India y Japón: Una alianza estratégica para liderar el siglo XXI

Narendra Modi y Shigeru Ishiba apuestan por una década de cooperación tecnológica, económica y geopolítica

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Tokio, Japón — La reciente visita del primer ministro indio Narendra Modi a Tokio no fue simplemente un gesto protocolario entre dos aliados asiáticos; se trató del inicio de una nueva fase estratégica que promete tener un impacto duradero en la geopolítica del Indo-Pacífico y más allá. En un encuentro celebrado en el marco del foro económico Japón-India, Modi y el primer ministro japonés Shigeru Ishiba presentaron una “visión conjunta” para los próximos diez años que abarca áreas críticas como seguridad, economía, energía, recursos humanos y tecnología.

Una alianza basada en valores compartidos

“India y Japón comparten valores universales como la democracia y el estado de derecho”, afirmó Ishiba. Esta coincidencia filosófica es fundamental para entender por qué ambos países han intensificado su colaboración dentro del marco del Quad —una iniciativa multilateral que también incluye a Estados Unidos y Australia— y que busca contrarrestar la creciente influencia de China en la región.

Objetivos ambiciosos: Inversión, talento y cooperación militar

Uno de los elementos más destacados del plan es elevar la inversión del sector privado japonés en India hasta alcanzar los 10 billones de yenes (aproximadamente $68 mil millones de dólares) en la próxima década. Asimismo, se acordó fomentar el intercambio de recursos humanos, con una meta de movilizar medio millón de personas en cinco años. El objetivo no es solo económico: se busca que la fuerza laboral joven y capacitada de India colabore en sectores clave en Japón, que enfrenta una creciente escasez de mano de obra debido al envejecimiento de su población.

India es una potencia de talento, Japón es una potencia tecnológica. Juntos podemos liderar la revolución tecnológica del siglo”, dijo Modi en su intervención ante la federación empresarial japonesa Keidanren.

  • 500 mil personas intercambiadas entre Japón e India en cinco años
  • $68 mil millones en inversión japonesa prometida en India
  • Foco en tecnologías verdes, electrificación y movilidad futura

Suzuki, el modelo a seguir

Modi destacó el éxito de Suzuki Motor Corp. como ejemplo de colaboración económica entre ambos países. Fundada en 1982 en India, Maruti Suzuki se ha convertido en uno de los fabricantes más grandes de automóviles en el país y es una prueba viva del potencial de estas alianzas industriales.

“Podemos replicar esa misma magia en baterías, robótica, semiconductores, construcción naval y energía nuclear”, enfatizó el primer ministro indio, subrayando su visión de transformar esta cooperación bilateral en una columna vertebral del desarrollo del Sur Global.

Un frente común frente a China

Curiosamente, esta entente estratégica entre India y Japón ocurre en una coyuntura geopolítica compleja. Hace solo unos días, Modi también se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, celebrando una aparente mejora en las relaciones bilaterales tras años de tensión por disputas en la frontera del Himalaya. Aun así, el mensaje en Tokio fue claro: India prefiere una estructura regional multilateral democrática frente a la visión autoritaria de Pekín.

Japón e India también reafirmaron su compromiso con el Indo-Pacífico libre y abierto, una piedra angular de la política exterior nipona que encuentra eco en la postura geopolítica india.

Colaboración en energía verde e innovación

Uno de los pilares orientados al futuro es la cooperación en energía renovable y tecnologías verdes. India busca diversificar sus fuentes de energía y Japón, con su avanzado dominio en energías limpias como la solar y el hidrógeno, se convierte en el socio ideal. Ambas naciones aspiran a posicionarse como líderes tecnológicos globales en sectores como la movilidad eléctrica, los sistemas inteligentes de transporte y la infraestructura logística moderna.

Impacto en el escenario laboral japonés

Este acuerdo también puede tener un profundo impacto en la estructura demográfica y económica de Japón. Con una de las poblaciones más envejecidas del mundo —el 29% de los japoneses tiene más de 65 años, según datos de 2023 del Ministerio del Interior japonés—, el país enfrenta una reducción alarmante en su población activa. Aquí es donde India entra en escena: se estima que para 2030, India tendrá la mayor población en edad laboral del mundo.

La expectativa es que trabajadores indios pueden llenar este vacío en sectores como la ingeniería, software, atención médica y cuidados a la tercera edad. Esto no solo resolvería un problema estructural japonés, sino que también impulsaría las remesas hacia India, fortaleciendo su economía interna.

Repercusiones globales: desde el Indo-Pacífico hasta África

La expansión del alcance geográfico de esta colaboración también es notable. Tanto Modi como Ishiba enfatizaron la necesidad de extender su cooperación hacia África y Europa. En particular, África está siendo vista por ambas partes como un terreno fértil para la inversión y transferencia tecnológica.

“El siglo XXI será definido no solo por quién tiene poder, sino por quién define las reglas del juego. India y Japón tienen una oportunidad histórica de hacerlo”, — analista de relaciones internacionales, Satish Kumar.

Una década dorada por delante

Con una relación político-económica cimentada en la confianza mutua, la compatibilidad ideológica y la complementariedad económica, la alianza Japón-India parece estar entrando en su capítulo más ambicioso hasta la fecha. Además de su carácter bilateral, esta asociación tiene aspiraciones multilaterales que afectarán la manera en que el mundo aborda problemas como el cambio climático, la escasez de talento, las cadenas de suministro y la seguridad regional frente a desafíos autoritarios.

Lo que comenzó como una reunión bilateral ahora se perfila como un eje estructurador de la nueva arquitectura global del siglo XXI.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press