El precio de la deportación: Cómo la mano de obra migrante sostiene la economía de EE.UU.

Mientras se intensifican las políticas migratorias, la ausencia de más de un millón de inmigrantes ya impacta sectores clave como agricultura, construcción y salud

Lidia comienza su jornada antes de que amanezca en el Valle Central de California, la región agrícola más productiva de Estados Unidos. Es temporada de tomates, y ella, como muchos otros, trabaja incansablemente para cosechar los frutos que alimentarán millones de mesas. Pero cada día empieza con incertidumbre y miedo. Más de dos décadas después de cruzar la frontera con México de manera irregular, Lidia teme ser detenida por agentes de inmigración. "El temor es que te paren cuando estás manejando y te pidan papeles", comenta.

Este es el rostro humano de una crisis laboral en marcha, estimulada por políticas migratorias cada vez más restrictivas. Y aunque algunos políticos las justifican con argumentos de seguridad, los expertos advierten que el impacto económico de la expulsión masiva de trabajadores inmigrantes puede ser devastador.

La fuerza vital de una economía: inmigrantes en cifras

De acuerdo con datos del Pew Research Center, los inmigrantes constituyen casi el 20% de la fuerza laboral en EE.UU. En ciertas industrias, su presencia es aún más predominante:

  • 45% en agricultura, pesca y silvicultura.
  • 30% en construcción.
  • 24% en servicios.
  • 43% en atención domiciliaria.

Sin embargo, un análisis reciente de Pew reveló que más de 1.2 millones de inmigrantes desaparecieron de la fuerza laboral entre enero y julio. Esta cifra abarca tanto a residentes legales como a indocumentados y plantea preocupaciones reales sobre quién realizará los trabajos esenciales que hasta ahora han sostenido la economía más grande del mundo.

Un éxodo laboral: ¿por qué están dejando EE.UU.?

La investigadora de Pew, Stephanie Kramer, afirma que aún no se sabe con certeza por qué se ha producido este éxodo. Podrían estar influyendo factores como deportaciones, salidas voluntarias por miedo o incluso subregistro. "Aun si las cifras son preliminares, vemos una tendencia clara de migración neta negativa", señala Kramer.

Y es que las políticas promovidas por el expresidente Donald Trump han endurecido el panorama para los migrantes. Aunque prometió centrarse en deportar "criminales peligrosos", la mayoría de los detenidos por ICE no tienen antecedentes penales. Las redadas han generado parálisis temporales en granjas, obras de construcción y hasta talleres mecánicos.

Fincas paralizadas y cultivos desperdiciados

Elizabeth Rodríguez, vocera de la National Farmworker Ministry, relata cómo la escasez de trabajadores debido al aumento de operativos migratorios provocó la pérdida de cultivos en Texas. "Durante la temporada alta de sandías y melones, se retrasaron las cosechas. Muchas frutas quedaron en el campo", afirmó. En California, Lisa Tate administra ocho ranchos. Si bien prefiere no culpar directamente a las políticas antiinmigrantes, admite que los rumores de redadas de ICE fueron suficientes para reducir drásticamente sus cuadrillas de trabajadores.

No se trata solo de producción. Es también una amenaza a la estabilidad humana. Lidia, ahora madre de tres hijos nacidos en Estados Unidos, teme ser enviada a un país que ya no reconoce como suyo. "Toda mi vida está aquí. No sé si podría llevarme a mis hijos. Tendría que empezar desde cero", dice entre lágrimas.

Construcción paralizada: ciudades que dejan de crecer

La construcción, otro pilar económico altamente dependiente de la mano de obra inmigrante, también ha sufrido. En el área de Riverside-San Bernardino-Ontario, en California, se perdieron 7,200 empleos en el sector. En Los Ángeles-Long Beach-Glendale, otros 6,200 trabajos desaparecieron, según datos de la Associated General Contractors of America.

La analista Elizabeth Rodríguez señala que los sitios de construcción en el sur de Texas están "completamente muertos". "ICE ha centrado su atención en estos lugares. Tenemos una gran parte de trabajadores sin documentos que ahora temen simplemente salir de casa".

La salud también está en juego

No es solo el maíz ni el hormigón; también es el cuidado personal. Según Pew Research, el 43% de los cuidadores de salud en el hogar son inmigrantes. En estados como California, aproximadamente la mitad de los trabajadores de atención a largo plazo asociados al Service Employees International Union son migrantes, según confirmó su presidente, Arnulfo De La Cruz.

La pregunta es alarmante pero real: ¿Quién cuidará a los ancianos cuando ya no haya asistentes domiciliarios disponibles? "Es un sistema que puede colapsar", advierte De La Cruz.

Una paradoja política y económica

Pia Orrenius, economista del Banco de la Reserva Federal de Dallas, señala una enorme paradoja: la misma política que busca proteger el empleo estadounidense está saboteando su creación. "La inmigración representa cerca del 50% del crecimiento laboral en el país. Si se corta ese flujo, se corta el crecimiento", asegura.

A esto hay que sumarle que, bajo las actuales políticas, el número de cruces ilegales ha caído drásticamente, eliminando de golpe la fuente principal de nuevos trabajadores para una sociedad envejecida que necesita de esa energía para funcionar.

El día del trabajo sin trabajadores

E irónicamente, todo esto ocurre mientras el país celebra el Día del Trabajo. Una festividad que conmemora las contribuciones de los trabajadores... sin incluir a los que más contribuyen y menos reconocimiento reciben.

En medio de desfiles, banderas y días libres, como el tradicional desfile West Indian American Day Parade en Nueva York, miles de trabajadores como Lidia siguen su jornada en el anonimato, sudando bajo el sol, con el temor como compañero y la esperanza de no ser olvidados.

¿Podemos permitirnos seguir ignorando a quienes hacen posible nuestra forma de vida?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press