El oro bate récords históricos mientras crece la desconfianza en el dólar: ¿refugio o señal de una nueva era económica?
La cotización del oro se dispara por encima de los $3,570 la onza y deja ver profundas tensiones económicas globales que van más allá del simple precio del metal
El oro, ese viejo amigo en tiempos de incertidumbre
En momentos de crisis, inflación o inestabilidad geopolítica, hay un elemento que históricamente ha servido como refugio seguro para los inversores: el oro. Pero lo que está ocurriendo en este momento va más allá de una simple búsqueda de seguridad. El precio del oro se disparó esta semana hasta alcanzar un nuevo récord de $3,571.50 por onza, superando el anterior máximo intradía de $3,509.90 alcanzado en abril.
“Esto no es solo una subida de precio; es una confesión del mercado de que la fe en el dinero fiduciario está tambaleándose”, comentó Stephen Innes, de SPI Asset Management.
¿Qué está impulsando esta alza histórica?
- Desconfianza en el dólar estadounidense: Las políticas inconsistentes del gobierno de Donald Trump durante su administración, especialmente sus presiones públicas contra la Reserva Federal, minaron la confianza en el dólar como moneda de reserva global.
- Inquietud sobre la deuda estadounidense: El déficit fiscal ha llegado a niveles alarmantes, lo cual provoca preocupación sobre la sostenibilidad financiera del país en el mediano y largo plazo.
- Geopolítica impredecible: El resurgimiento de conflictos y tensiones comerciales contribuye a la percepción de riesgo global.
- Giro estratégico de los inversionistas: Las bajas tasas de interés y el bajo rendimiento de los bonos del Tesoro han incentivado a los grandes fondos a mover sus activos a metales preciosos.
Un vistazo al contexto global: mercados mixtos y tensiones latentes
Mientras el oro sube imparable, el panorama en los mercados de valores internacionales es variado. El índice Nikkei 225 de Japón avanzó un 0,1% cerrando en 42,229.39, al tiempo que el Kospi surcoreano creció un 0,9%. En contraste, los mercados chinos retrocedieron: el Shanghai Composite cayó un 0,8% y el Hang Seng de Hong Kong perdió un 0,6%.
Uno de los focos geopolíticos que mantiene en alerta a los inversores es el encuentro en China de la Organización de Cooperación de Shanghái, donde se convocó a Vladimir Putin y Kim Jong Un. Según Ong Ju Hong, de Mizuho Bank, esta reunión fue “una demostración desafiante de solidaridad” que podría acentuar los roces con Estados Unidos.
¿Volverán las guerras comerciales?
Todo indica que la decisión de la Corte de Apelaciones Federal de EE.UU. de invalidar parcialmente las tarifas impuestas por Trump reabrirá el capítulo de las disputas comerciales globales. La corte afirmó que la administración fue “demasiado lejos” al declarar emergencias nacionales para justificar aumentos drásticos en los aranceles.
Si bien esto representa una victoria legal parcial para los afectados, también mantiene la incertidumbre en el aire, ya que la decisión aún puede ser apelada ante la Corte Suprema. Esto atiza aún más el ambiente de riesgo que nutre la subida del oro.
Una revolución silenciosa: la huida de los bonos del Tesoro
Desde hace años se viene observando un alejamiento progresivo de los bonos del Tesoro estadounidense, y 2025 está marcando un punto de inflexión. El atractivo tradicional de estos activos se está desvaneciendo mientras los resultados fiscales de EE.UU., las dudas sobre el servicio de la deuda y los estímulos económicos sin precedentes siguen debilitando la percepción de estabilidad del sistema financiero estadounidense.
Ipek Ozkardeskaya, analista senior del Swissquote Bank, remarcó: “La transición de activos hacia el oro ha tomado velocidad este año, impulsada por múltiples factores estructurales.”
Oro vs. criptomonedas: ¿aliados o enemigos?
Durante los últimos años, muchos veían a Bitcoin y otras criptomonedas como el “nuevo oro digital”. Sin embargo, mientras el oro alcanza récord tras récord, las criptomonedas continúan atravesando una montaña rusa de valor altamente volátil. La solidez histórica del oro, respaldada por una oferta finita y la aceptación global en intercambios comerciales e institucionales, lo posiciona ahora como más confiable frente a los activos digitales.
Esto no implica la desaparición del interés por el mundo cripto, pero deja claro que, ante el riesgo global, los inversores siguen apostando al metal amarillo como garante de valor.
Un dato curioso: el oro ha duplicado su valor desde 2023
En apenas dos años, el precio del oro prácticamente se ha duplicado, alcanzando cifras no vistas ni en las peores etapas de crisis anteriores como la burbuja inmobiliaria de 2008 o la pandemia de 2020. Esto es aún más sorprendente considerando que, a diferencia del boom de 2011 donde el oro fue impulsado por la crisis financiera, ahora se enfrenta a una compleja combinación de factores económicos, tecnológicos y geopolíticos.
Presión inflacionaria y bancos centrales cautelosos
La inflación ha seguido siendo uno de los principales dolores de cabeza para las economías desarrolladas. Pese a los esfuerzos de los bancos centrales por contenerla —a menudo con subidas de tipos de interés impopulares—, la percepción de una inflación persistente ha hecho que muchos prefieran trasladar su riqueza al oro, cuya historia de preservación de valor actúa como un seguro natural contra la erosión monetaria.
Además, muchos bancos centrales, especialmente en economías emergentes como India, Turquía y China, han aumentado sus reservas de oro como parte de una estrategia para reducir la dependencia del dólar.
Reflexiones finales: ¿Estamos ante un cambio de paradigma?
Más allá del valor per se del oro, lo que este récord deja entrever es un creciente cuestionamiento de las bases sobre las que se ha cimentado el sistema financiero global. Las monedas fiduciarias, dominadas por decisiones políticas impredecibles, podrían estar perdiendo su hegemonía psicológica y práctica.
El oro no solo es un refugio. Es también un termómetro emocional y económico. Y lo que muestra ahora es una creciente fiebre de ansiedad frente a la efectividad de los gobiernos, la estabilidad de las monedas y la capacidad de los sistemas económicos para resistir nuevas crisis.
Si esta tendencia se mantiene, podríamos estar ante una verdadera reconfiguración del panorama financiero global, donde lo seguro vuelve a ser lo tangible.
“En tiempos de duda, lo sólido brilla más”, reza un antiguo dicho bursátil. Y por ahora, el oro brilla como nunca.