al discurso de Trump, quizá con miras a una futura candidatura presidencial en 2028.

En una entrevista reciente, Pritzker ironizó sobre la insistencia de Trump: "Él dice querer combatir el crimen, pero sus políticas apuntan a quitar fondos precisamente a quienes lo combaten."

¿Un teatro político bien montado?

Desde que surgió la posibilidad de una intervención federal en Chicago, Pritzker ha desplegado una estrategia mediática muy planificada. Realizó conferencias de prensa rodeado de líderes influyentes, organizó visitas guiadas por vecindarios revitalizados y aprovechó las redes sociales para desacreditar a Trump.

Uno de esos eventos incluyó un paseo en taxi acuático por el río Chicago, con periodistas a bordo, para mostrar cómo la ciudad "progresa". Otra actividad fue una visita a Bronzeville, un barrio históricamente afroamericano en el sur de la ciudad, donde se ha promovido el arte y el comercio local con éxito.

Todo esto deja claro que Pritzker no solo quiere defender a su ciudad, sino también proyectar una imagen nacional de liderazgo, empatía comunitaria y gestión eficaz.

¿Es la presencia militar una solución realista?

La propuesta de Trump de enviar a la Guardia Nacional a Chicago evoca episodios pasados, en particular 2020, cuando tropas federales fueron desplegadas en Portland contra la voluntad del gobierno estatal. Aquellas acciones fueron ampliamente criticadas por violaciones de derechos civiles y excesivo uso de la fuerza.

Experiencias similares sugieren que movilizar fuerzas militares en contextos urbanos no resuelve el crimen a largo plazo. Por el contrario, puede escalar tensiones y fomentar el resentimiento en comunidades ya de por sí marginadas.

“Lo que él intenta es inflamar una situación para luego capitalizarla políticamente,” dijo Pritzker refiriéndose a Trump.

¿Qué opinan los ciudadanos?

Una reciente encuesta del AP-NORC Center for Public Affairs Research reveló que el 81% de los estadounidenses cree que el crimen en las grandes ciudades es un problema grave. Sin embargo, solo el 53% aprueba cómo Trump maneja ese tema.

Más importante aún, la encuesta indica que hay poco apoyo a que el gobierno federal intervenga directamente en departamentos de policía locales, lo que deja entrever que una medida como la de enviar tropas podría volverse impopular si se implementa masivamente.

Chicago no es un caso aislado

El debate sobre la militarización no sólo afecta a Chicago. En años recientes, propuestas similares se han considerado (y en algunos casos aplicado) en ciudades como Portland, Los Ángeles y Washington, D.C.. En todos estos casos, los resultados fueron cuestionables o directamente negativos, tanto en términos de efectividad como de costos políticos.

Por ello, la postura de Pritzker adquiere relevancia nacional. Su insistencia en decir "No necesitamos tropas federales" refleja una batalla más amplia: la del federalismo vs. centralismo, la autonomía local vs. la imposición federal.

Más allá del discurso: inversiones y resultados

Pritzker ha respaldado con recursos sus palabras. Su administración ha invertido cientos de millones en programas de prevención del delito, salud mental, acceso a vivienda y empleo juvenil en Chicago.

El gobernador también ha apoyado iniciativas de reforma policial y justicia restaurativa, enfocadas en abordar las raíces del crimen más que simplemente responder a sus síntomas.

Estamos luchando contra el crimen. Estamos previniendo el crimen. Y está funcionando,” dijo mientras caminaba por las calles revitalizadas del South Side de Chicago.

El riesgo de politizar la seguridad

Sin embargo, hay un lado oscuro en esta disputa política. La seguridad pública, tema delicado y vital para cualquier ciudadano, se ve convertida en arma electoral. Eso, inevitablemente, lleva a decisiones precipitadas y basadas en las encuestas, no en la evidencia.

Si el foco sigue en confrontaciones entre figuras nacionales en lugar de en soluciones comunitarias y políticas inclusivas, el debate público corre el riesgo de reducirse a un juego de poder sin beneficios reales para quienes viven día a día en los barrios afectados por la violencia.

Chicago: ¿modelo de superación urbana?

A pesar del ruido mediático, muchas comunidades en Chicago están logrando avances gracias a empresarios locales, organizaciones comunitarias, artistas y educadores comprometidos. Esos esfuerzos, invisibles para algunos con megáfonos políticos, marcan la diferencia real.

En palabras del propio gobernador: “No hay emergencia, hay transformación.”

Por el momento, Chicago se resiste a ser retratada como un territorio sin ley y demuestra que los problemas complejos requieren soluciones inteligentes, no despliegues militares.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press