ConocoPhillips y sus recortes masivos: ¿nuevo rumbo hacia la eficiencia o crisis encubierta?

La compañía energética planea despedir hasta el 25% de su fuerza laboral global en su intento por optimizar costos. ¿Qué significa esto para la industria petrolera y el empleo global?

En un movimiento que ha sacudido al sector energético global, ConocoPhillips, uno de los gigantes petroleros más importantes del mundo, ha confirmado que reducirá hasta un 25% de su plantilla global, lo que representa entre 2,600 y 3,250 trabajadores despedidos de los aproximadamente 13,000 empleados y contratistas que componen su fuerza laboral actual. La noticia fue confirmada oficialmente por la empresa el pasado miércoles.

¿Por qué ahora? Un contexto de presión financiera

Este anuncio llega en un momento en el cual la industria energética se ve presionada por una serie de factores interrelacionados: volatilidad en los precios del crudo, tensiones geopolíticas, regulaciones ambientales más estrictas y una creciente competencia por parte de las energías renovables. A pesar de haber reportado ganancias por $1.97 mil millones en el segundo trimestre de 2024, ConocoPhillips ha visto una caída en su valor bursátil de casi el 11% en comparación con el mismo periodo del año anterior, y su acción ronda los $95 dólares.

Según Reuters, fue el CEO de la compañía, Ryan Lance, quien notificó a los empleados mediante un mensaje de video sobre la decisión. En dicho mensaje —según fuentes internas citadas por la agencia—, Lance enfatizó que la compañía “necesita menos funciones” a medida que enfrenta una escalada de costos.

Una tendencia más amplia en la industria energética

El caso de ConocoPhillips no es aislado. La industria energética global lleva ya varios años ajustando su estructura operativa. Por ejemplo:

  • En 2021, Royal Dutch Shell anunció el recorte de 9,000 empleos como parte de su transición hacia una empresa con cero emisiones netas.
  • En 2020, BP reveló un despido del 15% de su planta mundial (aproximadamente 10,000 empleados).

Estas medidas no sólo responden a crisis coyunturales, como la pandemia o conflictos geopolíticos —por ejemplo la invasión rusa en Ucrania—, sino también al llamado inevitable de la industria a adaptarse a un nuevo paradigma energético menos dependiente de los combustibles fósiles.

¿Eficiencia o advertencia encubierta?

Desde la perspectiva corporativa, estos recortes son justificados como una búsqueda de eficiencia organizacional. Según el portavoz de ConocoPhillips, los ajustes permitirán a la empresa “ser más eficiente con los recursos que tiene”. Además, en su último reporte financiero de agosto, la compañía destacó que había identificado más de $1,000 millones de dólares en recortes de costos y optimización de márgenes.

No obstante, para analistas del mercado laboral, este proceso plantea interrogantes importantes:

  • ¿Qué tanto redundan estos despidos en mejoras operativas?
  • ¿Existe un riesgo de desinversión en I+D al reducir personal?
  • ¿Pueden estos recortes afectar la seguridad en las plantas y operaciones remotas?

La historia reciente enseña que cuando los recortes cruzan ciertos umbrales, comienzan a tener efectos negativos en la productividad, la moral interna y la percepción del mercado.

¿Y los trabajadores? Un costado humano de la reestructuración

Desde la óptica laboral, este ajuste de personal puede tener impactos profundos, no solo para los empleados directamente afectados sino también para las ciudades donde ConocoPhillips opera. Por ejemplo, en Houston —donde se encuentra la sede principal—, la empresa es una fuente importante de empleos de alta cualificación. Un despido masivo podría incidir en el consumo local, los niveles de desempleo y la demanda de servicios sociales.

Además, de los más de 2,600 empleados que podrían perder su empleo, muchos trabajan en áreas de innovación, ingeniería, y gestión de proyectos relacionados con energía fósil y de transición. Estos perfiles pueden no tener una rápida reabsorción en el mercado si no se acelera la formación en energías renovables.

Transición energética: ¿amenaza u oportunidad para el petróleo?

ConocoPhillips, como muchas otras petroleras, enfrenta el dilema de incrementar la rentabilidad a corto plazo ante accionistas presionados por la volatilidad del mercado, mientras planea a medio-largo plazo su transformación hacia un modelo energético más sostenible.

Según el Informe Mundial de Energía 2023 de la Agencia Internacional de Energía (IEA), el consumo global de petróleo alcanzará su punto máximo en 2030. Esto implica que empresas como ConocoPhillips deben invertir desde ya en proyectos de descarbonización, captura de carbono, hidrógeno y energías renovables si quieren mantener su relevancia pasado ese umbral.

Paradójicamente, al eliminar miles de puestos de trabajo, algunas compañías podrían estar debilitando las capacidades internas necesarias para liderar esta transformación sostenible.

Un futuro incierto, pero con alternativas

ConocoPhillips no ha detallado específicamente qué áreas se verán más afectadas por los recortes, aunque se estima que los ajustes se distribuyan entre empleados administrativos, técnicos y contratistas. La empresa también ha dado señales de querer monetizar activos: en agosto anunció la venta de sus activos en la cuenca de Anadarko por $1.3 mil millones.

Mientras tanto, los sindicatos, organismos ambientales y comunidades afectadas están comenzando a presionar por mayor transparencia en los procesos de reestructuración, incluyendo nuevas oportunidades de reubicación, mecanismos de compensación justos y alternativas de formación para la transición laboral.

¿Qué puede aprender el resto del sector energético?

La movida de ConocoPhillips puede marcar el inicio de una nueva ola de restructuraciones en la industria petrolera global. Las lecciones más visibles:

  • La eficiencia no siempre implica recortes extendidos que afecten la cultura corporativa.
  • Planificar estratégicamente para la transición energética requiere talento, no despidos masivos.
  • La comunicación interna y la responsabilidad pública importan más que nunca.

En definitiva, el anuncio de ConocoPhillips abre no solo interrogantes sobre su futuro inmediato, sino también sobre el destino de una industria que se tambalea entre su legado fósil y un horizonte cada vez más verde.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press