Rubio, Trump y la tormenta diplomática con México y América Latina
Operaciones militares en el Caribe, presión sobre los cárteles y un delicado balance entre cooperación regional y soberanía
Un nuevo capítulo en la política exterior de EE.UU. bajo Trump
La relación entre Estados Unidos y América Latina ha entrado nuevamente en terreno turbulento. Con el presidente Donald Trump intensificando la presencia militar de su país en el Caribe y ejecutando un ataque letal contra una presunta embarcación del cartel venezolano Tren de Aragua, los ecos geopolíticos no tardaron en sentirse a lo largo del continente.
En ese contexto, Marco Rubio, Secretario de Estado de EE.UU., se ha convertido en la cara visible de esta nueva ofensiva —no solo militar, sino también diplomática— al emprender una gira regional que lo llevó a México y Ecuador, con una agenda cargada: migración, seguridad y comercio.
El ataque en el Caribe: ¿acto de defensa, o provocación?
El gobierno estadounidense afirmó haber llevado a cabo un ataque contra una embarcación del Tren de Aragua que transportaba narcóticos, causando la muerte de 11 presuntos miembros del cartel. Donald Trump fue directo: “Let this serve as notice to anybody even thinking about bringing drugs into the United States of America. BEWARE!”.
Rubio, por su parte, defendió la operación: “Es el inicio del fin para los cárteles que se habían acostumbrado a operar con impunidad”. Según él, Trump está dispuesto a utilizar “todo el poder estadounidense” para erradicar a las organizaciones criminales, sin importar su ubicación geográfica.
La respuesta en México: Claudia Sheinbaum se planta
En México, las palabras de Trump y las acciones unilaterales de Washington han encendido las alarmas. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, rechazó las insinuaciones de Trump de que su gobierno teme enfrentarse a los cárteles.
Sheinbaum afirmó el miércoles: “Bajo ninguna circunstancia aceptaremos intervenciones o actos que vulneren la soberanía de nuestro país”.
La mandataria dejó claro que lo acordado con EE.UU. será un programa de cooperación en seguridad fronteriza y aplicación de la ley, pero dentro del marco de las soberanías respectivas.
Apoyo a la DEA y extradiciones: el juego complejo de México
A pesar del discurso firme, el gobierno de Sheinbaum ha mostrado apertura. Ha desplegado a la Guardia Nacional en la frontera norte y extraditado a 55 líderes criminales buscados por EE.UU.
Esto refleja una estrategia doble: por un lado, mantener la cooperación antinarcóticos para evitar enfrentamientos diplomáticos y comerciales; por el otro, proteger el principio de autodeterminación nacional.
¿Memorando de entendimiento o acuerdo formal?
Sheinbaum y Rubio discuten ahora la posibilidad de crear un grupo de investigación conjunto para frenar el tráfico de fentanilo —y también la entrada de armas desde el norte hacia México. Pero lo que estaba perfilándose como un acuerdo formal ha mutado en un memorando de entendimiento informal, según declaraciones de ambos gobiernos.
Esto permitiría compartir inteligencia, sin comprometer la soberanía mexicana. Una solución parche, pero por ahora necesaria.
Rubio, el canciller anticomunista de América
Marco Rubio no es ajeno a las tensiones con América Latina. De origen cubano, ha sido una voz vocal contra los regímenes de Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua). En su breve tiempo como secretario de Estado, ha hecho tres giras por Latinoamérica.
Antes de partir a México, Rubio otorgó en Florida un premio a un disidente cubano, declarando: “Es un símbolo para quienes aún luchan por la libertad”.
China también entra en la ecuación
Otro de los motivos de la gira es contrarrestar la supuesta “influencia maligna de China” en la región. Washington ve con recelo las inversiones en infraestructura, minería y telecomunicaciones que Pekín ha estado promoviendo en América del Sur y el Caribe.
En palabras de un portavoz del Departamento de Estado: “La seguridad y la democracia en el hemisferio occidental están siendo puestas a prueba”. Rubio, entonces, no solo combate carteles, sino también una guerra fría del siglo XXI.
Militarización y cooperación: frontera muy delgada
Una de las principales críticas desde sectores académicos y activistas en América Latina se refiere a la militarización de la lucha antidrogas. Históricamente, estas acciones han generado más violencia interna y desplazamientos forzados que soluciones estructurales.
La Operación Martillo, activa desde 2012, sirve como antecedente: generó numerosos decomisos, pero estudios del Institute for Global Change indican que apenas redujo un 2% del tráfico total y aumentó los conflictos geográficos. ¿Será distinta la estrategia de Trump y Rubio?
¿Un nuevo Plan Colombia?
Analistas indican que la administración Trump podría estar perfilando un nuevo esquema similar al Plan Colombia de los años 90, pero adaptado al contexto del fentanilo y de nuevos enemigos como Tren de Aragua.
Sin embargo, mientras Colombia aceptó el financiamiento y entrenamiento militar estadounidense a cambio de reformas profundas y cooperación judicial, México se resiste a repetir ese modelo.
Discurso interno vs presión externa
El gobierno de Sheinbaum tiene que balancear su discurso nacionalista con las realidades geopolíticas. Pese a que rechaza toda forma de injerencia, los hechos muestran una colaboración cercana con Washington que probablemente causa fricciones al interior de su base política.
Como explicó el académico Sergio Aguayo: “El verdadero reto de Sheinbaum no es Estados Unidos, sino explicar a su propio electorado por qué ha reforzado tanto los lazos con quienes atropellan la dignidad del país”.
¿Y América Latina?
Mientras tanto, el resto del continente mira con atención. Países como Argentina, Brasil o Chile tendrán que posicionarse si la política exterior de Trump se torna aún más agresiva en la región. La solidaridad con México puede revalorar conceptos olvidados como la Doctrina Estrada, que defiende la no intervención y el respeto a los asuntos internos.
Pero también existe el riesgo de que, ante la presión comercial y las amenazas militares, varios gobiernos opten por ceder en silencio. El equilibrio entre soberanía y realpolitik nunca fue tan frágil.
Rubio: ¿diplomático o halcón del Caribe?
En este tablero, Marco Rubio combina su ideología conservadora con la retórica diplomática. Expone que busca “una región libre y pacífica”, pero lo hace a la sombra de buques de guerra desplegados y mensajes amenazantes desde la Casa Blanca.
Su figura crece en el gobierno de Trump como el artífice de una América Latina funcional a los intereses de Washington, pero sin renunciar del todo a las formas multilaterales. Si lo consigue, su nombre resonará más allá del Departamento de Estado.
Pero la gran pregunta es: ¿cómo responderá América Latina ante esta ofensiva? ¿Con sumisión, resistencia, o una reinvención de su papel geopolítico?