Fuego cruzado en el Mar de China Meridional: ¿una nueva Guerra Fría naval?

Las tensiones entre China y aliados occidentales se intensifican cerca del conflictivo Banco de Scarborough con ejercicios militares a gran escala

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El Mar de China Meridional vuelve a ser escenario de una creciente disputa geopolítica que implica a grandes potencias internacionales con intereses marítimos, estratégicos y económicos profundamente entrelazados. Esta semana, Filipinas, Australia y Canadá han desplegado un trío de buques de guerra y aeronaves para realizar entrenamientos conjuntos frente al conflictivo Banco de Scarborough, una zona en disputa con China que ha sido testigo de incidentes altamente peligrosos en los últimos años.

¿Por qué el Banco de Scarborough es tan importante?

El Banco de Scarborough, un atolón deshabitado, se encuentra a unos 220 kilómetros al oeste de la isla filipina de Luzón y ha estado en el corazón de las disputas territoriales entre Filipinas y China desde hace más de una década. A pesar de estar dentro de la zona económica exclusiva filipina según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), China ha ejercido un control de facto sobre la zona desde 2012.

Históricamente, se trata de un banco de pesca vital para las comunidades costeras filipinas, pero su localización estratégica también lo convierte en una joya geopolítica. No solo se encuentra en una ruta clave del comercio marítimo global —por donde transita aproximadamente el 30% del comercio mundial, valorado en $5 billones anuales—, sino que se presume que existen ricos yacimientos de petróleo y gas bajo sus aguas.

Ejercicios militares: ¿una demostración de poder frente a China?

El Ejercicio Naval Multilateral, llevado a cabo esta semana, reunió al destructor de misiles guiados HMAS Brisbane de la marina australiana, la fragata canadiense HMCS Ville de Québec y la fragata filipina BRP Jose Rizal, que realizaron maniobras de defensa aérea frente a amenazas simuladas. También participaron helicópteros de combate y cazas que surcaron los cielos como parte del entrenamiento.

Estos ejercicios se han llevado a cabo en el marco de la mayor colaboración militar en la historia reciente entre Australia y Filipinas, que ha implicado a más de 3.600 efectivos en distintas maniobras bélicas que se extenderán durante 15 días.

La fuerza aérea filipina publicó imágenes en video que muestran jets y helicópteros operando conjuntamente con los buques militares, exhibiendo una coordinación táctica digna de alianzas de defensa mucho más consolidadas.

Contexto reciente: tensiones, colisiones y silencios incómodos

Los ejercicios se realizaron apenas unas semanas después de un incidente desconcertante ocurrido el 11 de agosto de 2025, cuando, según fuentes militares filipinas, un buque de la Armada china colisionó accidentalmente con una embarcación de la guardia costera china —ambos intentando bloquear un navío filipino cerca de Scarborough. El impacto habría causado daños severos a la proa del buque chino, y se teme que al menos dos tripulantes chinos hayan fallecido, aunque Pekín no ha confirmado ni negado esta información.

Este hecho evidencia el grado de tensión de la zona, donde incluso los aliados pueden convertirse en víctimas de sus propias maniobras de agresión estratégica.

China: hegemón incómodo y vigilante silencioso

El gobierno de China no emitió ningún comentario oficial sobre los ejercicios militares recientes, pero ha reiterado previamente que defenderá "a toda costa" sus reclamaciones territoriales en el Mar de China Meridional, incluidas las aguas en torno al Banco de Scarborough.

Desde hace años, Pekín ha militarizado atolones, arrecifes y bancos de arena, construyendo tanto aeródromos como instalaciones militares sobre islotes naturales y artificiales. Según datos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), China ha instalado misiles superficie-aire, radares y pistas de aterrizaje en islas artificiales.

Además de Filipinas y China, otras naciones como Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán mantienen reclamaciones superpuestas sobre partes del mar, lo que ha convertido a la región en un mosaico de disputas legales e incidentes militares.

Estados Unidos: el elefante en la habitación

EE.UU. no tiene ninguna reclamación territorial sobre el mar, pero ha sostenido una política de “libertad de navegación” mediante la cual patrulla regularmente la región para desafiar lo que considera reclamaciones marítimas excesivas de China.

Dos días después del accidente entre las embarcaciones chinas, la Armada estadounidense desplegó un destructor de misiles guiados y una nave de combate litoral a unos 55 kilómetros del banco de Scarborough. Según medios del Pentágono, fueron seguidos por un navío de guerra chino, pero “no se reportaron incidentes peligrosos”.

Washington ha reiterado su compromiso con Filipinas, su aliado más antiguo en Asia, bajo el Tratado de Defensa Mutua (1951), lo que implica un respaldo militar en caso de ataque armado, incluso en aguas disputadas.

¿Hacia una nueva Guerra Fría naval?

El Mar de China Meridional parece estar encaminándose hacia una nueva Guerra Fría en altamar. La combinación de intereses económicos, militares y políticos en esta región ha provocado una escalada de tensiones donde casi cualquier incidente —una colisión naval o una maniobra aérea errática— podría encender una chispa de conflicto mayor.

La situación es más volátil debido a la creciente cooperación entre naciones democráticas del Indo-Pacífico como Australia, Canadá, Japón y Estados Unidos, que buscan contener la expansión marítima de Pekín, al tiempo que fortalecen sus vínculos con países como Filipinas, que actualmente vive una revalorización estratégica dentro del tablero geopolítico global.

El ministro de Defensa filipino declaró recientemente: “Estamos firmemente comprometidos con un Indo-Pacífico libre y abierto. La colaboración con aliados que comparten nuestros valores es crucial para disuadir agresiones”.

¿Qué podemos esperar?

A corto plazo, no es previsible que las tensiones militares deriven en un conflicto de gran escala. Sin embargo, la falta de canales de diálogo militar directos y estables entre China y muchos de estos países aumenta el riesgo de malentendidos fatales.

Además, mientras EE.UU. continúa fortaleciendo su alianza con Filipinas y otros países del sudeste asiático, China probablemente responderá con una mayor presencia militar y diplomática, extendiendo así la partida de ajedrez geopolítica por años.

Lo que está ocurriendo hoy en el Mar de China Meridional no es solo una disputa por recursos o territorio. Es un emblema del nuevo orden mundial en construcción, donde las fuerzas del multilateralismo, la disuasión y la hegemonía chocan en escenarios tan simbólicos como las aguas de Scarborough.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press