El debate que sacude a Minnesota: ¿Es hora de una reforma real sobre el control de armas?
Tras un tiroteo en una iglesia católica que cobró la vida de dos niños, el gobernador Walz propone una sesión especial para debatir leyes más estrictas sobre armas. ¿Podrá superar la división política y lograr un cambio sustancial?
El sonido desgarrador de disparos interrumpió la paz de una misa escolar y dejó a una comunidad entera de luto y conmoción. El tiroteo en la Iglesia de la Anunciación en Minneapolis, Minnesota, reavivó uno de los debates más polarizantes en Estados Unidos: el control de armas.
El hecho que lo cambió todo
El 4 de septiembre, el día que marcaba el regreso de miles de estudiantes a clases en Minnesota, el dolor se coló por las vitrinas de una iglesia. Robin Westman, un joven de 23 años con un historial oscuro de odio y admiración por asesinos en masa, disparó más de 116 veces a través de los vitrales de la iglesia mientras se celebraba una misa escolar. El saldo: dos niños muertos, 21 heridos (18 menores y tres adultos) y una comunidad quebrada.
Lo que hizo este caso aún más inquietante fue la conexión del tirador con el lugar del crimen. Westman había sido estudiante de dicha escuela y su madre trabajó para la parroquia. Este lazo personal revistió al ataque de un aire aún más trágico.
¿Un punto de inflexión para Minnesota?
En respuesta al ataque, el gobernador demócrata Tim Walz anunció que planea convocar a una sesión legislativa especial con el objetivo de presentar una “propuesta integral” de leyes para el control de armas. Entre sus posibles medidas están:
- Prohibición de armas de asalto
- Requisitos de almacenamiento seguro de armas
- Mejora a la ley de “bandera roja” de 2023
- Obligación de seguros de responsabilidad civil para los propietarios de armas
- Mayor financiación para salud mental
La política como piedra en el zapato
Sin embargo, la batalla legislativa no será sencilla. La Cámara de Representantes del estado se encuentra dividida 67-67, y los republicanos tienen la presidencia. En el Senado, los demócratas cuentan con una exigua mayoría de un voto.
Walz fue claro: “Voy a necesitar que algunos republicanos rompan con la ortodoxia y reconozcan que debemos hacer algo con respecto a las armas.”
Por su parte, la presidenta republicana de la Cámara, Lisa Demuth, criticó el enfoque del gobernador, acusándolo de proceder de manera “abiertamente política”. No obstante, insinuó estar abierta a discutir el fortalecimiento de la seguridad escolar, incluso en instituciones privadas, y expandir la atención en salud mental, en lugar de promover medidas que, según ella, “no han detenido la violencia armada en otros estados.”
Ciudades sin poder para legislar
Los alcaldes de Minneapolis, St. Paul y Bloomington también se han unido al clamor, exigiendo la derogación de una ley estatal de 1985 que impide a las municipalidades regular las armas por cuenta propia. Alegan que, ante la inacción estatal, deberían tener la facultad de implementar restricciones como la prohibición de armas semiautomáticas y cargadores de alta capacidad.
Una historia que se repite: violencia y armas
Lamentablemente, el tiroteo en la Iglesia de la Anunciación no es un hecho aislado. En ese mismo año, Estados Unidos ya había registrado más de 500 tiroteos masivos según Gun Violence Archive. La violencia con armas cobra la vida de más de 40,000 personas anualmente, entre homicidios, suicidios y accidentes.
El caso de Julian Guzmán, un niño de 11 años asesinado en Houston por una broma de "ding dong ditch", fue otro recordatorio del clima hostil y permisivo respecto a las armas que predomina en muchos estados.
¿Qué dicen los expertos y la historia?
El debate sobre el control de armas no es nuevo. Después de la masacre de Sandy Hook en 2012 donde murieron 20 niños, hubo una oleada de promesas de cambios legislativos sustanciales que, finalmente, se diluyeron en Washington. En 2022, tras la matanza en Uvalde, Texas (19 niños asesinados), el Congreso aprobó modestos paquetes de seguridad, incluyendo la mejora de las leyes de verificación de antecedentes y fondos para programas de salud mental, pero dejó intacta la legalidad de las armas de asalto.
Para muchos expertos, acciones como las propuestas por Walz son pasos en la dirección correcta, aunque no suficientes por sí solos. “La legislación local importa. Los estados con leyes más estrictas suelen tener tasas más bajas de violencia con armas”, afirma Daniel Webster, epidemiólogo del Centro de Políticas sobre Armas de Johns Hopkins.
¿La Segunda Enmienda como escudo?
Parte del obstáculo legal y político radica en la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege el derecho a portar armas. Este ha sido el argumento favorito de grupos como la Asociación Nacional del Rifle (NRA), defensores acérrimos de la posesión irrestricta de armas.
Sin embargo, la Corte Suprema ha dejado claro en varias decisiones que ese derecho, como todos los derechos constitucionales, puede estar sujeto a regulaciones razonables en aras de la seguridad pública.
Un momento clave para la voluntad política
“Si Minnesota deja pasar este momento, y permitimos que nuestros niños no estén seguros ni en la escuela ni en la iglesia, entonces qué vergüenza para nosotros”, dijo con fuerza el gobernador Walz. Su declaración va más allá de una promesa política: es un llamado urgente a enfrentar una realidad que nos persigue desde hace décadas.
La gran pregunta es si esta vez, tras esta tragedia marcada por la infancia rota, los legisladores de Minnesota —y quizá otros estados— estarán finalmente dispuestos a cruzar líneas partidistas para decir: basta.
“El único país en el mundo donde enviar a tus hijos a la escuela también puede ser una sentencia de muerte, no puede seguir llamándose líder del mundo libre”, escribió una madre en redes sociales, tras encender una vela por los niños asesinados. Y es que entre llantos, velas y llamadas políticas, el verdadero reto persiste: legislar para vivir, no solo para recordar.