Halsey, Ava Max, y la Gala amfAR: Arte, Música y Solidaridad en el Festival de Venecia

La noche en que las estrellas brillaron por una causa: recaudando millones por la investigación del VIH y enfermedades autoinmunes

El Festival Internacional de Cine de Venecia no solo es una vitrina para el séptimo arte, sino también una plataforma para causas nobles. Este año, fue el escenario de una velada íntima y poderosa: la gala benéfica organizada por amfAR (The Foundation for AIDS Research) que, aunque más discreta que su contraparte en Cannes, logró reunir a celebridades, arte, música y millones por una causa urgente.

Una noche donde la solidaridad fue la protagonista

La gala se desarrolló en el emblemático Arsenale de Venecia, donde el anfitrión Colman Domingo, con una llamativa chaqueta verde esmeralda de Valentino, impregnó la velada de emoción e inspiración. En la alfombra roja, Halsey capturó la atención no solo por su estilo, sino también por su sincero testimonio personal sobre cómo amfAR le ha tocado de cerca.

“Hace un par de años, me diagnosticaron con dos enfermedades autoinmunes severas. amfAR también contribuye a la investigación sobre enfermedades autoinmunes y cáncer, así que su labor le brinda a personas sin acceso tratamientos que necesitan para vivir la vida que merecen”, confesó la cantante.

Arte con propósito: subasta que recaudó millones

Durante la cena veneciana —en la que se sirvió pescado ombrina, una delicia local— se llevaron a cabo subastas de arte contemporáneo, joyería y viajes de lujo. La velada alcanzó un éxito rotundo: se recaudaron cerca de 3.4 millones de dólares.

Entre los momentos más destacados, estuvo la intervención del cineasta Julian Schnabel, quien donó uno de sus famosos retratos sobre platos rotos. En el escenario, Jude Law presentó la obra, y Schnabel decidió donar no uno, sino dos retratos, los cuales fueron vendidos por 500,000 euros cada uno. Uno de los compradores fue Halsey, consolidando su compromiso con la causa.

La música como alma del evento

La música fue otro de los hilos conductores de la noche. Paris Jackson ofreció un emotivo set acústico que acompañó la cena. Posteriormente, Ava Max se apoderó del escenario con una presentación electrizante que hizo bailar a los presentes antes de dirigirse a las tradicionales lanchas acuáticas rumbo a la after-party.

Mucho más que glamour: amfAR y su impacto auténtico

Fundada en 1985, amfAR ha sido un pilar en la investigación y prevención del VIH/SIDA, así como en la educación para su tratamiento. La fundación ha invertido más de 950 millones de dólares en programas de investigación y ha financiado más de 3,800 estudios en más de 120 países.

El reconocimiento de la noche fue para Julian Schnabel, quien recibió el Award of Inspiration por su constante apoyo a la labor de amfAR a lo largo de los años.

Celebridades que marcan la diferencia

Entre los asistentes estuvieron también Jude Law —en Venecia para promover su película “The Wizard of the Kremlin”, en la que interpreta nada menos que a Vladimir Putin— y estrellas del mundo del arte, la moda y el entretenimiento. Esta mezcla de talentos pone en evidencia cómo el sector cultural puede y debe ser catalizador del cambio social.

Un modelo para otros festivales

Mientras otros festivales como Cannes y Toronto apuestan por la grandilocuencia, Venecia demostró que la intimidad puede ser aún más poderosa. El evento de amfAR en la Serenísima fusionó belleza, arte, impacto y compromiso social, recordándonos que las estrellas también bajan del cielo para iluminar al mundo en causas necesarias.

El arte como herramienta de activismo

La intervención artística en la gala fue clara: el arte visual puede ser un instrumento con alcance global para apoyar ciencias médicas. Schnabel, conocido por su estilo expresionista e innovador, tradujo su obra en una donación directa a la salud pública mundial.

El modelo de esta gala ha dejado la vara alta: no se trata solo de caridad, sino de activar redes de influencia que movilicen recursos concretos para causas que salvan vidas.

Testimonios que transforman

El testimonio de Halsey, una figura con una sólida base de seguidores juveniles, tiene un doble valor. No solo emociona, sino que también educa: invita a su comunidad a informarse, a desterrar prejuicios sobre el VIH/SIDA y a involucrarse. Según ONU SIDA, en 2022 seguían existiendo aproximadamente 38.4 millones de personas con VIH en el mundo, de las cuales 1.5 millones eran nuevos diagnósticos. La necesidad de investigación y tratamiento, aún hoy, es vital.

El poder de la generación Z y los millenials

Eventos como este muestran cómo las celebridades pueden utilizar su influencia para llegar a generaciones conectadas a través de las redes sociales. Halsey, Ava Max y Paris Jackson, con un fuerte alcance en plataformas como Instagram y TikTok, inspiran participación social donde los métodos tradicionales ya no son tan eficaces.

En tiempos de infoxicación y distracciones digitales, ver a figuras con plataformas multimillonarias hablar abiertamente de salud mental, afecciones autoinmunes y VIH representa un cambio cultural significativo.

Una invitación global a no desmovilizarse

En un mundo que enfrenta crisis múltiples –ambientales, sanitarias, políticas–, iniciativas como la de amfAR nos recuerdan que la cooperación pública-privada, el arte comprometido y la solidaridad desde el estrellato pueden salvar vidas. Porque luchar contra el VIH/SIDA y otras enfermedades no es solo tarea de los científicos: es tarea de todos.

Desde Venecia, los ecos de esta gala resuenan como un llamado a accionar, a donar, a concientizar. Entre brindis, retratos sobre platos rotos y música pop, lo que se cocinó fue mucho más que una cena glamurosa: fue una declaración de guerra a la indiferencia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press