Choque mortal en Florida desata tormenta política: ¿Seguridad vial o lucha ideológica?

El caso del conductor indio, Harjinder Singh, y el giro en U en Florida pone en jaque el debate migratorio, la seguridad camionera y la presión federal sobre los estados

Un giro que cambió todo

El 12 de agosto de 2025, un accidente vehicular en Florida cobró la vida de tres personas y desencadenó una polémica nacional sin precedentes que ha envuelto temas tan delicados como la inmigración, la seguridad vial, los derechos de los trabajadores migrantes y las tensiones políticas entre gobernadores de estados clave como Florida y California.

Harjinder Singh, un hombre de 28 años originario de India, intentó hacer un giro en U con su camión de carga a la altura al norte de West Palm Beach. La maniobra dejó el remolque atravesado en la vía contraria justo en el momento en que un vehículo familiar se aproximaba, incapaz de frenar a tiempo. El choque mató al conductor del miniván y a dos pasajeros. Singh y su copiloto salieron ilesos.

Desde entonces, lo que pudo haber sido un trágico pero limitado accidente de tránsito se ha convertido en un epicentro de disputas legales, ideológicas y hasta diplomáticas en Estados Unidos.

¿Inmigrante ilegal o trabajador con permiso?

Las autoridades de Florida señalaron que Singh entró ilegalmente a Estados Unidos por la frontera con México en 2018. Sin embargo, California argumenta que el gobierno federal le expidió un permiso de trabajo, motivo por el cual más tarde obtuvo licencias de conducir comerciales, primero en el estado de Washington y después en California.

Se han encendido los reflectores sobre las políticas estatales respecto a las licencias para inmigrantes indocumentados. California, Washington, Nuevo México y otros 17 estados más DC permiten tramitar licencias independientemente del estatus migratorio, una acción respaldada por el National Immigration Law Center. Según ellos, esto mejora la seguridad vial, permite que las personas trabajen y tengan acceso a servicios de salud.

Pero ahora, la administración federal amenaza con cortar más de $50 millones en fondos viales a esos estados si no demuestran que exigen, como dicta la ley federal, que los conductores comerciales puedan leer y hablar inglés.

El debate del idioma: ¿seguridad u hostilidad?

Uno de los ejes centrales del escándalo es si Singh cumplía con los requerimientos lingüísticos para conducir un vehículo de carga con licencia comercial. El Secretario de Transporte, Sean Duffy, alega que Singh falló una inspección vial en Nuevo México por no hablar inglés adecuadamente. Esto se da tras una orden ejecutiva del presidente Donald Trump en junio de 2025, que endurece las sanciones para los conductores que no dominen el idioma.

Nuevo México, no obstante, publicó un video de cámara corporal donde Singh se muestra cooperativo, comprende instrucciones básicas y hace preguntas en un inglés roto. Esto ha provocado una división en la opinión pública: ¿es una maniobra legal con base en la seguridad o una política punitiva que busca criminalizar la inmigración?

Religión, derechos humanos y criminalización

Grupos como The Sikh Coalition y Sikhs for Justice se han pronunciado en defensa de Singh. Aseguran que huyó de India por persecución religiosa, buscando asilo y oportunidades en Estados Unidos. “Llamarlo un asesino a sangre fría en este momento sería totalmente injusto”, dijo Gurpatwant Pannun, abogado y portavoz de Sikhs for Justice.

Estas organizaciones, además de pedir un juicio justo, crearon un fondo de $100,000 para las familias de las víctimas, manejado por la oficina del gobernador de Florida. Intentan así mostrar empatía por la tragedia y al mismo tiempo señalizar el peligro de la retórica antiinmigrante.

Guerra de gobernadores: DeSantis vs Newsom

El drama escaló rápidamente a las altas esferas políticas cuando el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ordenó a su vicegobernador que viajara a California para criticar su política en persona. Acusó al gobernador Gavin Newsom de poner en peligro a la nación al permitir que personas sin dominio del idioma y sin control migratorio conduzcan vehículos pesados.

Newsom contraatacó con vehemencia: dijo que el gobierno federal tenía el control total sobre el estatus migratorio de Singh y que su permiso de trabajo se había renovado legalmente a principios de 2025. “Atribuirnos la culpa no es más que una distracción de sus propios fallos de supervisión”, afirmó el equipo de Newsom.

Este rifirrafe no ha pasado desapercibido, especialmente en tiempos donde ambos nombres resuenan como aspirantes presidenciales hacia 2028.

¿Qué dice la comunidad legal?

Diamond R. Litty, defensora pública del estado de Florida asignada al caso de Singh, expresó su preocupación por el altísimo perfil mediático. “Este caso está esparciendo división por motivos políticos cuando lo que necesitamos es justicia”, declaró.

Y es que Singh enfrenta actualmente tres cargos por homicidio vehicular y violaciones de inmigración. No se le ha otorgado fianza, y espera el juicio mientras el gobierno federal solicita que sea transferido, eventualmente, a custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

“Está devastado psicológicamente; no tuvo intención alguna de causar daño. Le sobrepasa cómo su historia ha sido manipulada”, expresó Pannun, quien lo visitó en prisión.

El dilema de las licencias estatales

Para algunos analistas políticos, el caso de Harjinder Singh ha revelado una “zona gris” en la compatibilidad entre políticas estatales y federales. Por ejemplo:

  • Washington emitió a Singh una licencia CDL en 2023, que por ley federal requiere estatus legal, pero ese estatus está en disputa.
  • California le otorgó una licencia limitada en 2024, lo cual sí permite bajo la política estatal vigente para migrantes con permisos de trabajo temporales.
  • El DOT (Departamento de Transporte de EE. UU.) afirma que nunca debió haber obtenido una CDL federal.

La causa de fondo de esta controversia no es solo una laguna legal, sino la falta de un sistema nacional unificado para verificar estatus migratorio, permisos laborales y cumplimiento de requisitos para licencias comerciales.

¿Y las víctimas?

En medio del revuelo político y legal, el incidente ha dejado en segundo plano a las verdaderas víctimas: una familia completa que perdió la vida en un instante. Poco se ha dicho sobre ellos, más allá de que eran residentes locales viajando por la carretera y que murieron instantáneamente.

El fondo de $100,000 prometido aún está en proceso de organización. La tragedia humana corre el riesgo de ser absorbida por la maquinaria de la polarización política.

Lo que está en juego

Actualmente se enfrenta una batalla entre prerrogativas estatales y autoridades federales. De un lado, tenemos 20 estados que activamente buscan integrar a migrantes a sus sociedades, otorgándoles documentos esenciales. Del otro, un gobierno federal con políticas cada vez más estrictas en materia migratoria en la era post-COVID y bajo el liderazgo republicano actual.

California podría perder $33 millones en fondos viales. Washington podría perder $10.5 millones. Nuevo México, $7 millones. Son cifras con impacto directo en infraestructura y seguridad, presionando efectivamente desde el bolsillo estatal.

Este caso se perfila como un precedente, no solo legal sino simbólico, sobre cómo se interpreta la noción de “culpabilidad” en un país dividido. ¿Puede una tragedia vial justificar una revisión de normas migratorias? ¿Está el idioma realmente ligado a la seguridad, o funciona aquí como una barrera excluyente?

Lo que está claro es que, más allá de las leyes, hay vidas humanas atrapadas en medio de una tormenta ideológica que promete marcar el futuro del debate migratorio en Estados Unidos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press