Kim Jong Un y la nueva era de alianzas militares: ¿una amenaza global en crecimiento?
La visita de Kim Jong Un a China y la aceleración armamentista de Corea del Norte marcan una preocupante consolidación de alianzas con Rusia y China contra Occidente
Una fábrica de misiles y una visita estratégica
El pasado fin de semana, Kim Jong Un, líder supremo de Corea del Norte, inspeccionó una nueva planta armamentista que, según la prensa estatal de su país, ha sido diseñada específicamente para acelerar la producción en masa de misiles. Este movimiento se produce justo antes de un acto altamente simbólico: la participación de Kim en un desfile militar en China con motivo del 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y la resistencia china contra Japón.
La fábrica inspeccionada, cuya ubicación no se reveló pero que se sospecha podría estar en la provincia de Jagang, zona fronteriza con China y nudo neurálgico de la industria militar norcoreana, representa más que un avance técnico. Responde a una estrategia geopolítica que pretende fortalecer a Corea del Norte como proveedor de armamento, especialmente en apoyo a Rusia en la guerra de Ucrania.
Rusia, China y Corea del Norte: una nueva tríada geopolítica
La relevancia del desfile militar al que asistirá Kim va más allá de la conmemoración histórica. El evento en Beijing contará con la presencia de líderes como Xi Jinping y Vladimir Putin, y está claramente diseñado como una demostración de unidad contra las políticas de seguridad promovidas por Estados Unidos y sus aliados asiáticos, especialmente Corea del Sur y Japón.
Desde la invasión rusa a Ucrania, la postura internacional de Corea del Norte se ha endurecido, pasando de una estrategia de supervivencia diplomática a un activismo agresivo en favor de naciones que se oponen frontalmente a la influencia estadounidense. Expertos como Go Myong-Hyun, del Instituto Asan de Estudios Políticos, advierten que “Kim quiere posicionar a su país como pilar de un eje antioccidental junto a Putin y Xi”.
Cooperación armamentista: misiles por petróleo
La cooperación entre Corea del Norte y Rusia ya ha superado el aspecto diplomático para convertirse en una alianza de facto militar. Según informes de inteligencia surcoreanos y estadounidenses, Pyongyang ha enviado miles de proyectiles de artillería y sistemas balísticos a Moscú desde finales de 2023. A cambio, Rusia habría provisto a Norcorea de petróleo, tecnologías de misiles y asistencia técnica.
La ONU condenó este intercambio como una violación directa a las sanciones internacionales impuestas por los ensayos nucleares y el desarrollo de misiles balísticos norcoreanos. Pese a ello, ambas naciones han ignorado los señalamientos, intensificando su cooperación.
Corea del Norte sale del aislamiento
Durante años, Corea del Norte se mantuvo relativamente aislada, incluso de sus tradicionales aliados. Sin embargo, desde el estallido de la guerra en Ucrania, ha buscado activamente consolidar relaciones con regímenes enfrentados a Washington. No solo ha adoptado un discurso antiestadounidense en diversos escenarios internacionales, sino que ha tomado posturas sobre temas geopolíticos más allá de la península coreana, como el conflicto en Gaza o el estrecho de Taiwán, fortaleciendo su imagen como parte de un frente unido con China y Rusia.
La invitación de Xi Jinping a Kim Jong Un es una señal de la nueva confianza que China deposita en el líder norcoreano. Es también una estrategia cuidadosamente calculada por Beijing para contrarrestar el creciente protagonismo de Estados Unidos en Asia-Pacífico, donde fortalece sus alianzas trilaterales con Corea del Sur y Japón.
Resucitando viejos fantasmas
Lo que preocupa a muchos analistas es la reminiscencia de una Guerra Fría renovada. China, Rusia y Corea del Norte parecen estar consolidando un modelo de cooperación similar al que mantenían los bloques durante el siglo XX, aunque con herramientas modernas: ciberataques, comercio estratégico y propaganda globalizada.
El desfile militar en Beijing es un símbolo poderoso. Está programado no solo como una ceremonia nostálgica, sino como una declaración de principios y de fuerza regional. Según el historiador Bruce Cumings, “estos desfiles no son solo para mostrar poder, sino para proyectar unidad y cohesión ideológica en momentos de tensión” (History.com).
¿Y Occidente?
Estados Unidos ha reaccionado fortaleciendo su presencia en Asia, con ejercicios militares conjuntos, acuerdos de defensa compartida y más visitas diplomáticas a la región. La reciente cumbre trilateral entre EE.UU., Japón y Corea del Sur, celebrada en Camp David, fue la primera de su tipo y marca una respuesta directa ante el acercamiento entre Pyongyang, Moscú y Beijing.
No obstante, frente a una Corea del Norte cada vez más audaz y una Rusia dispuesta a utilizar cualquier recurso posible en su guerra contra Ucrania, la mesa diplomática parece tambalearse. Las sanciones internacionales pierden fuerza mientras los nuevos equilibrios de poder se establecen fuera de las estructuras tradicionales como la ONU o la OTAN.
Una imagen potente para un mensaje claro
Las imágenes difundidas por la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) muestran a Kim recorriendo sonriente instalaciones modernas con misiles ensamblados en primer plano. Más que una simple visita, la escena representa una campaña de propaganda tanto interna como externa: al pueblo norcoreano, se le reafirma la fuerza del régimen; a sus aliados y enemigos, se les recuerda que Corea del Norte no estará indefensa en un escenario de escalada global.
Expertos como John Delury resaltan que “Kim busca mostrar no solo independencia estratégica, sino capacidad de manufactura en la industria bélica, posicionándolo como un socio valioso para cualquier conflicto futuro”.
¿Hacia dónde nos lleva esta alianza?
- Más armas circulando en conflictos activos: La colaboración con Rusia ya ha demostrado tener consecuencias tangibles sobre el terreno en Ucrania.
- Menos posibilidades de desnuclearización: Kim ya ha declarado que el tema nuclear no está sobre la mesa, clausurando cualquier posible diálogo con Washington bajo esos términos.
- Mayor reparto de poder global: Frente a instituciones internacionales cada vez más cuestionadas, estas potencias están diseñando sus propias redes de cooperación y legitimación, incluyendo cumbres y ejercicios conjuntos.
Una foto revela el momento
La imagen difundida del recorrido de Kim por la fábrica de armas, fácilmente reconocible por la marca de agua “KCNA”, lo muestra en un ambiente que combina lo industrial con lo político. El líder norcoreano no solo está revisando maquinaria; está firmando una nueva era de alianzas estratégicas cuyo alcance aún está por definirse.
El riesgo de una guerra “fría-caliente”
Lo que se está gestando puede parecerse a la Guerra Fría, pero existe una diferencia fundamental: las alianzas actuales ya están operando de forma activa en zonas de conflicto. Corea del Norte participa indirectamente en la guerra europea, mientras China contempla escenarios cada vez más tensos en el Indo-Pacífico.
Si esta tendencia continúa, el mundo podría ver cómo la confrontación entre bloques no se da solamente en ideas y ejercicios militares, sino en batallas reales y con víctimas reales, intensificando el riesgo de un conflicto global.