Mario Guevara: Periodismo, Represión y Libertad de Prensa en la América de Hoy
El caso del periodista detenido expone una alarmante colisión entre inmigración, derechos constitucionales y la libertad de expresión
Un periodista en el punto de mira
En junio, mientras cubría una protesta cerca de Atlanta, Mario Guevara, un periodista salvadoreño de 47 años, fue arrestado por la policía local del condado de DeKalb. Vestía su chaleco de prensa, armado solo con su cámara y voz, cuando fue acusado de reunión ilegal y obstrucción a la justicia. Pocos días después, las autoridades federales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) tomaron su custodia, detonando una controversia que ha generado respuestas desde defensores de derechos civiles hasta legisladores estatales.
¿Represión o remoción migratoria?
Lo que en principio pareció una detención circunstancial durante un tumulto político rápidamente tomó un matiz profundamente preocupante. Aunque los cargos presentados por el condado de DeKalb fueron retirados, y otros del condado vecino de Gwinnett tampoco prosperaron, Guevara sigue detenido en el Centro de Detención de Folkston, Georgia, bajo custodia de ICE.
Según Scarlet Kim, abogada de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), "la verdadera razón para detener al Sr. Guevara es silenciar y castigar su discurso." La defensa sostiene que su detención es una clara violación a los derechos constitucionales de libertad de prensa y debido proceso.
Un periodista incómodo
Mario Guevara no es un periodista común. Su carrera comenzó en El Salvador, donde fue víctima de violencia por su labor comunicativa. Al llegar a Estados Unidos, trabajó muchos años para Mundo Hispánico, un importante diario en español en Atlanta. Más recientemente fundó su propio canal digital: MG News.
Su enfoque periodístico se concentra en coberturas de operativos de ICE, protestas, e injusticias sociales que afectan a la comunidad latina e inmigrante. A menudo aparece en transmisiones en vivo mostrando redadas, detenciones y abusos de poder. Este tipo de periodismo ha convertido a Guevara en una figura incómoda para las autoridades migratorias.
Una detención plagada de irregularidades
El caso de Guevara presenta un patrón alarmante de irregularidades. Luego de su arresto, un juez de inmigración ya le había concedido una fianza de 7.500 dólares. Sin embargo, esa liberación fue bloqueada por una apelación del gobierno federal.
El propio juez federal que lleva el caso, Benjamin Cheesbro, expresó dudas durante la audiencia sobre si existe aún una base legal para mantenerlo detenido. "¿Todavía hay una base estatutaria para esta detención?", cuestionó Cheesbro ante los representantes del gobierno federal.
Por su parte, el fiscal Woelke Leithart aseguró que Guevara no está siendo detenido por sus actividades periodísticas, sino por ser "removible" —un eufemismo para referirse a su presunto estatus migratorio irregular.
Un limbo legal y humano
Guevara tiene desde hace años una petición de visa pendiente y, según su defensa, está autorizado a trabajar en EE.UU. Un caso anterior en su contra fue cerrado administrativamente hace más de una década. “Él no representa un peligro para nadie, ni tampoco hay riesgo de fuga. Tiene una familia, hijos adultos en Estados Unidos, y una comunidad que lo apoya”, dijo su abogada.
Su hijo, Oscar Guevara, fue directo al salir de la corte: “Solo quiero que mi papá salga”.
¿Criminalizar la cobertura periodística?
El caso de Mario Guevara no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia más amplia de criminalización del periodismo crítico en América del Norte. Según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), los ataques contra reporteros han aumentado en Estados Unidos, especialmente entre quienes cubren temas de inmigración, racismo sistémico o brutalidad policial.
La doctrina de la prior restraint (restricción previa), que prohíbe al gobierno impedir preventivamente la publicación de información, parece estar en juego. Mientras Guevara esté bajo custodia, no puede ejercer su rol informativo, lo que algunos expertos califican como una forma tácita de censura.
La periodista y activista americana Amy Goodman, famosa por su trabajo en Democracy Now!, comentó en una entrevista: “Cuando un periodista que cubre detenciones migratorias es él mismo detenido por ICE, hay que preguntarse a quién molesta su narrativa.”
La historia se repite
Casos como el de Guevara no son nuevos. En 2018, Manuel Duran, otro periodista hispano con base en Memphis, fue arrestado durante una protesta contra ICE. El caso levantó una ola de apoyo y denuncias de persecución ideológica. Duran finalmente fue liberado tras casi dos años de batalla legal, gracias a la presión de organizaciones como SPLC y ACLU.
Lo preocupante es que en estos casos, los periodistas son tratados como activistas antes que como profesionales. Se distorsiona su función en una democracia saludable, donde la prensa es el cuarto poder y uno de los pilares más esenciales para el equilibrio institucional.
La voz de los silenciados
Guevara ha construido su legado dando visibilidad a quienes, como él, huyeron de la violencia para encontrarse con un sistema tan hostil como el que dejaron atrás. Su streaming durante la protesta en junio mostraba claramente que identificó su rol: “Soy miembro de los medios, oficial”, se le escucha decir segundos antes de ser arrestado.
Ese video, hoy viral, será clave en la disputa legal. Representa no solo una prueba de que Guevara informaba, sino también un testimonio inquietante de cómo incluso las libertades más fundamentales pueden caer cuando los principios democráticos son relegados por la política del miedo y la desinformación.
Presión nacional e internacional
Grupos como Human Rights Watch, PEN America y Reporteros Sin Fronteras han denunciado la detención de Guevara como una amenaza directa a la libertad de prensa. La senadora estatal Sally Harrell declaró que la situación es "una mancha indignante en el sistema judicial estadounidense".
La presión también viene del ámbito internacional. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) pidió al gobierno de Biden que revise el caso y garantice protección a los periodistas migrantes, recordando que “ningún país democrático puede sobrevivir sin una prensa libre”.
¿Un precedente peligroso?
Si los tribunales no liberan inmediatamente a Guevara, estarían creando un precedente peligrosamente represivo. Significaría que cubrir manifestaciones podría convertirse en excusa para deportaciones selectivas, un mensaje demoledor para periodistas y activistas.
En palabras de Glenn Greenwald, periodista que ayudó a publicar los documentos de Edward Snowden: “La verdadera libertad de prensa no se mide con editoriales bien escritos, sino con la capacidad de defender la verdad incluso cuando incomoda al poder.”
Más que un periodista
Mario Guevara representa a cientos de reporteros anónimos que dan cobertura a comunidades invisibles. Su cámara ha documentado lágrimas, miedo, protestas y detenciones. Pero ahora, él es noticia, y su historia recuerda que el periodismo no es solo reportar, sino resistir.