Aaron Rodgers y su renacer en Pittsburgh: ¿una última batalla épica o el ocaso de una leyenda?
El cuatro veces MVP inicia su temporada 21 como titular con los Steelers, dejando atrás el caos en los Jets y abrazando una nueva oportunidad entre esperanzas, incógnitas y talento fresco.
Por fin ha llegado el momento: Aaron Rodgers inicia una nueva etapa en su legado como mariscal de campo, esta vez con los Pittsburgh Steelers. Mucho se ha hablado sobre su fallido paso por los New York Jets, pero mientras el mundo del fútbol especula sobre posibles revanchas o dramas personales, Rodgers parece haber cambiado de página. ¿Realmente lo ha hecho?
Una transición inesperada: de Green Bay a Nueva York, y ahora a Pittsburgh
La carrera de Aaron Rodgers ha sido una montaña rusa cargada de éxitos, polémicas y decisiones que han marcado el rumbo de varias franquicias. Con 20 temporadas en la NFL, entre ellas una prolífica etapa en Green Bay Packers (donde lanzó para más de 59,000 yardas y 475 touchdown), Rodgers es uno de los mariscales de campo más respetados (y polarizantes) en la historia del fútbol americano.
Su llegada a los Jets en 2023 generó un gran entusiasmo, pero rápidamente resultó ser una decepción. Una rotura del tendón de Aquiles en la primera serie ofensiva de la temporada lo dejó fuera casi todo el año. Aquella temporada terminó con un amargo 5-12 para los neoyorquinos y Rodgers sin haber podido dejar verdaderamente su huella.
Al término de ese caótico año, los Jets decidieron cortar lazos. Con una nueva dirección encabezada por Darren Mougey como gerente general y Aaron Glenn como coach, decidieron dar un giro radical. Rodgers, por primera vez en su carrera, fue despedido.
¿Venganza o reinvención? Rodgers prefiere callar
Muchos esperaban que su primer enfrentamiento con los Jets fuera una oportunidad de vendetta. No olvidemos que hablamos de un competidor feroz, conocido por usar cualquier excusa para motivarse. Sin embargo, en declaraciones a la prensa, Rodgers ha hecho todo lo posible por restarle importancia al duelo.
“Estoy emocionado por jugar, eso es todo”, dijo Rodgers. “Sólo quiero comenzar la temporada con buen pie”.
No obstante, sus compañeros parecen dejar entrever que hay algo más detrás de esa fachada. DK Metcalf, uno de los nuevos receptores de los Steelers, dijo que Rodgers tiene “un mal sabor de boca” respecto a sus años recientes y que desea ganar todo lo posible.
Una ofensiva renovada para una mente maestra veterana
Más allá del morbo del reencuentro con sus ex, este nuevo capítulo representa también un experimento fascinante desde el punto de vista táctico. Pittsburgh no sólo firmó a Rodgers por un año, sino que rearmó su ofensiva para aumentar su arsenal.
- DK Metcalf, explosivo receptor con físico imponente, llegó vía traspaso desde Seattle.
- Jonnu Smith, ala cerrada de gran versatilidad, se une al ya talentoso grupo en su posición.
- Kaleb Johnson, corredor novato de Iowa, parece tener un lugar asegurado como RB2.
Pero lo que más sorprende quizás es el elogio que Rodgers ha dado al cuerpo de alas cerradas: Pat Freiermuth, Connor Heyward, el atlético Darnell Washington (de 2.01m de altura) y Smith.
“Es el mejor grupo de tight ends que he tenido en toda mi carrera. Cada uno aporta algo diferente”, aseguró el veterano mariscal.
El caso de Washington es especial. Algunos expertos sugerían que el jugador debía convertirse en tackle ofensivo por su tamaño, pero Rodgers disiente. “Es increíble ver a alguien tan grande y tan ágil atrapando el balón. Éste es su lugar, sin duda”.
La estabilidad de Mike Tomlin y lo que representa Pittsburgh
Uno de los elementos clave que podrían explicar el entusiasmo con el que Rodgers habla de esta nueva etapa es la figura de Mike Tomlin. El legendario coach de Pittsburgh ha sido alabado por su liderazgo y su capacidad de generar culturas ganadoras, aun sin una superestrella ofensiva en la última década.
“Aquí hay mucha gente genial, desde los entrenadores hasta el personal de apoyo”, comentó Rodgers. “La energía en este equipo es diferente.”
Y es verdad: Pittsburgh, pese a no haber ganado un Super Bowl desde 2009, ha conservado un estándar competitivo año tras año. Tomlin jamás ha tenido una temporada perdedora en sus 17 años al frente.
¿Qué puede esperar Pittsburgh de Rodgers en 2024?
Decir que Rodgers tiene algo por demostrar sería quedarse corto. A sus 41 años, busca demostrar que puede seguir compitiendo al más alto nivel y que su mente estratégica sigue siendo uno de los activos más letales de la liga. Eso a pesar de no haber jugado un solo snap real desde el partido final de 2024, cuando lanzó cuatro touchdowns frente a Miami.
El primer partido de 2025 llega en el emblemático MetLife Stadium —conocido para Rodgers, pero ahora como enemigo. Será un regreso muy simbólico, aunque él insista en minimizarlo.
“Llevo 20 años jugando”, sentenció. “Sé cómo ejecutar bajo presión.”
Las dudas: ¿podrá mantenerse sano?
Una de las mayores interrogantes será la durabilidad del cuerpo de Rodgers. Su lesión de Aquiles generó incertidumbre sobre su habilidad de moverse en la bolsa de protección. Afortunadamente para él, Pittsburgh ha mejorado su línea ofensiva, con nombres como Zach Frazier listos para protegerlo.
No se puede obviar el hecho de que está a meses de cumplir 42 años. Pocos mariscales (salvo Tom Brady) han mantenido un alto estándar a esa edad.
La narrativa final: legado, redención o retirada
Este episodio con los Steelers podría ser el último capítulo en la grandiosa historia de Rodgers. Con una posible entrada al Salón de la Fama asegurada (una elección de primera vuelta en Canton casi garantizada), lo único que le falta es un cierre a la altura de su carrera.
¿Podrá Pittsburgh llevarlo a playoffs y competir? ¿Tiene Rodgers una última temporada mágica bajo la manga? Todo apunta a que ese es su objetivo, no una revancha ni un ajuste de cuentas con el pasado.
Como él mismo lo dijo: “Se trata de mentalidad. Cada semana es una oportunidad.”
Una historia digna de seguimiento
Los aficionados neutrales, los críticos e incluso algunos detractores, miran con gran atención lo que sucederá con Rodgers en este curso. Hay algo profundamente atractivo en ver a una leyenda encarar lo desconocido —con un pie en la historia y otro en el incierto presente.
Y mientras muchos lo dan por acabado, él parece disfrutar de ese escepticismo.
Semana 1 está aquí. Y el reloj de Aaron Rodgers comienza a correr… otra vez.