El drama humanitario en Gaza: Reino Unido responde con ayuda médica y solidaridad académica
Mientras la hambruna se agrava en Gaza, el gobierno británico lanza una ofensiva diplomática y humanitaria para evacuar niños gravemente heridos y estudiantes becados
Un llamado urgente desde Gaza
La situación humanitaria en Gaza ha tocado fondo. Con más de 8.000 personas evacuadas por razones médicas y un sistema de salud colapsado, la comunidad internacional ha comenzado a activar planes de respuesta ante la severa crisis provocada por el conflicto. Reino Unido ha decidido involucrarse más activamente en el auxilio a las víctimas, en particular los niños críticamente heridos y los jóvenes becados que buscan un futuro fuera del caos.
David Lammy: voz de indignación y acción
David Lammy, secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, fue contundente en su reciente intervención en la Cámara de los Comunes. Señaló con claridad que lo sucedido en Gaza no podía ser etiquetado como un desastre natural, sino como una “hambruna provocada por el hombre en pleno siglo XXI”.
“Estoy indignado por la negativa del gobierno de Israel a permitir la entrada de suficiente ayuda humanitaria”, afirmó enfáticamente Lammy. Acto seguido, anunció un fondo adicional de 15 millones de libras esterlinas (USD 20 millones) para asistencia médica destinada a Gaza y otras áreas afectadas.
Una evacuación delicada y estratégica
Los primeros niños heridos llegarán al Reino Unido en las próximas semanas, donde recibirán tratamientos especializados en hospitales británicos. Aunque los detalles logísticos han sido manejados con extrema cautela por motivos de seguridad, se sabe que el Reino Unido colabora con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y organizaciones médicas en Egipto para realizar la evacuación de los pacientes.
Además del tratamiento hospitalario, el Reino Unido financia operaciones de hospitales de campaña en Gaza, colaborando también con organizaciones benéficas y ONGs que trabajan en terreno.
Solidaridad académica: el caso de los becados
Otro aspecto emocionalmente simbólico en esta respuesta humanitaria fue la decisión de facilitar la evacuación de estudiantes palestinos becados. Estos jóvenes han sido aceptados en universidades del Reino Unido bajo el prestigioso programa Chevening, financiado por la Oficina de Asuntos Exteriores del Reino Unido. De los estudiantes palestinos seleccionados, se ha confirmado que nueve han sido evacuados. Sin embargo, decenas se encuentran aún en situación incierta.
Yvette Cooper, secretaria del Interior británica, confirmó que se están acelerando los visados no solo para estos estudiantes, sino también para sus familiares. Los procesos se llevan a cabo con discreción debido a la complejidad y sensibilidad de la situación.
Reino Unido no está solo
Italia también ha desempeñado un papel activo en la evacuación de estudiantes y niños heridos desde Gaza. Se trata de una respuesta coordinada y transnacional en la que los países europeos comienzan a asumir un liderazgo humanitario ante el vacío de soluciones diplomáticas eficaces. A esto se suma la presión social y el trabajo de las comunidades académicas que han alzado la voz por sus futuros estudiantes palestinos.
El contexto detrás de la tragedia
Según un informe reciente de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), la ciudad más grande de la Franja de Gaza está inmersa en una hambruna grave. Este análisis se sustenta en criterios clínicos, nutricionales y de acceso a alimentos. El colapso de la infraestructura médica y la falta de suministros dificultan aún más la supervivencia de los más vulnerables.
Desde el inicio del conflicto más reciente, Gaza ha reportado que el 60% de sus instalaciones sanitarias están fuera de servicio. Además, organizaciones como Médicos Sin Fronteras dejaron constancia de la urgente necesidad de corredores humanitarios estables para permitir la entrada constante de medicamentos esenciales y equipos médicos.
¿Ceasefire o silencio diplomático?
Lammy no dejó pasar la oportunidad para insistir en la única solución sostenible: el alto el fuego inmediato. “Todos sabemos que la única salida es un cese del fuego inmediato”, subrayó, en contraposición con la inercia geopolítica de muchas potencias que siguen enfocadas en el equilibrio de fuerzas antes que en las vidas humanas.
Sin embargo, el reclamo por el fin de la violencia no ha tenido el eco esperado en el plano internacional. Naciones Unidas ha emitido resoluciones de carácter más moral que vinculante, mientras que Estados Unidos continúa apoyando diplomáticamente a Israel, sin presionar un alto el fuego concreto.
El caso paradigmático de los estudiantes Chevening
El programa Chevening, símbolo del soft power británico, ha servido como catalizador de ascenso social y profesional para miles de estudiantes de todo el mundo. El hecho de que jóvenes palestinos vean amenazada su beca debido a una guerra es un reflejo dramático de cómo la educación se ve interceptada por las tragedias del presente.
La Universidad de Durham, una de las receptoras de estos becarios, hizo un llamado público: “La privación del derecho al estudio en un conflicto bélico no puede ser normalizada. Debemos actuar”. La presión académica, gremial y estudiantil fue clave para que el gobierno británico agilizara la entrada de estos jóvenes.
Números que estremecen
- 8.000 evacuados médicos desde Gaza hacia Egipto desde marzo de 2024.
- 15 millones de libras en ayuda médica adicional en agosto de 2025 por parte del Reino Unido.
- 60% de los hospitales de Gaza fuera de operación.
- Más de 2.000 niños palestinos han muerto desde el inicio del último conflicto, según datos de UNICEF.
- 87% de la cocaína colombiana sale por el Pacífico, contrarrestando narrativas utilizadas para justificar algunas operaciones militares en la región.
El papel de la diplomacia humanitaria
El caso británico ejemplifica cómo un país puede actuar desde la diplomacia humanitaria, incluso en escenarios donde no lidera acuerdos de paz ni intervenciones militares. La combinación de ayuda médica, acogida de estudiantes y presión política configura un modelo del que otros países pueden —y deben— aprender.
En momentos donde gran parte del diálogo geopolítico se reduce a sanciones, embargos o ejercicios militares, la acción solidaria y el reconocimiento del otro como sujeto de derechos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, el presente y el futuro.
¿Y ahora qué?
La situación en Gaza continúa siendo grave y volátil. La esperanza se sostiene en medidas concretas como la evacuación médica y la preservación del derecho a la educación. Si bien este tipo de medidas no resuelven la raíz del conflicto, sí ofrecen una válvula de escape a quienes de otro modo quedarían atrapados sin futuro.
Como diría el propio Lammy, “Este no es simplemente un asunto de conflicto bélico; es un reto para la humanidad”. Y lo que está en juego, además de vidas, es nuestra responsabilidad colectiva en tiempos de crisis.