La nueva era del primer pitcheo: ¿la clave del éxito ofensivo en la MLB?

Bateadores como Kyle Schwarber y Pete Crow-Armstrong están redefiniendo el arte de atacar desde el primer lanzamiento

En el béisbol moderno, una vieja máxima está cobrando nueva vida: atacar el primer pitcheo. Lo que antes era considerado una falta de disciplina en el plato, hoy se ha convertido en una táctica ofensiva agresiva que produce resultados espectaculares.

El resurgimiento del primer swing

La tendencia es clara. Según datos de Sportradar, hasta finales de agosto de 2025, el porcentaje de swings realizados en el primer lanzamiento en las Grandes Ligas se mantiene en 32.1%, igual que el año anterior pero significativamente más alto que en 2022 y 2023, donde se encontraba en un 31%.

Para darle la dimensión histórica al tema, no se veía un porcentaje tan alto desde 1988, cuando se registró un 32.6%. Esta evolución se da a contracorriente de la filosofía "Moneyball" que, desde principios de los 2000, promovía la paciencia en el plato y maximizar el porcentaje de embasado (OBP).

Pero en 2025, el mensaje desde los cuerpos técnicos es claro: "hay que estar listos para batear buenos lanzamientos", según afirma Dansby Swanson, campocorto de los Cubs. Y esto se refleja en los números.

Los reyes del primer pitcheo

Entre los jugadores más destacados que aprovechan esta tendencia destacan:

  • Nick Castellanos (Phillies): 56% de swings en primer lanzamiento
  • Bryce Harper (Phillies): 53.9%
  • Pete Crow-Armstrong (Cubs): 52.7%
  • Ceddanne Rafaela (Red Sox): 50.8%

Estos cuatro son los únicos bateadores calificados (con suficientes apariciones al plato) que superan el 50%. Esta agresividad premia a quienes están más preparados mentalmente desde el primer pitcheo.

Crow-Armstrong lo resume perfectamente: “Los lanzadores tienen muchas formas y velocidades diferentes. Yo sé que quiero atacar temprano, y ellos responden con lo que mejor les funciona”.

¿Y los lanzadores?

Del otro lado del diamante, también hay protagonistas que incitan a este tipo de conducta ofensiva. Bryan Woo (Mariners) y Kevin Gausman (Blue Jays) lideran la MLB en por porcentaje de bateadores que hacen swing al primer pitcheo con 40.1% y 39% respectivamente.

Gausman reconoce que ve este patrón en los datos: “Sé que 0-0 ha subido bastante. Los equipos saben que voy a estar en la zona en los primeros tres pitcheos, y se preparan para eso”.

Además, la adopción del pitch clock (temporizador de lanzamiento), implementado desde 2023, parece acelerar la preparación del bateador, exigiendo más agilidad en la toma de decisiones.

Resultados medibles

Esta tendencia no sólo se refleja en el enfoque sino también en los resultados. El promedio de bateo global en el primer pitcheo es de .338 este 2025, frente a .333 en 2024 y .348 en 2023. Aunque decreciente, se mantiene notablemente por encima de la media general en otros conteos.

Y algunos lo están llevando al extremo. Pete Crow-Armstrong tuvo un OPS (promedio de embasado + slugging) de 1.150 en el primer pitcheo durante la primera mitad de temporada —un número propio de MVP—, incluso si después del All-Star se ha reducido a .778.

El caso de Kyle Schwarber: historia en cuatro swings

La popularidad y efectividad de atacar desde el primer pitcheo no se explica sólo con porcentajes. También se materializa en noches inolvidables como la que vivió Kyle Schwarber el pasado 28 de agosto en Citizens Bank Park.

En el triunfo 19-4 de los Philadelphia Phillies ante Atlanta Braves, Schwarber conectó cuatro cuadrangulares e impulsó nueve carreras. Fue apenas el 21.º jugador en la historia de la MLB en batear cuatro jonrones en un juego, y el cuarto jugador de Philadelphia en hacerlo, uniéndose a leyendas como Mike Schmidt (1976).

Con cada batazo —incluyendo un épico vuelacercas de 3 carreras en el 5to inning— Schwarber desencadenó gritos de “¡MVP! ¡MVP!” desde las gradas entusiastas.

El propio Schwarber, con su clásico tono informal, dijo: “Es divertido. Puedes hacer todo bien y salirte, o puedes hacer todo mal y obtener un hit. Esta vez todo cooperó”.

Contexto histórico: una visión a través del tiempo

Esta nueva oleada ofensiva por atacar el primer pitcheo nos recuerda eras pasadas cuando el bateo agresivo dominaba:

  • 1918: Un partido duró solo 57 minutos. Hoy, ese tiempo apenas alcanza para tres innings.
  • 1953: Los Braves conectaron 12 jonrones en una doble cartelera, ocho de ellos en el primer juego.
  • 1999: Edgardo Alfonzo se fue 6 de 6, con tres jonrones y seis carreras anotadas.
  • 2020: Los tres jardineros titulares de los Cubs (Happ, Schwarber, Heyward) pegaron dos jonrones cada uno en el mismo juego —la primera vez que esto ocurre en la historia de la MLB.

Todo ello construye un legado que hoy vive una nueva expresión con esta generación dispuesta a atacar desde el primer pitcheo.

¿Cambio de paradigma?

Lo que en la era de Billy Beane y los Atléticos de Oakland era impensado —swing temprano sin conocer al lanzador— ahora se percibe como una estrategia lógica ante la creciente calidad del pitcheo. Con un aumento en spin rate, variedad de lanzamientos y velocidad, el primer pitcheo podría ser la única bola que el bateador vea en la zona.

Como lo expresa Gausman: “Antes robabas strikes 0-0. Hoy, si lanzas una recta, alguien te la manda 450 pies.”

Y es que, nos guste o no, la era del primer swing ha regresado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press