El Grand Slam del Estilo: Cómo el Tenis se Convirtió en la Nueva Pasarela del Lujo
Marcas como Gucci, Dior y Bottega Veneta apuestan fuerte al tenis: ¿cómo esta fusión redefine el deporte y la moda?
Durante décadas, el tenis fue considerado un deporte blanco, pulcro, elitista. Pero en los últimos años, además de su evolución deportiva, ha vivido una transformación estética sin precedentes. Hoy, las canchas no son solo espacios para competir: también son pasarelas para las mayores casas de moda de lujo. De Gucci a Dior, de Miu Miu a Bottega Veneta, las marcas no solo patrocinan eventos, sino que rediseñan uniformes, convierten a jugadores en modelos y transforman los partidos en espectáculos visuales.
El US Open: más que tenis
Cuando Coco Gauff se presentó en el US Open luciendo un tennis dress diseñado en colaboración con Miu Miu, no solo estaba anunciando su intención de ganar: también dijo con su atuendo que el tenis pertenece a la alta costura tanto como al deporte de élite. “La moda ayuda a atraer fanáticos más casuales al deporte”, afirmó la joven estrella.
La llegada de la alta moda al tenis no es nueva, pero vive su apogeo. Las colaboraciones que eran ocasionales y experimentales han dado paso a contratos millonarios, campañas internacionales y una relación orgánica. De hecho, el torneo se solapa con la Semana de la Moda de Nueva York, y algunos diseñadores han optado por presentar sus colecciones en los mismos escenarios deportivos, haciendo alusión a una doble pasarela: la de la moda y la del deporte.
Jannik Sinner y Gucci: cuando la raqueta lleva glamour
El campeón italiano Jannik Sinner ha sido una punta de lanza en esta revolución estética del deporte. Desde 2022, lleva su equipo técnico guardado en un bolso de mano Gucci diseñado especialmente para él. No es solo una cuestión de imagen. El jugador entiende que, como figura pública con millones de seguidores, su imagen comunica tanto fuera como dentro de la cancha.
“El tenis es el escenario perfecto para el lujo: sofisticado, multicultural, y visualmente atractivo” — Meeta Roy, profesora del Fashion Institute of Technology (FIT)
Y razones no le faltan. Cuando Lorenzo Musetti debutó como embajador de Bottega Veneta, posando en Wimbledon con una chaqueta blanca inmaculada diseñada para la ocasión, no solo los medios deportivos reaccionaron. Revistas como Vogue, GQ y Harper’s Bazaar lo comentaron con efusión. “Fue increíble, todos los medios hablaban de ello”, reconoció el jugador italiano.
¿Por qué ahora?
Existen múltiples factores que explican este florecimiento de la relación entre moda y tenis:
- Individualización del deporte: A diferencia del fútbol o el baloncesto, donde el colectivo domina, el tenis es una narrativa personal. Cada jugador es protagonista de su propia historia y puede moldear su imagen sin interferencias.
- Alcance global: Los torneos se celebran en grandes capitales como Melbourne, París, Londres y Nueva York. Con cada gira, las marcas proyectan su mensaje en nuevas latitudes.
- Audiencia millonaria: En 2022, el US Open generó más de 300 millones de visualizaciones en redes sociales, según datos del USTA. Una plataforma sólida para visibilidad global.
- Demografía atractiva: Los fanáticos del tenis suelen tener un ingreso promedio más alto, ideal para los productos de lujo que no buscan clientes masivos, sino exclusivos.
El juego dual del lujo: tradición y accesibilidad
Para las casas de moda, el reto no es solo atraer a multimillonarios, sino también apelar al deseo aspiracional del consumidor promedio. Como explica Meeta Roy, profesora de negocio de la moda en el FIT:
“Las marcas necesitan mantener su base de consumidores millonarios, pero su volumen de ventas crece gracias a quienes aspiran a tener una parte del lujo. El tenis es el lugar donde ambos públicos coexisten”.
Así como un bolso de Gucci puede costar miles de dólares, una gorra con el mismo logo usada por un tenista puede venderse por cientos, siendo más accesible. Esa dualidad convierte a torneos como Wimbledon o el US Open en vitrinas privilegiadas de marketing emocional.
El detalle sexy: porque sí, importa
Stuart Brumfitt, editor de la revista Bagel y exGQ, lo dijo sin rodeos: “Hay mucho sex appeal en el tenis. Vestimenta ceñida, cuerpos trabajados, duelos uno contra uno. A la audiencia le encanta. Y eso también enamora a las marcas.”
Lo visual vende. Las cámaras siguen cada movimiento, cada gesto, cada diseño. Desde el vestido plisado de Maria Sharapova hasta los trajes disruptivos de Serena Williams, el look ha sido parte esencial del storytelling deportivo. Ahora, esa narrativa se refuerza con partners potentes que saben contar historias visuales como pocas industrias.
Más allá de la pista: colaboración entre moda y comunidad
No todo es glamour. Algunas marcas de lujo como Dior han creado programas de apoyo para jóvenes talentos en tenis en distintos países. A través de sus alianzas, también promueven mensajes sobre sostenibilidad y equidad.
Ejemplo claro: la colección sostenible de Stella McCartney para Adidas, usada por varias jugadoras en los torneos del Grand Slam, promueve materiales reciclados y procesos menos contaminantes.
¿Una moda que llegó para quedarse?
Todo indica que sí. La fusión entre tenis y moda no solo es una tendencia pasajera, sino una estrategia con fundamentos sólidos. En el próximo Roland-Garros, se esperan más colaboraciones de alta gama, y rumores indican que Louis Vuitton y Uniqlo preparan un lanzamiento conjunto de una línea cápsula con diseño de Naomi Osaka.
La cancha, como dice Meeta Roy, es un espacio utópico donde coexisten el lujo, el deporte, la juventud y el deseo. Y en un mundo tendiente a diluir fronteras culturales —entre juego y arte, entre funcionalidad y estética— el tenis ahora golpea más fuerte que nunca en la industria de la moda.
Ver para creer
¿Aún escéptico? Sintoniza el próximo torneo y observa. No solo quién gana el trofeo, sino quién impone estilo. Porque tal vez no lo sepas aún, pero el MVP del próximo torneo no será quien tenga el mejor revés, sino quien luzca mejor al ganar el punto.
En el tenis de lujo, todos quieren jugar.