La batalla silenciosa de los relevistas y abridores en la MLB 2025

Entre lesiones, reestructuraciones de roster y decisiones tácticas, la temporada muestra los altibajos del montículo

El desgaste en la loma: el común denominador

La temporada 2025 de la MLB ha estado marcada por una constante: los pitchers, tanto abridores como relevistas, enfrentan una dura realidad física y táctica en el cierre del calendario regular. Entre lesiones preocupantes, rotaciones desgastadas y cambios de última hora, los equipos líderes de sus divisiones deben armar verdaderos rompecabezas para mantener su competitividad.

En este análisis exploraremos el impacto de las recientes decisiones de los Milwaukee Brewers, Baltimore Orioles y Cleveland Guardians en el ámbito del pitcheo, destacando tanto las problemáticas como las oportunidades que surgen en esta fase decisiva del calendario.

Milwaukee Brewers: urgencia en los brazos durante calendario infernal

El equipo de Milwaukee atraviesa una racha extenuante: 19 juegos en 18 días. Esa exigencia física y logística forzó a los líderes de la División Central de la Liga Nacional a realizar movimientos algo desesperados.

El caso más emblemático es el del derecho Erick Fedde, quien tras un paso sin pena ni gloria por los Cardinals y luego los Braves (con promedio de carreras limpias de 5.22 y 8.10 respectivamente), fue firmado por los Brewers con la esperanza de que pueda, al menos, comer innings.

“No se trata sólo de talento, sino de funcionalidad. Necesitamos brazos que nos permitan respirar”, comentó un miembro del cuerpo técnico bajo anonimato.

Más preocupante aún fue la situación del estelar cerrador Trevor Megill, enviado a la lista de lesionados por 15 días debido a una distensión en el flexor del brazo derecho. Megill acumulaba 30 salvamentos en 44 apariciones y mantenía una impresionante ERA de 2.54. Sin embargo, había fallado en tres de sus últimos cuatro intentos de cierre. ¿Fatiga o algo más grave?

Baltimore Orioles: un experimento que debe madurar

En la Liga Americana, los Orioles viven un proceso complejo de renovación, donde la juventud y la expectativa a veces se enfrentan duramente con la realidad del diamante.

El derecho novato Brandon Young terminó prematuramente su temporada al ser colocado en la lista de lesionados por 60 días. Su récord de 1-7 con una ERA de 6.24 en 12 aperturas no impresiona, pero su casi juego perfecto frente a Houston el 15 de agosto demuestra que hay chispazos de calidad por pulir.

“Supo cómo se comporta su material en las grandes ligas. Ese aprendizaje, aunque doloroso, será valioso para 2026”, dijo el mánager interino Tony Mansolino.

Además, los Orioles reestructuraron su plantilla con la llegada desde Triple A de Roansy Contreras y el infielder Emmanuel Rivera. La salida de Vimael Machín, quien apenas bateó para .091 en cuatro juegos, sugiere que Baltimore busca más solidez en defensa y consistencia en el ataque.

Otro punto clave es la vuelta esperada del lanzador Tyler Wells, quien vuelve después de una cirugía de codo que lo mantuvo lejos casi todo el año. El equipo planea una rotación de seis abridores para terminar la campaña.

Cleveland Guardians: juventud decidida y clutch

Si algo ha demostrado Cleveland en esta campaña es que la juventud no le teme a los momentos grandes. Un nombre resuena fuerte: Kyle Manzardo.

El tercera base conectó su tercer batazo de victoria en extra innings tras un sencillo en el 10º episodio ante los Rays de Tampa Bay. El último jugador de los Guardians en lograr tal hazaña había sido Jim Thome en 2001. Manzardo ha traído oxígeno al equipo, cortando una racha de tres series perdidas.

El partido también sirvió para romper otra sequía: el cuadrangular de Nolan Jones en la novena significó el primer extrabase del club en 45 entradas.

Históricamente, Cleveland se ha caracterizado por confiar en jugadores jóvenes desarrollados en casa. En 2025, ese modelo sigue dando frutos, aunque de forma intermitente debido a la falta de experiencia.

El contexto histórico del pitcheo y el ciclo eterno

Desde los tiempos de leyendas como Sandy Koufax o Bob Gibson, el pitcheo ha sido sinónimo no sólo de dominio, sino de duración y consistencia. Sin embargo, en la era moderna se ha normalizado el concepto del pitch count y las entradas limitadas. Un abridor pasar de cinco entradas es casi una proeza; un cerrador sobrevivir 60 apariciones sin problemas físicos, una rareza.

En 2024, la tasa de lesiones entre pitchers en la MLB alcanzó el 27%, el nivel más alto desde 2015, según FanGraphs. Las causas van desde sobrecarga muscular hasta deficiencias biomecánicas. Muchos expertos han notado que la búsqueda obsesiva por la velocidad en los lanzamientos ha cobrado factura.

Según Baseball-Reference, el 65% de los juegos en 2025 son decididos por el bullpen. La figura del relevista es más determinante que nunca, pero también más expuesta.

¿Una generación frágil o simplemente más exigida?

Algunos analistas, como Buster Olney de ESPN, apuntan a que la preparación física actual no necesariamente ha mejorado. “El cuerpo humano tiene límites. Lanzar 99 mph de forma diaria genera microfracturas que antes no veíamos porque los pitchers simplemente no lo hacían”, explicó en una nota reciente.

Además, hay un cambio cultural en la forma de gestionar el talento joven. Antes, era común que un novato pasara dos o tres años desarrollándose en Triple A; hoy, se exige impacto inmediato. Brandon Young es ejemplo de esto: talento innegable, pero quizás lanzado prematuramente a la jungla de la MLB.

Mirando al cierre de temporada

A medida que nos acercamos al mes de septiembre, el equilibrio entre salud, táctica y rendimiento será crucial para definir no solo los boletos a postemporada, sino el futuro de muchas carreras de lanzadores que apenas se están escribiendo.

Milwaukee contará con Fedde más como medida de supervivencia que como solución. Baltimore buscará descubrir si Wells puede volver a su nivel tras una larga ausencia. Cleveland, por su parte, parece confiar en el clutch de su ofensiva y la entrega colectiva de su bullpen.

Lo que está claro es que el pitcheo sigue siendo el pilar más volátil e impredecible del béisbol moderno. Donde antes reinaban cuatro abridores dominantes, hoy la estrategia se fragmenta en tramos, en matchups, en métricas avanzadas. Y esa nueva lógica se cobra un precio: más brazos agotados, más incertidumbre… pero también más oportunidades para jóvenes como Manzardo o Young, que encuentran en el caos su mejor escenario.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press