Max Brosmer: El Cerebro Silencioso que se Gana un Lugar en la NFL
De ser ignorado en el draft a competir en el roster activo de los Vikings, la historia del mariscal que utiliza el ajedrez para vencer en el fútbol americano
Max Brosmer no llegó a la NFL por el camino usual. No fue una estrella en una prestigiosa universidad de la SEC o Big Ten por varios años. No fue la cara de una franquicia universitaria ni siquiera fue elegido en una de las 257 selecciones del Draft de la NFL. Sin embargo, ahí está, en el roster activo de los Minnesota Vikings, dejando su huella como uno de los mariscales de campo más intrigantes y subestimados de 2025.
Un viaje improbable desde Georgia hasta el Norte
Brosmer creció en Georgia, un estado que ha producido talento élite constantemente, pero su físico y habilidades en ese entonces no impresionaron a los cazatalentos. Terminó jugando para New Hampshire en la FCS (Football Championship Subdivision), la segunda división del fútbol americano universitario. Sin embargo, su rendimiento llamó la atención: liderazgo, precisión, inteligencia táctica y una capacidad innata para leer defensas.
Su gran oportunidad llegó cuando se transfirió a los Minnesota Golden Gophers, una jugada arriesgada que buscaba visibilidad en una conferencia de mayor renombre como la Big Ten. Ahí, sobresalió inmediatamente: estableció un récord escolar con 268 pases completos y una impresionante tasa de acierto del 66,5 %, convirtiéndose en el eje central de un ataque tradicionalmente terrestre.
Del anonimato al reconocimiento de los Vikings
En el Pro Day de la Universidad de Minnesota, cuando la mayoría de los ojos estaban sobre otros prospectos, el entrenador en jefe de los Vikings, Kevin O’Connell, se fijó en Brosmer. Su habilidad de anticipar jugadas, leer defensas y manejar el ritmo del juego se notaban incluso en una sesión de lanzamientos adicional.
“Creo que Max es uno de los jóvenes más trabajadores con los que he trabajado”, comentó O’Connell. Y no era para menos: sin importar que lanzara con terceros o cuartos equipos en la pretemporada, su nivel de ejecución se mantenía estable y confiable.
Ajedrez, estudio de video y un enorme coeficiente estratégico
Uno de los elementos menos comunes pero más reveladores en el perfil de Brosmer es su pasión por el ajedrez. Esa práctica, según él, lo ha ayudado a mejorar su procesamiento mental en el campo: “Cuando no eres tan dotado físicamente, tienes que vencer mentalmente, y ese es mi superpoder”, afirmó en una entrevista reciente.
Su constante estudio del video, la obsesión por entender el playbook y su autodisciplina han suplantado cualquier déficit en fuerza o estatura. En palabras de Brosmer: “No importa de dónde vengas. Todo sucede por una razón. Este es mi camino.”
Rumbo a consolidarse en el armado de los Vikings
Para la temporada 2025-26, Brosmer entra como el tercer mariscal de campo, detrás de J.J. McCarthy, estrella seleccionada décimo en el Draft pero relegado toda su primera temporada por una lesión de rodilla, y Carson Wentz, veterano y ex segundo pick general en 2016. La jerarquía es clara, pero en la NFL, todo puede cambiar con una jugada, con una lesión o con una racha de derrotas.
Lo significativo es que Brosmer ya mostró que puede aportar desde el primer día. Era demasiado arriesgado para los Vikings intentar esconderlo en el practice squad. Cualquier equipo con necesidad de profundidad de QB podía haberlo reclamado.
Manteniendo raíces en la Universidad de Minnesota
A pesar de su prometedor futuro profesional, Brosmer no olvida de dónde viene. Asistió al primer juego de los Golden Gophers esta temporada, luciendo la camiseta número 5 de su sucesor y amigo, Drake Lindsey. Incluso cenó con él para demostrarle su apoyo y conocimientos, un gesto que el entrenador universitario P.J. Fleck recompensó entregándole simbólicamente el balón del partido.
Fleck resumió el impacto de Brosmer con claridad: “Ese chico deja su legado dondequiera que pasa.”
¿El próximo underdog en vencer las probabilidades?
Brosmer se une a una lista creciente de quarterbacks poco habituales que han sorprendido al mundo de la NFL. Historias como las de Brock Purdy, último seleccionado del Draft 2022 y ahora titular indiscutido con los 49ers, o la leyenda de Kurt Warner, que pasó de trabajar en un supermercado a ganar un MVP, inspiran a Brosmer.
Pero su enfoque no es la fama, ni siquiera ganarse el puesto de titular de inmediato. Es competir cada día, mejorar constantemente y mostrar que el trabajo, la inteligencia y la humildad aún tienen cabida en un deporte plagado de estrellas mediáticas.
La lección Brosmer
En tiempos donde los quarterbacks se analizan por su tamaño, velocidad o potencia de brazo, Brosmer recuerda algo clave: la mente también gana partidos. En una era donde el fútbol americano parece convertirse cada vez más en una ciencia exacta, Brosmer representa la esencia cerebral del deporte.
Como dijo alguna vez Bill Walsh, legendario entrenador de los 49ers: “Un mariscal no necesita lanzar como una bala si puede lanzar inteligentemente.” Brosmer está demostrando justo eso.
Mientras sigue siendo el QB3 en el roster, ya ha ganado un lugar importante en la narrativa de la temporada: la del chico que pensó antes que lanzar.