Daniil Medvedev y su colapso en el US Open: ¿Desahogo emocional o falta de profesionalismo?

El ex número 1 del mundo protagonizó uno de los episodios más polémicos del Abierto de Estados Unidos tras una inesperada interrupción en su partido

Daniil Medvedev, conocido tanto por su talento como por su temperamento, volvió a estar en el ojo del huracán tras su amarga eliminación en la primera ronda del US Open 2025. Lo insólito del caso no fue solo la derrota, sino la forma en que se desarrolló el partido y la reacción explosiva del ruso ante una interferencia externa: un fotógrafo que irrumpió en la cancha justo en un momento crítico.

Una interrupción inoportuna

El partido entre Medvedev y el francés Benjamin Bonzi se desarrollaba con intensidad en el Louis Armstrong Stadium la noche del 24 de agosto, hasta que una de las escenas más extrañas del torneo irrumpió en la dinámica competitiva. Mientras Bonzi se disponía a servir con ventaja de 5-4 en el tercer set y con un punto de partido al alcance, un fotógrafo acreditado comenzó a caminar por el costado de la cancha justo después de un fault, generando desconcierto y deteniendo la acción.

El juez de silla, Greg Allensworth, actuó concediendo a Bonzi un 'let' y permitiéndole repetir el primer servicio, decisión que encendió la mecha de una frustración que ya venía gestándose en Medvedev.

Explosión emocional en vivo

Medvedev, visiblemente alterado, se dirigió al árbitro en tono confrontativo y comenzó una andanada de críticas dirigidas no solo a Allensworth sino también al sistema de arbitraje. La tensión se elevó cuando, micrófono en mano, se dirigió al público con frases como:

¡Él quiere irse a casa, chicos! No le gusta estar aquí. ¡Le pagan por partido, no por hora!

El caos provocó que el juego se suspendiera por más de seis minutos, mientras Medvedev enfrentaba abucheos, arengas y estallidos de la audiencia que comenzó a corear “¡Second serve!” como forma de rechazar la decisión arbitral.

El castigo económico a la frustración

El comportamiento le salió caro al tenista ruso. La organización del torneo lo multó con un total de 42.500 dólares, lo que representa más de un tercio de sus ganancias (110.000 dólares) por su participación:

  • 30.000 dólares por conducta antideportiva
  • 12.500 dólares por abuso de raqueta (tras estrellarla contra su silla al finalizar el match)

Este tipo de sanciones en torneos de Grand Slam no son nuevas para Medvedev. Ya en años anteriores había sido multado por actitudes similares, aunque esta representa una de las más elevadas en su carrera.

Un historial de colapsos y talento

Medvedev no es ajeno a la controversia. A lo largo de su carrera, ha protagonizado momentos explosivos frente a aficionados, jueces y hasta rivales. Sin embargo, también ha logrado hitos como su título en el US Open 2021 y su breve reinado como número 1 del ranking ATP.

Este nuevo escándalo se inserta en una racha negativa para el ruso. La derrota ante Bonzi marcó su tercera eliminación consecutiva en primera ronda de Grand Slam, sumándose a su temprana salida en Wimbledon el mes anterior, también contra el francés.

¿Qué dice el reglamento ATP?

Las reglas de conducta de la ATP y los torneos de Grand Slam son estrictas cuando se trata de incidentes dentro y fuera de la cancha. El código de conducta establece penalizaciones económicas por acciones como:

  • Abuso verbal
  • Abuso físico (incluyendo destrucción de raquetas)
  • Demoras intencionadas en el juego
  • Conducta agresiva hacia jueces, público o rivales

Las multas pueden incrementarse en función de la reincidencia y la severidad del acto, como fue el caso de Medvedev, quien ya carga con antecedentes.

Medvedev y el público: amores y odios

Uno de los elementos más fascinantes del tenis es la relación jugador-espectador, y pocos jugadores han tenido una dinámica tan intensa con el público estadounidense como Daniil Medvedev.

En 2019, se enfrentó abiertamente a los fanáticos de Nueva York durante sus partidos, gesticulando y provocando, para luego redimirse con un emotivo discurso tras perder la final contra Rafael Nadal. Esto cimentó su imagen de “villano irresistible” del circuito.

Lo ocurrido en esta edición del US Open reaviva esa relación tensa, con un Medvedev que parece alimentarse del antagonismo, pero que también desata cuestionamientos sobre su estabilidad emocional en los momentos de presión.

¿Especialista en canchas duras en declive?

Históricamente, Medvedev ha sido uno de los mejores jugadores en hard courts, superficie donde ha acumulado la gran mayoría de sus títulos, incluyendo su Grand Slam. Sin embargo, sus recientes actuaciones hacen dudar de si mantiene esa ventaja competitiva.

De seguir con resultados tempranos y actitudes volátiles, podríamos estar presenciando un declive inesperado para quien alguna vez fue el llamado a liderar el recambio generacional frente a Djokovic, Nadal y Federer.

¿Deshumanización o profesionalismo?

El caso Medvedev abre una vieja discusión en el deporte profesional: ¿Cuánto margen hay para que un atleta exprese frustración sin ser considerado “antiético” o “antideportivo”?

Desde McEnroe hasta Kyrgios, muchos tenistas han desafiado los moldes tradicionales, y sus explosiones han alimentado tanto las críticas como la fascinación del público.

“El tenis necesita personalidad, pero no a costa del respeto”, manifestó en 2021 el extenista y comentarista Mats Wilander.

En el caso de Medvedev, la línea entre “carismático rebelde” y “descontrolado” parece cada vez más delgada.

¿Cuál es el futuro para Medvedev?

Recuperar su mejor nivel dependerá no solo de mejorar su rendimiento físico y estratégico, sino también su manejo emocional. Con apenas 29 años, aún tiene margen para revitalizar su carrera, pero el tiempo y sus propias respuestas marcarán si volverá a disputarle títulos a la élite del tenis o será víctima de su propio carácter.

Por lo pronto, su eliminación temprana y el bochornoso episodio del US Open lo dejan fuera del foco competitivo, pero en el centro de una reflexión más amplia: ¿Debe el deporte tolerar más humanidad aunque eso implique caos? ¿O es el autocontrol parte esencial de ser una leyenda?

Solo el tiempo —y quizás el próximo Grand Slam— responderán esa pregunta.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press