Tragedia en una escuela católica de Minneapolis: ¿Por qué siguen ocurriendo tiroteos escolares en EE. UU.?

Un análisis del sangriento ataque en una iglesia escuela y la continua epidemia de violencia armada contra menores

El pasado miércoles, el tercer día del ciclo escolar en la escuela católica de la Anunciación en Minneapolis, se convirtió en una tragedia imborrable. Durante una ceremonia religiosa que reunía a niños, padres y maestros, un individuo abrió fuego desde fuera de la iglesia, causando el caos y dejando un saldo de dos niños muertos y 17 personas heridas.

Una comunidad destrozada por el horror

Aproximadamente 200 estudiantes se encontraban en el interior de la iglesia escuchando un salmo. La tranquilidad del lugar fue interrumpida repentinamente por una serie de disparos que atravesaron las ventanas de vitrales. Una escena de terror se desplegó rápidamente: gritos, cuerpos lanzándose al suelo, gente corriendo hacia el gimnasio, puertas barricadas con tablones de madera.

Un niño de quinto año, Weston Halsne, relató después cómo su amigo Victor se arrojó encima de él para protegerlo y fue alcanzado por una bala en la espalda. Su historia resonó profundamente entre los presentes y en todo el país, recordando a muchos la fragilidad de la vida escolar en EE. UU.

Una vez más: niños, las víctimas principales

Las víctimas mortales fueron dos menores de 8 y 10 años. De los 17 heridos, 14 son también niños, algunos de tan solo 6 años. Afortunadamente, las autoridades han afirmado que todos los heridos sobrevivirán.

El sospechoso, Robin Westman, de 23 años, fue encontrado muerto por suicidio detrás de la iglesia. La policía no ha determinado aún un motivo claro. Se sabe únicamente que su madre trabajó anteriormente en el lugar, pero el individuo no tenía vínculos recientes con la comunidad educativa o religiosa.

EE. UU. y su imparable problema con los tiroteos

Este incidente no representa un evento aislado. Según la organización Gun Violence Archive, en lo que va de 2024 se han registrado más de 300 tiroteos masivos en Estados Unidos. Los escolares han sido especialmente vulnerables: Aprendizajes básicos, juegos infantiles y recesos han sido reemplazados por simulacros de tiroteo y lecciones de sobrevivencia.

Los datos son alarmantes:

  • Cada año mueren más de 4,300 menores de edad por armas de fuego en EE. UU. (CDC).
  • Los tiroteos escolares han aumentado un 93% desde el año 2010.
  • Uno de cada diez estudiantes en EE. UU. reporta tener miedo a asistir a la escuela.

La iglesia: ¿refugio o blanco?

El ataque añade un nuevo nivel de caos: una iglesia como blanco. La frase escrita en su fachada, “La casa de Dios y la puerta del cielo”, se tornó irónicamente difícil de integrar con la tragedia vivida. En tiempos de crisis, muchas comunidades recurren a la religión en busca de consuelo, pero en este caso fue precisamente en el sitio sagrado donde irrumpió la violencia.

Durante una vigilia realizada por la noche, el arzobispo Bernard Hebda reflexionó sobre el sufrimiento. “Puedo entender por qué alguien podría identificarse con la pregunta del salmista: ‘¿Por qué, oh Dios, me has olvidado?’”, expresó conmovido.

La primera semana de clases: una pesadilla

Niños como Chloe Francoual, una estudiante de sexto grado, comenzaron su semana con emoción y esperanza. Pero antes del viernes, estaban resguardándose tras escritorios, creyendo que no sobrevivirían. Su padre, Vincent Francoual, declaró entre lágrimas: “Aún no logra decirnos con claridad lo que vio; es demasiado para procesar”.

La escuela y su comunidad reflejan una realidad estadounidense donde la vuelta a clases conlleva riesgos que van más allá de lo escolar.

¿Y el perpetrador?

El atacante, Robin Westman, murió por suicidio tras el atentado. Las investigaciones policiales continúan, pero hasta ahora se desconoce lo que impulsó el horroroso acto. Algunos informes no oficiales sugieren que enfrentaba problemas de salud mental, pero estos aún deben ser verificados.

El caso resalta la creciente preocupación por la salud mental de los jóvenes estadounidenses, una crisis agravada por el acceso sin restricciones a armas de fuego.

La legislación: parálisis e inacción

Después de cada tiroteo escolar, las promesas políticas se escuchan por doquier. Sin embargo, los avances legislativos suelen ser nulos o insuficientes. El estado de Minnesota cuenta con restricciones mínimas respecto a la adquisición de armas, lo que permite que cualquier persona mayor de 18 años adquiera una rifle o escopeta.

En palabras de la organización Everytown for Gun Safety, “los estados con leyes más estrictas ven menos muertes por armas de fuego; sin embargo, muchos legisladores continúan cediendo a las presiones de la National Rifle Association (NRA)”.

La herida espiritual y emocional

Más allá de los datos, los testimonios desgarradores revelan heridas imposibles de sanar. El reverendo Dennis Zehren, quien iba a dar la homilía ese día, se quebró al hablar con los medios. Las emociones estaban a flor de piel, y los rezos se sentían más como un consuelo desesperado que como una rutina litúrgica.

El sonido de las campañas de la torre siguió resonando en el vecindario, mientras padres abrazaban a sus hijos con lágrimas en los ojos. Era un suburbio, pero parecía una zona de guerra.

¿Qué viene ahora?

La comunidad buscará reconstruirse— emocional, psicológica y espiritualmente. Diferentes servicios de salud mental han sido desplegados para ayudar a estudiantes, profesores y feligreses afectados. La escuela permanecerá cerrada durante al menos una semana, y la Diócesis organizará sesiones de duelo guiadas por psicólogos profesionales.

El caso pone en tela de juicio, otra vez, dónde está fallando la sociedad estadounidense. Si ni siquiera los templos son refugio seguro, el país enfrenta una crisis de humanidad que va más allá del debate político.

La pregunta cíclica regresa: ¿cuántas tragedias más se necesitarán para que EEUU actúe contra la violencia armada?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press