Del lujo al encierro y de vuelta: la resurrección del hotel-prisión de Norco
El histórico Norconian Resort pasó de ser un paraíso de estrellas a un hospital naval, prisión y ahora podría renacer como destino turístico de élite
Un sueño dorado en medio de los años locos
A finales de la década de 1920, en pleno apogeo del "American Dream" y justo antes del desplome de Wall Street, un ambicioso proyecto emergía del suelo del sur de California: el Norconian Resort Supreme. Fundado por Rex Clark en la ciudad de Norco, este lujoso complejo surgió tras el descubrimiento de manantiales de azufre caliente, celebrados entonces por sus supuestas propiedades curativas.
El 2 de febrero de 1929, con una fastuosa inauguración estilo Hollywood, el resort abrió sus puertas ofreciendo boating, aviación privada, paseos a caballo, baños minerales, canchas de tenis, golf y piscina. La sociedad angelina acudía en masa al nuevo paraíso del bienestar y el descanso.
Como relató Kevin Bash, concejal e historiador local: “Miles de personas acudieron. Fue un éxito rotundo... pero 1929 no era el mejor año para inaugurar un resort”. La llegada de la Gran Depresión apagó rápidamente el brillo del Norconian.
Del spa al hospital naval
El complejo fue vendido al gobierno en plena Segunda Guerra Mundial, y el 8 de diciembre de 1941—un día después del ataque a Pearl Harbor—renació como el Hospital Naval de Norco, especializado en enfermedades como poliomielitis, fiebre reumática y tuberculosis entre soldados estadounidenses.
Médicos de la Clínica Mayo, junto con personal como la enfermera australiana Sister Elizabeth Kenny, pionera en tratamientos contra la polio, lideraron el centro. También fue un lugar clave en la historia deportiva: en 1947, se fundó ahí el equipo “The Rolling Devils”, considerado uno de los impulsores del baloncesto en silla de ruedas.
Misiles, drogas e internos: el giro oscuro
Con el fin de la guerra, el recinto tuvo múltiples reencarnaciones. En los años 50 funcionó como laboratorio de misiles; en los 60, como hospital de rehabilitación de drogas. Pero en los 80, el complejo fue convertido en una prisión de seguridad media.
Se rebautizó oficialmente como California Rehabilitation Center y se integró al sistema estatal carcelario como una solución práctica a la creciente población penitenciaria. Sin embargo, muchos de los elementos arquitectónicos y del pasado glorioso del hotel fueron abandonados, caídos en el olvido o superpuestos con cemento y barrotes.
Un cierre anunciado y una oportunidad histórica
En 2023, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció un plan para cerrar cinco prisiones, incluida la de Norco, en respuesta al descenso sostenido de la población carcelaria del estado y como medida de ahorro fiscal.
El cierre está previsto para el otoño de 2026, y con este el Estado espera ahorrarse unos 150 millones de dólares. Se estima que actualmente hay unos 2,766 internos y 1,191 empleados en el Centro.
Pero no todos están entusiasmados: sindicatos de empleados penitenciarios han criticado la decisión, preocupados por el desempleo y el posible impacto económico en la región.
Una joya de arte deco en ruinas
Bash y otros líderes locales ven con esperanza la posibilidad de rescatar este sitio y devolverle su antiguo esplendor. En palabras del concejal:
“La gente no sabe lo magnífico que es esto. Podría ser como el Mission Inn, sobre una colina con vista al lago, en cientos de acres”
Sin embargo, restaurar el Norconian no será sencillo. Partes del edificio original están contaminadas con asbesto, incluidos barracones de la era de la Segunda Guerra Mundial construidos con cemesto (una mezcla de asbesto y cemento). Además, las condiciones estructurales internas empeoran cada año por filtraciones, derrumbes y abandono.
Fotos recientes del interior muestran techos colapsados, azulejos rotos, pasillos enmohecidos y vestigios de una época dorada ahora cubierta por capas de deterioro. Bash ha calificado la situación como un caso claro de “demolición por negligencia”.
El clamor por una segunda oportunidad
Desde hace más de una década, el Ayuntamiento de Norco ha pedido el cierre de la prisión para rescatar el legado histórico del Norconian. Aunque los planes para su futuro todavía están en discusión, la presión ciudadana y política va en aumento.
Las posibles opciones incluyen convertir el lugar en un resort de lujo, un hotel museo, oficinas corporativas o incluso desarrollos de viviendas. La comunidad se muestra ansiosa pero cautelosa: una restauración mal gestionada o la falta de inversiones públicas podrían condenar al complejo a un vandalismo irreversible.
Además, existen retos legales de preservación histórica. El Norconian Club y otras asociaciones han solicitado que el complejo sea incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos, para garantizar su conservación estructural y evitar una demolición arbitraria.
¿Revivirá el Norconian?
En la actualidad, lo que fue un símbolo del opulento estilo de vida californiano permanece como cárcel fatigada y símbolo de las múltiples caras de Estados Unidos: de lujo exclusivo, a centro militar, refugio terapéutico y encierro punitivo.
La historia del Norconian es también la historia de cómo la infraestructura puede mutar —y recuperar— su propósito. No son pocas las voces que, movidas por orgullo, nostalgia y visión de futuro, buscan que este singular lugar vuelva a brillar en el mapa turístico de California.
Como expresa Bash con una mezcla de adoración y urgencia:
“La gente realmente quiere recuperar el Norconian y devolverlo a sus días de gloria. Todos lo desean. Quieren un resort.”