PFAS en el equipo de bomberos: el choque entre seguridad y salud que nadie puede ignorar
Una mirada profunda al químico que ha infiltrado la protección de los bomberos y las respuestas —¿tardías?— de gobiernos, fabricantes y científicos
El enemigo invisible en el uniforme
Los bomberos, héroes cotidianos que enfrentan llamas, humo y estructuras colapsadas, han descubierto un nuevo y aterrador enemigo: su propia ropa de trabajo. En la última década, varias investigaciones han señalado que los uniformes que usan los bomberos contienen sustancias químicas altamente tóxicas conocidas como PFAS (perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, por sus siglas en inglés), también denominadas "químicos eternos" por su persistencia en el medio ambiente y el cuerpo humano.
¿Qué son los PFAS y por qué están en la ropa?
Los PFAS son un grupo de más de 12,000 compuestos químicos utilizados desde los años 40 para fabricar productos resistentes al agua, aceite y calor. En los uniformes de los bomberos, estos químicos se usan principalmente en la capa exterior resistente al agua y en barreras de humedad para proteger a los usuarios de líquidos peligrosos.
Sin embargo, múltiples estudios han vinculado los PFAS a enfermedades graves como cáncer de riñón, de testículo, problemas en el hígado, alteraciones hormonales y bajo peso al nacer[1]. Esta doble cara de los PFAS —protección contra el fuego e impacto tóxico— ha causado una intensa preocupación en la comunidad de bomberos.
Una epidemia de salud laboral
Según datos de la Asociación Internacional de Bomberos (IAFF), el cáncer ha superado a las enfermedades cardiovasculares como la principal causa de muerte en servicio. La American Cancer Society también ha revelado que los bomberos tienen un mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer en comparación con la población general.
“Nos exponemos a muchos químicos en los incendios, pero tenerlos también dentro de nuestro equipo, tocando o cerca de nuestra piel... eso nos inquieta profundamente”, dijo el teniente Thomas Votta, veterano del Departamento de Bomberos de East Providence.
East Providence: pioneros en la erradicación del PFAS
En 2025, el Departamento de Bomberos de East Providence, en Rhode Island, se convirtió en el primero en Estados Unidos en dotar de equipos completamente libres de PFAS a sus 125 bomberos. La inversión, de $658,000, fue financiada con fondos de recuperación por la pandemia.
El jefe de bomberos, Michael Carey, declaró: “Ha sido un grand slam. Esto elimina una preocupación constante sobre la exposición a carcinógenos conocidos”.
¿Qué tan seguros son los nuevos equipos?
Aunque los nuevos uniformes parecen ser una solución, algunos expertos piden cautela. Bryan Ormond, profesor de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, advirtió que la transición rápida hacia materiales 'seguros' puede introducir nuevas sustancias aún no estudiadas completamente.
No todos comparten esa preocupación. Graham Peaslee, químico emérito de la Universidad de Notre Dame y experto en análisis de PFAS, afirmó: “Las preocupaciones sobre los nuevos uniformes son tácticas de miedo promovidas por industrias químicas que no quieren perder mercado”.
Cambios legislativos y presión pública
La presión creciente ha dado resultados. Siete estados, incluyendo Massachusetts y Rhode Island, ya prohibieron el uso de PFAS en equipos de bomberos. Otros dos están considerando legislación similar.
La IAFF también ha demandado a la National Fire Protection Association (NFPA), acusándola de establecer estándares que sólo pueden cumplirse usando PFAS. En respuesta, la NFPA anunció el desarrollo de nuevos estándares que prohíben 24 tipos de químicos, aunque podrían retrasar su implementación hasta marzo para dar tiempo a la industria.
Un mercado en evolución (y confusión)
Con los cambios legales y la creciente presión, fabricantes grandes y pequeños están lanzando nuevas líneas de cómputos supuestamente libres de PFAS. Algunas utilizan acabados a base de cera hidrocarbonada o silicona.
Ciudades como Vancouver (Canadá), Manchester (Nuevo Hampshire), Gilroy (California) y Belmont (Massachusetts) están dando el salto a esta nueva tecnología.
Pero la realidad es más compleja. San Francisco canceló un contrato con un proveedor cuando pruebas revelaron presencia de PFAS. “La confianza ha sido el mayor desafío”, explicó Matthew Alba, jefe de batallón que lucha contra un tumor cerebral que atribuye a las exposiciones en incendios.
El rol ambiguo de los fabricantes
El American Chemistry Council, que representa a proveedores de productos con PFAS, sigue defendiendo su uso. Argumenta que los componentes actuales son los "únicos con propiedades de resistencia térmica, al agua y a los químicos" que cumplen con los estándares NFPA.
La falta de transparencia también complica la elección: los fabricantes rara vez revelan los químicos exactos usados en sus telas, desinformando tanto a compradores como a usuarios finales.
“Forever Chemicals”, ¿para siempre?
Estos compuestos han ganado el preocupante apodo de “sustancias químicas eternas” no porque su peligro nunca se disipe, sino porque no se degradan ni en el medio ambiente ni en el cuerpo humano. Hoy se encuentran en el agua potable, los alimentos, la sangre de casi todos los humanos y hasta en la atmósfera.
- En 2022, un estudio de Environmental Working Group encontró PFAS en el agua potable en más de 2,800 pueblos y ciudades en EE.UU.
- La exposición es tan común que los CDC estiman que el 97% de los estadounidenses tiene PFAS en su cuerpo.
¿Y ahora qué?
La pregunta es ineludible: ¿cómo proteger a quienes nos protegen?
A pesar de los avances, muchos departamentos pequeños carecen del presupuesto para cambiar sus uniformes. Precio, disponibilidad y falta de opciones certificadas son barreras clave. El costo de una sola chaqueta y pantalón resistente al fuego puede superar los $5,000 USD —y subir aún más si se pide sin PFAS.
Tom Bowes, presidente del sindicato local de Quincy, Massachusetts, expresó la frustración de muchos: “Lo que estas compañías siguen haciendo es inaceptable. Merecemos mejores respuestas... y equipos que no nos maten lentamente”.