Inundaciones sin precedentes en Punjab: una tragedia humanitaria que refleja el impacto del cambio climático

Pakistán enfrenta una crisis masiva tras lluvias torrenciales y desbordamientos de ríos que han dejado a cientos de miles sin hogar, alimento ni ayuda

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Desastre en cámara lenta: el drama de las inundaciones en Punjab

Pakistán, un país ya golpeado por crisis política y económica, se enfrenta a una tragedia natural de proporciones alarmantes. Las recientes inundaciones en la provincia oriental de Punjab han causado la evacuación de cerca de 300,000 personas, mientras el gobierno lucha por enviar ayuda a los afectados. Las lluvias excepcionales comenzaron el lunes, intensificadas por liberaciones súbitas de agua desde las represas indias sobre los ríos Sutlej, Chenab y Ravi.

Las aguas ascendentes son las primeras en afectar gravemente esta región en cuatro décadas, según relataron autoridades locales. La situación expone no solo la fragilidad de la infraestructura de gestión hídrica del país, sino también los estragos cada vez más visibles atribuibles al cambio climático.

Cifras que estremecen: pérdida de vidas y desplazamiento masivo

Desde fines de junio, las inundaciones relámpago han cobrado la vida de 820 personas en todo Pakistán; tan solo en Punjab, la cifra se eleva a 20 muertes en la última semana, según Irfan Ali Kathia, director general de la Autoridad de Gestión de Desastres de Punjab.

A pesar de que se han instalado alrededor de 1,100 campamentos de ayuda y atención médica en toda la provincia, miles de personas siguen sin asistencia. Carreteras enteras están sumergidas, cultivos destruidos y pueblos completamente aislados por las aguas.

“Estamos en una miseria enorme. Ni el gobierno ni nadie más ha venido a preguntarnos cómo estamos”, dijo a periodistas Mohammad Saleem, un agricultor del distrito de Narowal.

Las historias detrás del desastre

Los relatos de quienes han vivido esta tragedia son desgarradores. El caso de Rana Hanan, profesor universitario, ilustra la desesperación: relató que más de 100 casas en su comunidad han sido destruidas. “Cuando el agua llegó, la gente se salvó por su cuenta”, añadió.

Otros se aferran a los techos de sus hogares esperando rescate, mientras que quienes han logrado llegar a zonas elevadas enfrentan hambre, infecciones en la piel y diarreas. El agua contaminada y la escasez de alimentos agravan aún más la situación sanitaria.

Miseria médica: infecciones, hambre y enfermedades

La organización benéfica privada Sahara Foundation ha establecido un campamento médico en la aldea de Kartarpur, donde las epidemias crecen día tras día. El Dr. Bilal Siddiq, médico sénior de la fundación, advierte:

“Hay infecciones fúngicas y en la piel por todas partes. También estamos viendo un aumento en los casos de diarrea, dolor gástrico y malaria.”

El testimonio de Haji Amjad, de 45 años, quien mostró sus pies infectados tras cuatro días a la intemperie, evidencia el nivel de abandono: “Me pica el cuerpo entero, me duele el estómago, y no hay medicina”, lamenta entre lágrimas.

Ganado enfermo, cultivos perdidos y hambre futura

Las consecuencias no terminan en el desalojo humano. En muchas zonas, el forraje para animales domésticos también ha sido arrasado por las aguas, dejando al ganado debilitado y enfermo sin atención veterinaria. La agricultora Nargis Bibi expresó con tristeza:

“Las inundaciones han destruido todo. Solo nuestras vidas quedan.”

Promesas y realidad: ¿dónde está el Estado?

Ante tal catástrofe, la jefa de gobierno de Punjab, Maryam Nawaz Sharif, declaró que todas las pérdidas serán compensadas y que su prioridad es salvar vidas y proporcionar ayuda rápida. Sin embargo, en el terreno, muchos no han visto ninguna señal del Estado.

Las autoridades de la provincia informaron que están elaborando evaluaciones de los daños a hogares, cultivos y ganado, y urgieron a los residentes a trasladarse a lugares más seguros. A pesar de ello, los rumores de nuevas crecidas han generado un pánico masivo en las zonas bajas del país, particularmente en Sindh, una región que aún no se recupera de las devastadoras inundaciones de 2022 que mataron a más de 1,700 personas.

Contexto internacional y cambio climático

Estas inundaciones en Pakistán coinciden con desastres similares en otros países vecinos. En la región de Cachemira bajo control indio, las autoridades informaron la muerte de casi 100 personas por lluvias incesantes. La interconexión de estas catástrofes refuerza el argumento de que nos enfrentamos a efectos regionales del cambio climático.

En un informe del Banco Mundial sobre vulnerabilidad climática, Pakistán aparece como uno de los 10 países más vulnerables a los efectos del clima extremo. Las inundaciones de 2010, por ejemplo, desplazaron a más de 20 millones de personas y causaron daños económicos por más de 40 mil millones de dólares.

Fallas estructurales: desde la planificación hasta la prevención

Además del cambio climático, la magnitud del desastre refleja debilidades estructurales y una falta crónica de disposición logística en desastres naturales. Cada año, expertos advierten a Pakistán que debe mejorar su infraestructura de drenaje, construcción de represas e inversión en alertas tempranas.

Para colmo, la coordinación entre países vecinos también deja mucho que desear. Aunque India alertó a Pakistán sobre la liberación inminente de agua de sus represas, el tiempo de respuesta fue insuficiente para una evacuación segura y organizada.

¿Qué sigue para los afectados?

A medida que el agua comienza a bajar en algunas regiones, resurge la pregunta más dolorosa: ¿Qué pasará con los cientos de miles de desplazados? Muchos volverán a casas destruidas, campos sin cosechas y, quizás, sin esperanza.

Los expertos ya advierten que los efectos de esta inundación serán prolongados. Sin vivienda, sin alimento, sin ingresos estables y con enfermedades al alza, el riesgo de inestabilidad social aumentará.

La comunidad internacional también debe mostrar solidaridad. El silencio o la indiferencia ante desastres en países en vías de desarrollo como Pakistán solo profundiza la brecha de desigualdad climática.

Una oportunidad en medio del colapso

Esta tragedia podría convertirse en un punto de inflexión. Si sirve para fortalecer los sistemas de prevención de desastres, fomentar la cooperación internacional y aumentar la conciencia sobre la urgencia del cambio climático, entonces al menos no habrá sido en vano.

Pero para que eso ocurra, las promesas deben transformarse en acciones reales. Y para las autoridades paquistaníes, el tiempo se está agotando.

Fuentes:
- Banco Mundial: Vulnerabilidad Climática de Pakistán
- ONU Medio Ambiente: “Assessment of Flood Risk and Climate Impact in South Asia”
- Autoridad de Gestión de Desastres de Punjab

Este artículo fue redactado con información de Associated Press