Clima extremo, seguridad regional y tensiones globales: El epicentro del caos en Asia y Oceanía
Desde inundaciones catastróficas en el subcontinente indio hasta operaciones antiterroristas en Irán y crisis diplomáticas entre Australia e Irán, el sur de Asia enfrenta una tormenta perfecta
Un panorama devastador en Pakistán e India: Las lluvias monzónicas no dan tregua
El sur de Asia vive una de sus temporadas de monzones más mortales en la historia reciente. Solamente en agosto de 2025, casi 100 personas murieron en una serie de inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y desastres conexos provocados por intensas lluvias que azotan tanto a India como a Pakistán. En Pakistán, los efectos devastadores del desborde de los ríos Ravi, Chenab y Sutlej han forzado la evacuación de más de 150.000 personas en la provincia de Punjab.
Estas cifras, aunque impactantes, podrían empeorar. Las autoridades meteorológicas locales advierten que las lluvias torrenciales continuarán esta semana, aumentando el riesgo de más muertes, desplazamientos forzados y ruina económica.
Una región inundada… de tensiones
En paralelo a los desastres naturales, hay una tensión política creciente entre India y Pakistán por la gestión del agua compuesta por el Tratado de Aguas del Indo de 1960. En esta ocasión, India alertó a Pakistán sobre posibles inundaciones no a través de los canales diplomáticos del tratado, sino por vías informales. Islamabad denunció esto como una violación de mecanismos establecidos, reavivando las viejas llamas del conflicto bilateral.
La región del Himalaya, donde ocurren varios brotes de violencia y conflictos territoriales como en Cachemira, también ha sufrido fuertes lluvias. En Jammu, un deslizamiento ocurrido en una ruta de peregrinación hindú dejó al menos 32 muertos y decenas de desaparecidos.
La crisis climática como telón de fondo
Según científicos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), el cambio climático está exacerbando el patrón de lluvias monzónicas. En palabras del climatólogo Sunita Narain: “El cambio climático convierte los monzones en eventos extremos, más largos, menos previsibles y mucho más peligrosos para millones de personas del sur de Asia.”
La tragedia de 2022 en Pakistán, que dejó más de 1,700 muertos y un tercio del país bajo el agua, es ahora un recuerdo demasiado cercano. Ese desastre fue catalogado como una de las peores crisis humanitarias del siglo XXI, en parte propiciada por el mismo patrón que ahora se repite.
Irán en el caos: insurgencia y represión en Sistan y Baluchistán
Mientras tanto, al otro lado de la región, en la conflictiva provincia iraní de Sistan y Baluchistán, las fuerzas de seguridad mataron a 13 presuntos insurgentes en tres operativos recientes, según la televisión estatal iraní. Ocho de ellos habrían estado involucrados en la muerte de cinco policías durante una patrulla.
Los enfrentamientos entre el ejército iraní y militantes de grupos como Jaish al-Adl (considerado terrorista por Teherán) son recurrentes, especialmente en este territorio pobre y olvidado del sudeste iraní, fronterizo con Afganistán y Pakistán. Esta zona es también un foco de narcotráfico y otras actividades armadas irregulares.
La situación refleja la fragilidad institucional de áreas periféricas en Irán, donde la combinación de pobreza estructural, discriminación étnica (los baluchíes son una minoría preponderantemente sunita en un país chiita) y militarización desbocada configuran un terreno fértil para la insurgencia.
Tensiones diplomáticas: Australia acusa a Irán de terrorismo internacional
Los temblores políticos también se sienten en Oceanía. Esta semana, el gobierno del primer ministro australiano Anthony Albanese acusó formalmente a Irán de dirigir ataques terroristas en su territorio, específicamente la quema intencional de una sinagoga en Melbourne y un restaurante kosher en Sídney.
La investigación conjunta entre ASIO—la agencia de inteligencia australiana—y la policía ha llevado a la detención de cuatro personas. Una de ellas, Ali Younes, de 20 años, fue acusado como el presunto autor del ataque incendiario contra la sinagoga Adass Israel, catalogado oficialmente como acto de terrorismo.
Las autoridades australianas alegan que estos actos fueron orquestados por la Guardia Revolucionaria Iraní, y ejecutados a través de proxies criminales dentro del país. Benjamin Klein, miembro de la directiva de la sinagoga atacada, declaró: “Es traumático pensar que una pacífica sinagoga en Melbourne puede ser blanco de terrorismo internacional.”
Expulsión diplomática sin precedentes
La respuesta del gobierno australiano fue fulminante: expulsó al embajador iraní Ahmad Sadeghi, convirtiéndose en el primer caso de este tipo desde la Segunda Guerra Mundial. Tres funcionarios iraníes más también deben abandonar el país.
Penny Wong, ministra australiana de Relaciones Exteriores, hizo un llamado urgente a todos los ciudadanos australianos en Irán para que abandonen el país. En sus palabras: “El régimen iraní es impredecible, capaz de violencia y agresión.”
Desde Teherán, las autoridades negaron rotundamente cualquier implicación. El vocero del Ministerio de Exteriores, Esmail Baghaei, incluso vincula estas acusaciones a la reciente decisión de Australia de reconocer formalmente al Estado palestino.
Un polvorín global conectado por la inestabilidad
Este complejo entramado de desastres naturales, conflictos insurgentes, tensiones diplomáticas y terrorismo internacional dibuja un mapa preocupante del sur de Asia y sus periferias geopolíticas.
En un mundo cada vez más interconectado, las lluvias sobre Cachemira, los fusiles en Baluchistán y las bombas molotov en Melbourne parecen, sorprendentemente, formar parte de un mismo rompecabezas: uno en el que las crisis climáticas, la radicalización y la diplomacia fracturada alimentan una llamarada geopolítica imposible de ignorar.
Fuentes: BBC, Al Jazeera, France 24, Press Trust of India, Australian Broadcasting Corporation, IPCC Reports, Iranian Official News Agency