BIAS 2025: acrobacias que desafían la gravedad y conquistan corazones en Rumanía
El famoso Bucharest International Air Show se convierte en un espectáculo de alto vuelo con más de 100 aeronaves, equipos internacionales y acrobacias inolvidables
BUCAREST, RUMANÍA – Cuando se conjugan potencia, precisión y pasión por volar, el resultado es el asombroso espectáculo que ofrece el Bucharest International Air Show (BIAS). La edición 2025 no solo superó las expectativas de los fanáticos y entusiastas de todo el mundo, sino que consolidó su lugar como uno de los eventos aéreos más importantes de Europa.
Una edición de altos vuelos
Con la participación de más de 200 pilotos y 100 aeronaves, la feria aérea celebrada en el aeropuerto Aurel Vlaicu atrajo a miles de espectadores que disfrutaron de dos días de exhibiciones frenéticas, acrobacias sincronizadas y despliegues tecnológicos de última generación.
Entre los momentos más destacados estuvo la notable debut de la Patrouille de France, la escuadra acrobática de precisión de la Fuerza Aérea y Espacial Francesa. Su primera presentación en Rumanía dejó sin aliento a los presentes y recibió ovaciones incesantes por parte del público.
Patrouille de France: arte aéreo en estado puro
La Patrouille de France es considerada una de las mejores patrullas acrobáticas del mundo. Fundada en 1953, combina exactitud militar con una estética casi poética. En BIAS, demostraron su destreza con formaciones de nueve jets Alpha Jet volando a menos de dos metros de distancia entre ellos, dibujando con humo tricolor el cielo de Bucarest.
“Es una experiencia única, y un orgullo traer nuestro arte a nuevos cielos”, declaró el comandante Stéphane Olivier, líder del equipo francés.
El rugido de clásicos y modernos: Douglas DC-6B y Eurofighter Typhoon
El BIAS no es solo una muestra de tecnología moderna, sino también una cápsula del tiempo para los aficionados a la aviación. En esta edición, uno de los mayores atractivos fue el Douglas DC-6B, estrella del equipo Flying Bulls de Red Bull, que surcó los cielos con elegancia retro.[^1]
Al otro extremo del espectro tecnológico, el ultramoderno Eurofighter Typhoon de la Fuerza Aérea Alemana rugió con su distintiva potencia, realizando maniobras cerradas, ascensos casi verticales y cruces a velocidad supersónica.
Orgullo local: Hawks of Romania y Fuerza Aérea Rumana
Los Hawks of Romania, equipo nacional de acrobacias, cerraron el programa del sábado con una combinación de piruetas aéreas y pirotecnia que hizo vibrar tanto a los espectadores rumanos como a los internacionales. La patrulla mostró sus maniobras más icónicas, incluyendo espirales dobles y vuelo invertido en formación.
Además, la Fuerza Aérea Rumana desplegó helicópteros, cazas MIG-21 y una impactante exhibición de paracaidismo sincronizado, demostrando no solo habilidades técnicas, sino también un fuerte compromiso con la organización del evento y el despliegue nacional.
Jurgis Kairys y los Air Bandits: una explosión final
El cierre del sábado fue marcado por un espectáculo pirotécnico coreografiado con las piruetas del equipo Air Bandits, liderado por el legendario piloto lituano Jurgis Kairys. Kairys, famoso por inventar maniobras que van más allá del manual clásico de acrobacias, emocionó con su estilo osado y su dominio perfecto del avión.
“Para mí, volar es como bailar en el cielo”, dijo Kairys, al terminar su presentación mientras el público aplaudía de pie.
Un evento internacional con mucho que ofrecer
Además de los equipos mencionados, formaciones acrobáticas y pilotos de Polonia, Italia, España y EE.UU. participaron del BIAS 2025, reflejando una creciente tendencia de cooperación aeroespacial y cultural. Cada piloto trajo no solo su técnica, sino también la identidad de su país y la pasión de sus compatriotas.
El evento también permitió a los fabricantes de aeronaves, tanto civiles como militares, exhibir sus modelos más modernos y realizar demostraciones controladas ante posibles inversionistas o estados interesados en adquisiciones futuras.
El impacto económico y turístico del BIAS
El Bucharest International Air Show no es solo un espectáculo visual. También representa un importante impulso económico para la capital rumana. Según cifras del Ministerio de Comercio y Turismo de Rumanía, el evento atrajo a más de 80,000 visitantes, entre locales y turistas, y generó un estimado de 6 millones de euros en beneficios económicos directos (hotelería, gastronomía, transporte y comercio local).
“El BIAS se ha convertido en una joya cultural y económica para Bucarest”, afirmó la ministra de turismo Lavinia Stănescu. “Cada año crece en calidad, y ahora atrae cobertura internacional y fanáticos de todo el mundo.”
Educación, inspiración y vocaciones futuras
Uno de los objetivos estratégicos de este evento es acercar a nuevas generaciones al mundo de la aviación. En colaboración con universidades técnicas y escuelas militares, el evento ofreció visitas guiadas a simuladores de vuelo, charlas con pilotos veteranos y reclutadores de distintas fuerzas aéreas europeas.
“Queremos que los jóvenes vean que pueden soñar con volar, que hay carreras, tecnología y un futuro en este mundo”, explicó Mircea Popescu, coronel retirado y responsable del área educativa del evento.
No pocos jóvenes se acercan luego al evento con intenciones de ingresar a escuelas de aviación, guardar un recuerdo inolvidable y, quién sabe, regresar algún día al BIAS no como espectador, sino como protagonista.
Un cielo que une culturas
En tiempos en donde las fronteras y las diferencias parecen dividir al mundo, el cielo de Bucarest se convirtió en símbolo de unidad. Pilotos de diversas naciones volaron codo a codo, pintando con humo y valentía el firmamento, en un espectáculo que trasciende el entretenimiento para convertirse en una declaración de admiración común a la audacia, la tecnología y la belleza de volar.
El BIAS 2025 cerró con la promesa latente de que, para muchos, el año próximo no será una elección: simplemente no se lo pueden perder.
[^1] El DC-6B fue introducido en 1951 y utilizado por varias aerolíneas transcontinentales. Su restauración y operación actual con el equipo Flying Bulls es considerada una hazaña de preservación aeronáutica.