Patrick Braxton y la victoria del cambio en Newbern: una historia de resistencia y justicia atrasada

Después de años de exclusión racial y batallas legales, el primer alcalde negro de Newbern, Alabama, finalmente asume su mandato respaldado por una victoria electoral contundente

Una pequeña ciudad, una gran historia

Newbern, Alabama, con tan solo 133 habitantes y ubicada 64 kilómetros al oeste de Selma, ha protagonizado un episodio histórico recientemente que revela cómo, incluso en el siglo XXI, la batalla por los derechos civiles y la participación política sigue viva en Estados Unidos.

La elección de Patrick Braxton como alcalde —por segunda vez, pero esta vez validada oficialmente bajo supervisión federal— marca un hito no sólo para su comunidad, sino también para las luchas raciales y electorales que aún persisten. Braxton, un bombero voluntario, fue el primer alcalde negro de la ciudad, pero su ascenso al cargo no fue ni fácil ni inmediato, a pesar de haber sido el único candidato en 2020.

Una elección histórica: el regreso de la democracia

La polémica gira en torno a que Newbern no celebraba elecciones formales desde la década de 1960. En lugar de procesos electorales democráticos, los funcionarios del pueblo eran "heredados": el alcalde nombraba a su sucesor, que a su vez designaba al consejo municipal. Esta práctica favorecía un gobierno blanco en una ciudad de mayoría negra (dos a uno en proporción), lo cual fue el núcleo de la demanda legal presentada por Braxton y otros ciudadanos.

“La gente salió, habló y votó. Ahora, no hay duda de lo que quieren para este pueblo”, declaró Braxton tras confirmar su victoria con 66 votos frente a los 26 de su único contrincante, el subastador blanco Laird Cole.

De la exclusión a la justicia

En 2020, Braxton se postuló para el cargo de alcalde y, al ser el único candidato, técnicamente se convirtió en alcalde. Actuando según las costumbres locales, nombró a miembros del nuevo consejo municipal. Pero entonces, en un giro digno de un thriller político, se intercambiaron las cerraduras del ayuntamiento, se le denegó acceso a las cuentas del pueblo y exfuncionarios protagonizaron una reunión secreta para "fraudulentamente" reconstituirse como consejo, según indica la demanda.

Este acto desencadenó una batalla legal de tres años que culminó en una acuerdo federal de conciliación. Dicha medida autorizó una elección supervisada judicialmente para el cargo de alcalde en 2025, aunque esa elección se adelantó como parte del compromiso para restaurar un gobierno legítimo.

Una lucha que recuerda a Selma

No es coincidencia que Newbern esté cerca de Selma, epicentro de una de las luchas más emblemáticas por los derechos civiles en Estados Unidos. En 1965, el Bloody Sunday dejó una cicatriz permanente en la memoria colectiva cuando activistas por el voto fueron brutalmente reprimidos en el Puente Edmund Pettus. Ahora, casi seis décadas después, el eco de aquellas luchas resuena en esta modesta pero poderosa historia.

Como comentó Madison Hollon del SPLC Action Fund, organización que respaldó la candidatura de Braxton: “La negativa del alcalde Braxton a permitir que sus electores fueran despojados de sus derechos es un ejemplo inspirador de liderazgo y valentía”.

La reacción de la comunidad

El clima en Newbern ha sido de polarización durante años. Muchos residentes negros veían en Braxton una oportunidad de representación real en una comunidad históricamente silenciada. Por otro lado, una minoría blanca, que se había mantenido en el poder por más de cinco décadas, encontraba difícil ceder el control.

Como ocurre en muchos lugares de Estados Unidos, el poder político no siempre refleja la composición demográfica real. Según datos del Southern Poverty Law Center, en más del 20% de los municipios del sur con mayoría negra, las alcaldías siguen en manos de blancos, muchas veces gracias a normas arcaicas y manipulación política.

Más allá de Newbern: un reflejo nacional

El caso de Newbern plantea preguntas importantes sobre el estado actual de la democracia en comunidades pequeñas y rurales de EE.UU. ¿Cuántas ciudades más siguen operando bajo sistemas no democráticos? ¿Cuántos líderes como Braxton enfrentan barreras similares para representar a sus comunidades?

El hecho de que se necesitara la intervención de tribunales federales y prensa nacional para garantizar el acceso legítimo de un alcalde electo, es una llamada de atención para las instituciones que deberían vigilar la equidad electoral.

La responsabilidad de los votantes y las instituciones

La historia de Newbern también subraya la importancia del voto local. Las indignaciones nacionales son solo una parte del rompecabezas democrático. Muchas veces, el poder real que impacta la vida cotidiana se concentra en instancias municipales, como alcaldes, policías y consejos locales.

El desconocimiento de estas dinámicas es terreno fértil para la perpetuación de prácticas antidemocráticas. Como bien dijo Braxton tras ser finalmente reconocido como alcalde en 2023: “No me dejaron servir más que un año de cinco. Pero ahora no hay dudas. Es el momento del cambio”.

Una nueva esperanza para Newbern

Aunque la historia de Braxton se ha convertido en símbolo de resistencia y tenacidad, su verdadero trabajo comienza ahora. Restaurar la confianza en las instituciones, reparar las fracturas raciales, reactivar servicios públicos y asegurar elecciones regulares son tareas enormes para cualquier administración, más aún en una comunidad pequeña que lleva años sin rumbo claro.

Pero con legitimidad, apoyo federal y voluntad popular, la ciudad tiene una oportunidad real de renacimiento.

“Se siente bien, incluso mejor la segunda vez”, afirmó Braxton tras su victoria. Un sentimiento compartido por quienes por tanto tiempo han esperado que en su pueblo, la democracia no sea un privilegio, sino un derecho.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press