Una bomba política en Nueva York: ¿Eric Adams se baja o no de la carrera por la alcaldía?

En medio de rumores de una oferta federal y una carrera electoral impredecible, el actual alcalde se defiende, mientras Mamdani y Cuomo redefinen la política de la Gran Manzana

Eric Adams responde a los rumores: “No me voy de la contienda”

Como si Nueva York no tuviera suficiente con su caos característico, ahora también enfrenta una tormenta política de proporciones épicas. Todo comenzó con reportes que aseguraban que Eric Adams, actual alcalde de la ciudad, podría abandonar su campaña de reelección para ocupar un puesto en el gobierno federal. Pero Adams fue tajante: “No me voy de la carrera”, dijo en entrevistas televisivas y conferencias.

El origen de estos rumores parece estar vinculado con contactos de funcionarios de la actual administración de Donald Trump —sí, el expresidente ha vuelto al escenario político con fuerza— que se habrían acercado a personas del círculo del alcalde para explorar la posibilidad de ofrecerle un cargo federal. Si bien no hay evidencia pública de si estas conversaciones llegaron a un punto concreto, medios como el New York Times y canales locales como Fox 5 lo han convertido en un tema central.

Una carrera electoral digna de una serie de HBO

La contienda por la alcaldía de Nueva York ha dado un giro inesperado. Con Eric Adams fuera de la primaria demócrata debido a una acusación federal de corrupción (que más tarde fue retirada gracias a un acuerdo con la Casa Blanca), el panorama electoral luce fragmentado pero apasionante. El joven demócrata socialista Zohran Mamdani arrasó en esa primaria y aparece como el favorito en las encuestas.

Pero aquí no termina la cosa. El exgobernador Andrew Cuomo —que en teoría ya era historia política tras su escándalo de acoso sexual— regresó como candidato independiente. Y por si fuera poco, el excéntrico republicano Curtis Sliwa, con su famoso boina roja, también está en la carrera.

Mamdani: la izquierda más fuerte que nunca en Nueva York

Con tan solo 33 años, Zohran Mamdani ha traído una bocanada de aire fresco (y radical, según algunos críticos) al panorama político de la ciudad. Nacido en Uganda y criado en Nueva York, Mamdani es una voz prominente del ala socialista del Partido Demócrata.

En una reciente conferencia de prensa en Manhattan, Mamdani fue enfático: “Este intento de reemplazarme desde Washington es un insulto a la democracia. Nueva York debe decidir su futuro, no la Casa Blanca”.

Desde vivienda asequible hasta transporte público gratuito, su agenda ha calado entre jóvenes, comunidades latinas y de inmigrantes que ven en él una esperanza auténtica. Pero su éxito en la primaria también ha generado temor entre las élites tradicionales del Partido Demócrata, que ahora parecen barajar otras cartas como Adams o Cuomo en la general.

La sombra de Trump y el regreso del centralismo autoritario

La controversia no termina con Adams. En Washington, Donald Trump sigue ampliando su influencia, a pesar de los escándalos legales que lo rodean. Su equipo organizó una reunión cerrada con el personal republicano en el Capitolio en la que se discutió una nueva estrategia legislativa, rebautizada como “The Working Families Tax Cuts Act”.

Lo sorprendente aquí es el grado de control ejercido por el presidente sobre el Congreso, particularmente en temas como impuestos, salud y hasta el uso de la Guardia Nacional, recordando a muchos el creciente autoritarismo del ejecutivo. El senador demócrata Chuck Schumer lo dijo sin pelos en la lengua: “Los estadounidenses odian el enorme y horrible proyecto de ley de los republicanos”.

Esta centralización del poder, junto a las tácticas cada vez más directas del expresidente, añade una dimensión nacional a la carrera por la alcaldía de Nueva York. ¿Está Adams negociando con Trump? El mismo alcalde se limitó a decir que en su visita reciente a Florida se reunió con “figuras políticas”, sin confirmar ni negar charlas con el entorno del expresidente.

Un caldo de cultivo para la crítica política y la desconfianza

Los tabloides neoyorquinos y los programas de televisión política no han perdido tiempo en echar leña al fuego. ¿Está Adams dispuesto a cambiar principios por conveniencia? ¿Puede Mamdani mantener su impulso sin entrar en debates “no oficiales”, como ya ha anunciado? ¿Podrá Sliwa capitalizar el voto dividido? Y lo más importante: ¿quién defenderá realmente los intereses de los neoyorquinos?

Vale la pena recordar que Adams no es ajeno a las controversias. Su mandato ha estado marcado por una escalada de crímenes violentos, tensiones con sindicatos, y políticas ambiguas respecto a inmigración. Pero también ha cosechado éxitos moderados en reactivación económica post-pandemia y en relaciones con gobiernos locales.

Cuomo: el resurgir del que nadie pidió volver… ¿o sí?

Andrew Cuomo, quien renunció tras múltiples denuncias de acoso sexual en 2021, también ha decidido volver a la arena política. Su regreso ha sido recibido con escepticismo, aunque algunos sectores de votantes tradicionales y moderados ven en él cierta “estabilidad” frente al discurso progresista de Mamdani. Aunque corre como independiente, su historial y estructura política son innegables.

Un portavoz de su campaña se ha limitado a decir que “la ciudad necesita liderazgo probado”, sin dar mayores declaraciones sobre los rumores de acuerdos con Adams para evitar dividir los votos del centro.

¿Qué piensa realmente el votante neoyorquino?

Una encuesta de NBC New York mostró que el 44% de los votantes registrados en la ciudad ven con buenos ojos la candidatura de Mamdani, mientras que un 27% aún apoya a Adams. Cuomo tiene un 18%, y Sliwa un 9%. Pero cuando se complica la cuestión con la posibilidad de alianzas y abandonos estratégicos, ese cuadro puede cambiar rápidamente.

Y tal vez allí está el núcleo de todo: la campaña por la alcaldía no es solo una carrera por administrar calles y servicios de basura, sino una batalla ideológica sobre qué tipo de ciudad quiere ser Nueva York.

¿Qué puede pasar ahora?

Los expertos en política local aseguran que muchas cosas pueden cambiar en cuestión de semanas. Adams todavía tiene hasta octubre para inscribirse oficialmente como candidato independiente, mientras que los debates (oficiales o no) serán decisivos para definir la opinión pública.

Mientras tanto, los neoyorquinos observan entre confundidos y fascinados la novela que se despliega ante sus ojos. Porque si algo ha demostrado Nueva York a lo largo de su historia es que sus elecciones rara vez siguen un guion predecible.

¿Podrán las fuerzas progresistas mantener el control? ¿O regresarán las viejas guardias con nuevas caras y pactos inesperados?

Todo está en juego en la Ciudad que Nunca Duerme.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press